Desmesura por acumulaci¨®n

En la p¨¢gina 133 de un libro de 228 p¨¢ginas, Bilbo Bols¨®n, su protagonista, lo clava: ¡°??sta es la parte m¨¢s mon¨®tona y gris de una desdichada, fatigosa e inc¨®moda aventura! ?Desear¨ªa estar de vuelta en mi agujero-hobbit junto a mi propio fuego, y a la luz de la l¨¢mpara¡±. Y si ¨¦l, alfe?ique pasivo, despu¨¦s de m¨¢s de medio libro (lo que, traducido al cine de Peter Jackson, significa no menos de 240 minutos de pel¨ªcula), sigue sin el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s aventurero, ?por qu¨¦ lo ¨ªbamos a tener nosotros?

A esas alturas, carrera tras carrera, batalla tras batalla, todo sigue igual en El Hobbit, novela de J.R.R. Tolkien adaptada por Peter Jackson en una trilog¨ªa desorbitada. Ninguno de sus personajes ha evolucionado un ¨¢pice a pesar de ese peligroso trayecto f¨ªsico que tarda demasiado en convertirse en trayecto moral. Tiene 228 p¨¢ginas, pero bien podr¨ªa tener 128 o, bien mirado, 1.228. Da igual, si se trata de acumular sucesos sin que eso afecte a los roles, bienvenida la hipertrofia. Incluso la de Jackson. De hecho, el director cambia de orden algunos de los pasajes simplemente porque dan igual los resultados de cada batalla, porque poco o nada afectan a sus caracteres. Hay que esperar demasiado a que Bilbo salga de las faldas de Gandalf, a que por fin tome la iniciativa, a 40 minutos del final de esta ¨²ltima entrega de la trilog¨ªa, El Hobbit: la batalla de los cinco ej¨¦rcitos; de todos modos, quiz¨¢ la mejor de las tres, la m¨¢s corta, la menos tediosa. Al menos Thorin, uno de los enanos, se vuelve un rey corrupto, e incluso opta a la redenci¨®n.

Hemos dicho con reiteraci¨®n que, m¨¢s all¨¢ del beneficio comercial, poco sentido ten¨ªa alargar un libro as¨ª hasta las tres pel¨ªculas de unas ocho horas de duraci¨®n. Pero, si conviertes la merienda-cena de presentaci¨®n de personajes (20 p¨¢ginas) en 40 minutos de pel¨ªcula, y culminas la trilog¨ªa con una batalla de 45 minutos, es f¨¢cil. Y ese es el error, la hip¨¦rbole por la hip¨¦rbole. Robert Siodmak y Don Siegel alargaron un cuento de Hemingway, The Killers, de apenas unas p¨¢ginas, hasta conformar sendas obras maestras del cine: Forajidos y C¨®digo del hampa. Mario Camus prolong¨® la treintena de p¨¢ginas de Young S¨¢nchez, de Ignacio Aldecoa, hasta hora y media de gran pel¨ªcula. Pero, sin cambiar la esencia, metieron mano al fondo del asunto, no s¨®lo al minutado. As¨ª, todo queda en manos de la presunta potencia visual de Jackson, de imprimir espect¨¢culo digital ¡ªaqu¨ª lo hay con cuentagotas: los orcos rompiendo la muralla a cabezazos¡ª y de dar vida a la espectacular Tierra Media de Tolkien. Pero eso ya estaba en El se?or de los anillos, de modo que el conjunto adquiere sensaci¨®n de ya visto. Durante demasiado minutos, durante demasiadas pel¨ªculas.