¡°Una cultura basada en la escasez acaba destruy¨¦ndose a s¨ª misma¡±
Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, hace un repaso de la situaci¨®n del centro Ha visto aumentada la asignaci¨®n presupuestaria tras a?os de brutales recortes
La fachada del Reina Sof¨ªa es un escaparate perfecto de la radical transformaci¨®n que en estos ¨²ltimos siete a?os se ha producido en el museo, desde la llegada de Manuel Borja-Villel (Burriana, Castell¨®n, 1957). El mural que se extiende entre los dos famosos ascensores de cristal ofrece estos d¨ªas cuatro exposiciones en el edificio principal que resumen su l¨ªnea de actuaci¨®n: El retorno de la serpiente (Mathias Goeritz y la invenci¨®n de la arquitectura emocional), Un saber realmente ¨²til (trabajo de tesis en colaboraci¨®n con la Internacional Europea), y dos muestras dedicadas a artistas espa?oles: Patricia Gadea y Juan Luis Moraza. Con todo, la joya del museo es una colecci¨®n permanente celebrada por la cr¨ªtica extranjera y vista con resquemor por quienes reclaman m¨¢s presencia de artistas nacionales. Expertos al margen, el centro super¨® el r¨¦cord de visitantes en un museo espa?ol el pasado a?o (3.184.640 personas) y aunque esta temporada el balance ser¨¢ m¨¢s modesto, Borja-Villel est¨¢ dispuesto a hacer crecer el nivel de excelencia que ha convertido al Reina en uno de los museos m¨¢s importantes del mundo.
Pregunta. En siete a?os ha llevado usted a cabo una transformaci¨®n radical de este museo. ?Qu¨¦ ha hecho para que ahora se le considere uno de los grandes?
Respuesta: Partimos de la base de que el museo tradicional hab¨ªa dejado de tener sentido y no se adecuaba a las necesidades de un pa¨ªs con una historia tan espec¨ªfica como la nuestra. Hemos hecho un esfuerzo en reestructurar la colecci¨®n, sus relatos y dispositivos, prest¨¢ndole una atenci¨®n especial al p¨²blico y entendiendo que es esencial que ¨¦ste haga suyas las narraciones que el museo propone. Pero, queda bastante por hacer. Ahora estamos trabajando en la ¨²ltima parte de la colecci¨®n, la que va de los ochenta hasta lo m¨¢s reciente, hasta lo contempor¨¢neo. Un per¨ªodo muy preciso en t¨¦rminos hist¨®ricos, que se halla marcado por una serie de fechas clave (1989, 2001, etc.) y a nivel art¨ªstico presenta unos rasgos muy concretos: la teatralizaci¨®n de las artes, la globalizaci¨®n de la cultura, una nueva centralidad del espectador y la hegemon¨ªa casi absoluta del mercado. Esperamos poder hacer su presentaci¨®n pronto y aprovechar para resituar todos los periodos anteriores porque, adem¨¢s de las adquisiciones realizadas, en estos a?os hemos recibido dep¨®sitos y donaciones muy importantes que hay que contextualizar. La estructura ser¨¢ la misma, pero los relatos variar¨¢n. Para la cuarta planta tenemos una sorpresa que todav¨ªa prefiero no adelantar.
P. Las obras que ha anunciado tambi¨¦n van a cambiar el aspecto del museo.
Aqu¨ª todav¨ªa me quedan por terminar unas cuantas cosas¡±
R. Tenemos planes de remodelaci¨®n que nos van a permitir recuperar para exposiciones las salas m¨¢s bonitas del museo, que est¨¢n en la planta cero de Sabatini, del viejo edificio. Adem¨¢s de mejorar la circulaci¨®n, que es complicada para el visitante, vamos a conseguir espacios para otras actividades que son esenciales, como son los programas educativos y el Centro de Estudios, que queremos potenciar en los pr¨®ximo a?os. En la actualidad, el museo ofrece una serie de m¨¢sters: uno sobre historia del arte en colaboraci¨®n con la Universidad Aut¨®noma y la Complutense; otro sobre teatralidad con la de Castilla-La Mancha; y un tercero centrado en restauraci¨®n y conservaci¨®n que queremos organizar con la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. Finalmente con la UOC estamos preparando un grado en Bellas Artes.
P. ?Trabajar en redes con otros museos les ha dado buenos resultados?
R. Desde el principio hemos trabajado con Latinoam¨¦rica y ahora tambi¨¦n formamos parte de la Internacional, una inciativa de museos europeos que incluye a instituciones como la Moderna Galerija (MG Ljubljana, Eslovenia); Museum van Hedendaagse Kunst Antwerpen (MHKA, Antwerp, B¨¦lgica); Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (MACBA, Espa?a); Van Abbemuseum (VAM, Eindhoven, Holanda); y SALT (Turqu¨ªa). Se trata de un acuerdo de colaboraci¨®n que cuenta con la financiaci¨®n de la Comunidad Europea, alrededor de cinco millones de euros en cinco a?os. Otro acuerdo con La Caixa nos va a permitir mostrar los fondos del Reina en diversos museos espa?oles. El a?o que viene, en concreto, se ver¨¢ la obra de Val del Omar en museos como el CEGAC de Santiago de Compostela, la Laboral de Gij¨®n y el Meiac de Badajoz. Por no hablar de las diversas itinerancias internacionales, cada a?o suelen viajar cinco o seis exposiciones organizadas por el Reina.
Los centros p¨²blicos tienen muy poco que hacer frente al mercado
P. ?Estas colaboraciones aliviar¨¢n la situaci¨®n cr¨ªtica que se vive en el ¨¢mbito de la Cultura? Hace unos meses usted dijo que no eran capaces de afrontar m¨¢s recortes p¨²blicos.
R. Bueno, lo que dije era que pensaba que hab¨ªamos tocado fondo y que empez¨¢bamos a recuperarnos y que el trabajo en red parece que est¨¢ empezando a dar resultados. Ademas el Ministerio ha aumentado nuestro presupuesto para 2015. Tambi¨¦n insist¨ª en la importancia de la cultura. No s¨®lo porque sea una parte importante del PIB, sino porque es previa a la econom¨ªa. M¨¢s a¨²n: la econom¨ªa es una forma de cultura. Existe un cierto desprestigio de la cultura, como si fuese un elemento accesorio o secundario en nuestras vidas. Creo que hay que apostar por los recursos que generan la educaci¨®n y la cultura.
P. Y pese a la crisis han sido capaces de presentar nada menos que 14 exposiciones para esta nueva temporada, cuando todos los dem¨¢s han reducido el n¨²mero. ?Quieren impresionar?
La crisis que vivimos es de dinero, pero no de ideas¡±
R. La crisis es de dinero, pero no de ideas. El 90% son de producci¨®n propia, lo que dice mucho de la profesionalidad y dedicaci¨®n del personal de este museo. Y adem¨¢s de las exposiciones organizamos numerosas actividades, ciclos de cine, seminarios... Cuando llegu¨¦ al Reina, siempre pens¨¦ que esto deb¨ªa ser como una peque?a ciudad, en la que suceden cosas todo el tiempo, que a menudo antagonizan entre s¨ª. Lo cierto es que no hay pr¨¢cticamente ning¨²n d¨ªa en el que no ocurra algo nuevo en el museo.
P. ?C¨®mo le sientan las cr¨ªticas de quienes dicen que este es un museo muy poco espa?ol?
Partimos de la base de que el museo tradicional ya no tiene sentido¡±
R. Dir¨ªa que a veces tenemos una visi¨®n demasiado cerrada de la identidad y la cultura. Esta es siempre en relaci¨®n, no se trata de algo fijo y permanente. Somos lo que creemos que somos y lo que vemos de nosotros en los dem¨¢s. La colecci¨®n del Reina, por ejemplo, intenta desgranar una realidad local que, por supuesto, es compleja y responde a las influencias de fuera. Cuando unimos el informalismo espa?ol de los cincuenta con sus referencias internacionales del momento (los Kline, Motherwell o Clyfford Still), pero tambi¨¦n con pel¨ªculas como La ventana indiscreta o Bienvenido Mr. Marshall o con textos y con vi?etas de La Codorniz; o cuando establecemos una di¨¢logo entre todos estos y lo que se estaba haciendo en Latinoam¨¦rica intentamos construir una historia transversal, que va m¨¢s all¨¢ de las disciplinas y en la que conviven tiempos y lugares distintos o en la que no se oculta la historia colonial de Europa. Yo dir¨ªa que todo eso es bastante espa?ol. En cualquier caso, ese tipo de cr¨ªticas son generales en la mayor¨ªa de pa¨ªses. Por otro lado, y ya en t¨¦rminos puramente objetivos, los artistas espa?oles siempre est¨¢n presentes en el museo. Sin ir m¨¢s lejos, en este preciso momentos, mostramos ampliamente la obra de dos artistas: Patricia Gadea y Jos¨¦ Luis Moraza.
P. D¨ªgame el nombre de otro museo internacional que pudiera situarse en la estela del Reina Sof¨ªa.
R. Me gustar¨ªa creer que ¨¦ste es un museo muy especial, que se hacen cosas que no se ven en otros museos. Hoy m¨¢s que nunca es fundamental estar al margen de la espectacularizaci¨®n de la cultura y de los elementos contables. Por ejemplo, nos interesa menos hacer Jeff Koons (que se vio primero en el Whitney Museum y se presenta ahora en el Pompidou parisino), que programar exposiciones a artistas aparentemente dif¨ªciles y minoritarios como James Coleman, un grand¨ªsimo artista que expusimos aqu¨ª. Nos definimos por la colecci¨®n y las muestras de tesis que generan debate y cuestionamientos como Principio Potos¨ª, Atlas, A?os 30, o Un saber realmente ¨²til.
P. C¨ªtenos algunas de las m¨¢s representativas, adem¨¢s de la de Coleman
R. Nancy Spero, Richard Hamilton, Movimiento de la fotograf¨ªa obrera, Elena Asins o Val del Omar¡
P. Una gran innovaci¨®n ha sido la introducci¨®n de la Fotograf¨ªa y el Cine como parte natural de la vida del museo, tanto en exposiciones como en la colecci¨®n.
R. La imagen en movimiento o est¨¢tica o el documento son parte esencial de la ruptura, lo mismo que los microrrelatos.
P. Pero se resiste a dar espacio a la Moda.
R. Las propuestas est¨¦ticas y dise?os de Rodchenko y Stepanova s¨ª han estado en el museo.
P. Me refiero a la alta costura. A Jean Paul Gaultier, por ejemplo.
R. M¨¢s all¨¢ de que ya existan otros espacios, como en el Museo del Traje, en el que seg¨²n qu¨¦ actividades tendr¨ªan m¨¢s sentido, s¨ª que dir¨ªa que evitamos la espectacularizaci¨®n de la cultura. La cultura no es una mercanc¨ªa. Si no priorizamos la raz¨®n contable, tampoco el espect¨¢culo. No excluyo el dise?o, por supuesto; pero s¨ª a la moda comercial.
P. ?C¨®mo lleva lo de no disponer apenas de presupuesto para adquisiciones?
R. La falta de presupuesto para las adquisiciones es grave para cualquier museo. Aquello que se no incorpore ahora, es dif¨ªcil que lo haga m¨¢s tarde. Las colecciones de un museo son su memoria y un d¨¦ficit en las mismas supone un riesgo de amnesia. Dicho eso, tambi¨¦n es cierto que los museos p¨²blicos tienen muy poco que hacer frente al mercado. Si un giacometti cuesta cien millones de euros, no hay nada que hacer. Ni nosotros ni el MoMA. Hay que buscar salidas, otras formas de coleccionar. Y tambi¨¦n es importance darse cuenta de que lo importante no es tanto "poseer" obras, sino generar relatos. La idea tradicional del museo se basa en la idea de la propiedad, cuando en realidad nosotros s¨®lo somos custodios de una serie de bienes que son o deber¨ªan ser de todos, est¨¦n aqu¨ª, en Nueva York o Abu Dabhi. Nadie tiene el derecho de privar a los dem¨¢s de su contemplaci¨®n o estudio. Una cultura basada en la escasez se destruye a s¨ª misma. Lo importante es crear v¨ªas para que todo ese conocimiento circule. No hay otra salida frente a la especulaci¨®n, especialmente porque vivimos en una ¨¦poca en el que el valor econ¨®mico de una obra y el valor art¨ªstico no siempre van a la par, el valor econ¨®mico no siempre coincide con el juicio cr¨ªtico. Si pensamos en las d¨¦cadas de los cuarenta o cincuenta, sabemos que una cr¨ªtica negativa de Clement Greenberg pod¨ªa arruinar la carrera de un artista. En cambio ahora, los cr¨ªticos pueden escribir lo que quieran respecto a personajes como Damien Hirst o Jeff Koons. No importa nada.
P. ?Es cierto que le ofrecieron la direcci¨®n del MoMA?
R. No. La oferta fue del Pompidou. Me pidieron que tomase parte en el proceso de selecci¨®n.
P. ?Hasta cuando piensa seguir frente al Reina Sof¨ªa?
R. Estuve cuatro a?os en la Hispanic Society, en Nueva York, nueve en la Fundaci¨®n T¨¢pies y otros nueve en el Macba de Barcelona. Aqu¨ª todav¨ªa me quedan por hacer unas cuantas cosas.
P. Dicen el museo que nunca han visto a nadie dedicarle tantas horas de trabajo. ?Es cierto que abre y cierra el museo?
R. Suelo estar desde las 10 de la ma?ana hasta las 10 de la noche. No es m¨¦rito. Es que no s¨¦ hacer otra cosa. Vengo de una familia en la que todo el mundo trabajaba mucho y he de confesar que soy un poco obsesivo y de los que cree en la importancia de los detalles. Adem¨¢s no soy el ¨²nico aqu¨ª que le dedica tantas horas al museo. Este es una instituci¨®n muy grande, que necesita mucha dedicaci¨®n. El equipo rector de esta casa venimos del mundo del arte, nos interesa hacer exposiciones, plantear una colecci¨®n o un programa pedag¨®gico, no la gesti¨®n abstracta, separada de sus propios procedimientos. Los proyectos se planifican, pero, como todo en el arte, el accidente, la sorpresa es parte del proceso creativo y del trabajo intelectual. Y ello implica tiempo.
P. D¨ªgame cuales son los artistas espa?oles que m¨¢s le interesan.
R. No me gusta dar nombres porque me interesan m¨¢s las ideas y las obras. Pero si hay que darlos, mencionar¨ªa aquellos a los que hemos dedicado exposiciones o est¨¢n presentes en la colecci¨®n.. y a aquellos con los que estamos trabajando en estos momentos: Juan Luis Moraza, Dani Andujar, Federico Guzman, Erlea Maneros...
P. ?Qu¨¦ opina del rechazo de los premios nacionales que se han producido en el ¨¢mbito art¨ªstico?
R. Con todo el respeto por aquellos que lo rechazan, me parece que el silencio siempre es un error. El premio te lo da el Estado a partir de la decisi¨®n de un jurado independiente.
P. Adem¨¢s de con el Arte, ?con qu¨¦ se entretiene?
R. Como tengo insomnio, siempre he le¨ªdo bastante. Estoy acabando Antagon¨ªa de Luis Goytisolo y antes hab¨ªa le¨ªdo los cuentos completos de Edgard Allan Poe. Veo cine a menudo. Lo ¨²ltimo en sala que me gust¨® fue Paradise; pero lo ¨²ltimo que he visto has sido, en v¨ªdeo, Dos o tres cosas que s¨¦ de ella, de Godard, extraordinaria. El teatro tambi¨¦n me gusta. Hace unos d¨ªas vi el Fausto de Toma? Pandur y tambi¨¦n estuve en el concierto de F¨¢tima Miranda. Y quiero decir que todos los espect¨¢culos a los que he ido, salvo el cine, lleno total.
P. Y ?qu¨¦ opina de Podemos, vecinos del museo en el barrio de Lavapi¨¦s?
R. Como director del museo, no me corresponde hacer un juicio sobre una formaci¨®n pol¨ªtica. Pero, sin duda, Podemos es s¨ªntoma de la necesidad de cambio que pide una sociedad que parece enferma y da s¨ªntomas de anquilosamiento. Cuestionar las ideas recibidas en ¨¦pocas en las que se dan s¨ªntomas de agotamiento, el preguntar donde venimos y donde estamos es fundamental.
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