¡°?Organiz¨® usted los GAL?¡±
Una versi¨®n dramatizada de la entrevista de I?aki Gabilondo al presidente Felipe Gonzalez, en pleno debate de los GAL, llega al Teatro del Barrio
?Hay alguna guerra correcta? ¡°Ninguna lo es y menos las guerras sucias, el terrorismo de Estado. Ninguna puede ser correcta¡±. Gabriel Ochoa ha puesto toda la intenci¨®n posible en el t¨ªtulo de la obra, La(s) guerra(s) correcta(s), que hoy estrena en el Teatro del Barrio de Madrid y en la que todo gira alrededor de media hora de televisi¨®n: aquel duelo en directo, como si de un aut¨¦ntico western dial¨¦ctico se tratara, que fue la entrevista que el periodista I?aki Gabilondo realiz¨®, la noche del 9 de enero de 1995, al entonces presidente Felipe Gonz¨¢lez, en pleno debate sobre la guerra sucia de los GAL y las sospechas sobre la responsabilidad del Gobierno. En el plat¨® y fuera de ¨¦l saltaron chispas. ¡°?Organiz¨® usted los GAL, se?or G¨®nz¨¢lez?¡±. La primera pregunta de Gabilondo dio buena cuenta de por donde iban a ir los tiros en ese encuentro.
Dos sillas, dos mesas, dos tel¨¦fonos. El escueto y n¨ªtido escenario acoge a cuatro protagonistas de aquel encuentro, su gestaci¨®n y sus consecuencias. Manolo Solo, en el papel de Felipe Gonz¨¢lez, Luis Callejo, como I?aki Gabilondo, Chani Mart¨ªn (Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, entonces portavoz del Gobierno y ministro de la Presidencia) y C¨¦sar Tormo, como Jordi Garc¨ªa Candau, presidente de RTVE, sit¨²an al espectador, a lo largo de algo m¨¢s de una hora, en aquellos tensos momentos.
No sabe Ochoa que hubiera hecho si no hubiera contado con la plena colaboraci¨®n de Gabilondo, que hoy asistir¨¢ al estreno y mantendr¨¢ posteriormente un debate con el tambi¨¦n periodista Ignacio Escolar. ¡°Lo que conocemos es la media hora de entrevista pero hubo un antes y un despu¨¦s. Todo eso me lo cont¨® I?aki¡±, explica el director y autor del texto despu¨¦s de un ensayo en la sala madrile?a.
La llamada telef¨®nica que realiz¨® Garc¨ªa Candau despert¨® a Gabilondo en Nueva York. Le ofreci¨® realizar una entrevista en directo con Gonz¨¢lez en la televisi¨®n p¨²blica. El periodista le dijo que no pero de alguna manera se qued¨® tentado con la propuesta y d¨ªas despu¨¦s le hizo una contrapropuesta: har¨ªa la entrevista con Gonz¨¢lez si tambi¨¦n pod¨ªa luego realizar otras a los l¨ªderes pol¨ªticos del momento (Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Julio Anguita, Xavier Arzalluz y Jordi Pujol). Una vez todos de acuerdo, comenzaron las gestiones. Los tel¨¦fonos y los nervios no cesaron hasta el d¨ªa se?alado. Rubalcaba llam¨® incluso a Gabilondo y le pregunt¨® abiertamente: ¡°I?aki, ?no toda la entrevista girar¨¢ sobre los GAL, verdad?¡± El periodista le contest¨®: ¡°Dile a Felipe que sea breve y as¨ª cabr¨¢n m¨¢s temas¡±.
I?aki Gabilondo: ?Organiz¨® usted el GAL, se?or Gonz¨¢lez?
Buena parte de La(s) guerra(s) correcta(s) se centra en la gesti¨®n y sus consecuencias. Ochoa advierte de que se trata de una obra de ficci¨®n aunque parta de hechos reales. Solo la parte de la entrevista es absolutamente fiel a lo que pas¨® aquella noche en TVE. ¡°La intenci¨®n es crear un efecto brechtiano, en el sentido de que sea lo m¨¢s objetivo posible para que el p¨²blico saque sus conclusiones¡±, dice el director para quien lo importante de la interpretaci¨®n, con personajes tan conocidos para el p¨²blico, es alejarse de la m¨ªmesis y centrarse en la esencia.
Un teatro que abraza la reflexi¨®n social y pol¨ªtica. ¡°Qu¨¦ mejor oportunidad que hablar de lo que interesa al ciudadano en el teatro¡±, explica Luis Callejo, que acomete el personaje de Gabilondo con una gran responsabilidad pero sin temores. ¡°Es alguien al que admiro por su independencia y valor¡±, se?ala. Manolo Solo ya sabe lo que es ponerse en la piel de personas reales y controvertidas. Hizo de Luis B¨¢rcenas, el ex tesorero del PP, en la obra Ruz-B¨¢rcenas, tambi¨¦n en el Teatro del Barrio. En La(s) guerra(s) correcta(s) hace de Felipe Gonz¨¢lez. ¡°Nunca me obsesiono por imitar. Me he documentado mucho, he oido muchas grabaciones, pero luego me olvido porque mi intenci¨®n es que no se me vaya la energ¨ªa intentando imitarle. Hay que dar al personaje credibilidad y vida¡±. De todo eso hay y mucho en La(s) guerra(s) correcta(s).
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