Maria Thereza Alves: ¡°Ya solo preocupa producir a gran escala¡±
Entre la reflexi¨®n y el activismo, la artista brasile?a explora la dominaci¨®n colonial a trav¨¦s de la ecolog¨ªa en la exposici¨®n 'El largo camino a Xico (1991-2014)'
Entre la reflexi¨®n y el activismo, Maria Thereza Alves explora la dominaci¨®n colonial vincul¨¢ndola a la ecolog¨ªa. Nacida en S?o Paulo en 1961 y formada en Nueva York, sus obras, m¨¢s que denunciar, analizan c¨®mo el colonialismo llev¨® el medio natural a situaciones sin retorno y priv¨® a antiguas culturas de sus palabras y objetos. La muestra del Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) culmina en una ambiciosa instalaci¨®n, El retorno de un lago.
"Chalco, cerca de Ciudad de M¨¦xico, ten¨ªa un eficaz sistema de cultivo", relata Alves. "Pero en 1906, un asturiano, ??igo Noriega, se apoder¨® de la tierra de los ind¨ªgenas y desec¨® el lago. Provoc¨® una cat¨¢strofe ecol¨®gica. Rompi¨® la relaci¨®n tradicional con el medio (cultivos c¨ªclicos, chinampas, diques reguladores del agua) para dedicar el territorio a la ganader¨ªa".
PREGUNTA.?Pero el lago ha vuelto. ?Anuncia una recuperaci¨®n?
RESPUESTA.?El lago ha vuelto porque al extraer el Gobierno el agua subterr¨¢nea para Ciudad de M¨¦xico la tierra se est¨¢ hundiendo (cuarenta cent¨ªmetros al a?o) y la lluvia llena la depresi¨®n. Por eso tampoco hay ya ganader¨ªa. Los habitantes quieren recuperar el uso c¨ªclico del agua pero el Gobierno no cede las tierras ni el agua del subsuelo. Los canales de drenaje siguen y el lago puede convertirse en un dep¨®sito de aguas negras.
P.?En Noriega hab¨ªa ambici¨®n pero tambi¨¦n ignorancia.
R.?La peor, la que ni siquiera pregunta. As¨ª sucedi¨® tambi¨¦n con los espa?oles. Seg¨²n Alexander von Humboldt, por miedo al agua, destruyeron las obras hidr¨¢ulicas y acabaron por ello con los antiguos cultivos.
P.?Am¨¦rica fue m¨¢s generosa con Europa: lo sugiere su obra Seeds of Change.
R.?Sin pretenderlo envi¨® a Europa nuevas especies vegetales. Los nav¨ªos esclavistas, para apresurar su regreso, s¨®lo cargaban lastre: tierra que conten¨ªa semillas. Las plantas que crecieron en los puertos fueron testigos del tr¨¢fico de esclavos.
P.?Esta circulaci¨®n de especies lleva a ?De qu¨¦ color es una rosa alemana?
R.?O¨ª a una ni?a que al ver c¨®mo se anunciaba "la verdadera rosa alemana" preguntaba cu¨¢l era esa rosa. Estudi¨¦ el asunto. Las rosas alemanas son amarillas o rosa p¨¢lido, pero me interes¨® m¨¢s la migraci¨®n de las especies. Pocos alemanes saben que las patatas llegaron de Per¨², los mexicanos ignoran que los r¨¢banos que comen proceden de China y apenas sabemos que la zanahoria vino de Afganist¨¢n. Se ignora la variedad: solo preocupa producir a gran escala.
P.?En sentido inverso van sus dibujos Esto no es un albaricoque.
R.?En una aldea del Amazonas vend¨ªan diferentes frutas. Pregunt¨¦ su nombre pero la respuesta fue siempre la misma, "apricot". Todos eran albaricoques por distintos que fueran. Perdieron sus nombres con la colonizaci¨®n y la presi¨®n del mercado.
P.?Usted rastrea el alcance de la dominaci¨®n colonial: altera la vida, al cambiar la relaci¨®n con la naturaleza, y hace que se pierdan las palabras y las cosas. As¨ª se advierte en Fair Trade Head y Portuguese/Krenak.
Fair Trade Head surgi¨® del debate sobre una cabeza humana disecada del Museo de Historia Natural de Rouen. La comunidad maor¨ª pidi¨® su devoluci¨®n, pero el Ministerio de Cultura franc¨¦s se neg¨®: como obra de arte, argumentaba, pertenece al patrimonio. Patrimonio era, pero maor¨ª, no franc¨¦s. En Francia, cuando no saben si un objeto es fruto de la religi¨®n o de la inteligencia, lo llaman obra de arte y as¨ª lo separan de la cultura de origen. En plena discusi¨®n, Emilie, una joven de Lille, ofreci¨® donar su cabeza, tatuada por cierto, a la comunidad maor¨ª. Volver¨ªa a Francia s¨®lo cuando el Gobierno devolviera las de sus museos. Y Portuguese/Krenak intenta recuperar una antigua lengua. Los krenak viv¨ªan en tierras ricas en minerales, pero se las arrebataron las empresas mineras y ferroviarias. Su ¨²nico patrimonio es la lengua. En el siglo XIX un farmac¨¦utico elabor¨® un l¨¦xico krenak-alem¨¢n. Cuando trabajaba en el proyecto Iracema, en Minas Gerais, me pidieron pasar el alem¨¢n al portugu¨¦s para conservar una lengua cuyo uso, a¨²n en 1970, era casi un delito.
P.?Hablemos, pues, del docudrama Iracema (de Questembert).
R.?Es una ficci¨®n. En el v¨ªdeo, una chica brasile?a recibe la herencia de su padre, un franc¨¦s. Es una joven capaz pero ind¨ªgena y, por tanto, casi un ni?o: los franceses se resisten a darle el legado. Iracema puede ser cualquier chica de Guadalupe o de otras excolonias: ahora son Francia, pero los ind¨ªgenas carecen de pleno reconocimiento civil.
P.?La obra Oculesics: An Investigation of Cross-Cultural Eye Contact apunta al diferente valor de la mirada.
R.?Ustedes piensan que mirar a los ojos al interlocutor es bueno y nosotros pensamos lo contrario. Pregunt¨¦ a distintos amigos y llev¨¦ sus respuestas al v¨ªdeo. Yo tuve que aprender a mirar. En un viaje a Alemania nos entren¨¢bamos para mirar correctamente: sesiones de urbanidad europea.
P.??Qu¨¦ pretend¨ªa usted con Beyond the Painting?
R.?Mostrar que en la pintura francesa del XIX los desnudos femeninos adoptan las poses de los mercados de esclavos. Los pintores recogen actitudes del esclavismo.
P.?En la exposici¨®n tambi¨¦n podemos contemplar varias esculturas.
R.?Unas aluden a la yaca, el ¨¢rbol del pan. Los portugueses lo llevaron a Brasil desde Asia. Quise colocarlas junto al omb¨², ¨¢rbol americano que, se dice, sembr¨® Hernando Col¨®n en La Cartuja. Las otras, tambi¨¦n frutas, son muestras de cortes¨ªa en tupi, una familia de lenguas usadas desde la Amazonia al Mar del Plata, hoy casi en extinci¨®n.
Maria Thereza Alves: El largo camino a Xico (1991-2014). Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo. Avenida de los Descubrimientos, s/n, y Am¨¦rico Vespucio, 2. Isla de la Cartuja, Sevilla. Hasta el 31 de mayo.
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