El comediante en jefe se retira
John Stewart moderniz¨® con su falso periodismo la manera de hacer s¨¢tira pol¨ªtica en Estados Unidos
Jon Stewart es un fen¨®meno en s¨ª mismo, hasta el punto de que con su falso telediario dio un giro radical a la manera en la que se presentan las noticias reales al p¨²blico en EE UU. Por eso es conocido como el comediante en jefe. Solo hay que remontarse a la ¨²ltima entrevista que hizo a Barack Obama para entenderlo. Se dirigi¨® al presidente llam¨¢ndole ¡°compadre¡±. Eso fue en octubre de 2010, cuando atra¨ªa al doble de seguidores que en la actualidad.
Aquella entrevista se acerc¨® a los tres millones de espectadores. Solo la super¨® en audiencia la que le hizo al Obama candidato en las elecciones en 2008 y otra que por separado a Michelle Obama. Las guerras de Irak y Afganist¨¢n, las torturas, la crisis financiera o el esc¨¢ndalo de las escuchas de la CIA fueron temas recurrentes para construir su modelo de s¨¢tira pol¨ªtica, de la que emergieron The Colbert Report, Last Week Tonight y The Nightly Show.
Jon Stewart tom¨® las riendas de The Daily Show en enero de 1999, despu¨¦s de que Craig Kilborn lo hubiera dirigido durante tres temporadas. Convirti¨® el veterano programa de Comedy Central en una voz poderosa en todo EE UU, utilizando las elecciones de 2000 como excusa para entrar directamente en los temas que preocupan a la gente corriente. ?l mismo puso el list¨®n muy alto al humor que usaba para pontificar y realiz¨® entrevistas punzantes y muy directas que le llevaron a ganarse la credibilidad del p¨²blico perdido.
De Michael J. Fox, como su primer invitado, a aparecer en una encuesta realizada en 2009 por la revista Time como el programa de noticias m¨¢s respetado, por delante del telediarios que dirig¨ªan entonces Brian Williams, Katie Couric y Charlie Gibson. Pero lo suyo es una comedia, por eso consider¨® rid¨ªculo que se le considerase el valuarte de la integridad period¨ªstica. Y eso pese a que se le critique de ser demasiado liberal con su forma de pontificar.
No es solo que sea una de las personas m¨¢s divertidas y entretenidas de la escena televisiva estadounidense. Le ayud¨® tambi¨¦n presentarse como el chico malo frente a los presentadores serios. Fue muy cr¨ªtico siempre con la cobertura de las cadenas generalistas, en concreto con la conservadora Fox y su estrella Bill O?Reilly. El senador republicano Mitch McConnell fue otro de sus objetivos favoritos entre los ¡°idiotas¡± en Washington.
El impacto de Jon Stewart no se sinti¨® solo en los programas reservados a la comedia de la noche, sino en todo el ciclo de noticias en EE UU por el hecho de enfocarse con su s¨¢tira en la manera en la que los medios presentan los hechos. Eso le convirti¨® una fuente de noticias en s¨ª misma para muchos espectadores frente a los medios tradicionales. Su forma de plantear las historias en media hora atrajo a un p¨²blico joven de entre 18 y 34 a?os de edad.
Stewart no invent¨® la s¨¢tira pol¨ªtica, pero con su humor la moderniz¨® y la actualiz¨® a las nuevas reglas de la informaci¨®n. Internet se convirti¨® as¨ª en una fuerza mayor para llevar sus segmentos m¨¢s all¨¢ del p¨²blico habitual que a las 11 de la noche acude a la televisi¨®n buscando entretenimiento. Como pas¨® antes de anunciar su retirada con el ¡°Bri! Why?, Why? Bri!, Why Lie?¡± que enton¨® por la farsa que acab¨® con la suspensi¨®n de Brian Williams.
Los seguidores trataban de digerir el anuncio, porque Stewart se ir¨¢ justo cuando empieza a tomar velocidad la campa?a para las presidenciales de 2016. En las pasadas elecciones, Stewart fue ya un pilar mayor en el proceso democr¨¢tico. En el recuerdo quedan momentos explosivos como cuando declar¨® a George Bush ganador de las elecciones frente a Al Gore o el mon¨®logo que hizo tras los atentados del 11-S para defender los valores sobre los que se sustenta la fortaleza de EE UU como sociedad.
Se convirti¨® una fuente de noticias en s¨ª misma para muchos espectadores frente a los medios tradicionales
El programa de Stewart, galardonado 19 veces con el Emmy y dos con el Peabody, se convirti¨® adem¨¢s en una plataforma muy valiosa para autores que venden libros ¡°serios¡±, donde su trabajo mezclado con humor tuvo m¨¢s repercusi¨®n entre el p¨²blico que apareciendo en un aburrido programa de la PBS o de la C-SPAN. No solo buscaba ser gracioso, una contradicci¨®n a simple en si misma cuando las comedias de la noche se r¨ªen de la realidad.
La p¨¦rdida de John Stewart para Comedy Central es a¨²n mayor por su olfato especial para descubrir talento. El anuncio de su retirada del programa sucede en un momento delicado para la cadena del grupo Viacom. Pero no tampoco una sorpresa. Primero, porque su modelo ya no es original. Segundo, porque los programas de comedia de la noche est¨¢n en plena convulsi¨®n desde que Jay Leno pas¨® los mandos de The Tonight Show a Jimmy Fallon. En el verano de 2013 ya se tom¨® una pausa para dirigir Rosewater.
Durante ese tiempo llev¨® el programa el brit¨¢nico John Oliver, que hac¨ªa entonces de ¡°falso corresponsal¡±, como fue el caso de Steve Carell. Tambi¨¦n fue mentor de Stephen Colbert, que en septiembre sustituir¨¢ a David Letterman al frente de The Late Show. El contrato de Stewart con Comedy Central expira en septiembre. Dice que tiene pocos planes, pero s¨ª muchas ideas en la cabeza. Lo que si deja es un agujero enorme dif¨ªcil de cubrir.
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