Oliver Sacks se despide tras anunciar un c¨¢ncer terminal
El escritor y neur¨®logo relata su enfermedad en un art¨ªculo en 'The New York Times'. ¡°Ha sido un privilegio y una aventura¡±
Con un art¨ªculo sencillo, emotivo y directo, parad¨®jicamente lleno de optimismo, el escritor y neur¨®logo Oliver Sacks anunci¨® este mi¨¦rcoles en The New York Times que padece un c¨¢ncer terminal y que le quedan semanas de vida. ¡°Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto, en s¨ª, ha sido un enorme privilegio y una aventura¡±, escribe este autor ins¨®lito, cuyos libros sobre los recovecos de la mente humana, como Despertares o El hombre que confundi¨® a su mujer con un sombrero, han sido adaptados al cine y han vendido millones de ejemplares en todo el mundo.
Oliver Sacks, que tiene 81 a?os, recibi¨® la mala noticia hace unas semanas, cuando le informaron de que padece m¨²ltiples met¨¢stasis en el h¨ªgado, que proceden de un tumor primigenio en el ojo detectado hace ocho a?os. Asegura que los m¨¦dicos pueden ralentizar el avance, pero no detenerlo.
Titulada De mi propia vida, en homenaje a la autobiograf¨ªa que escribi¨® el fil¨®sofo David Hume cuando supo tambi¨¦n que padec¨ªa una enfermedad sin cura, su despedida est¨¢ llena de optimismo: ¡°Me encuentro intensamente vivo y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir m¨¢s, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensi¨®n. Esto incluir¨¢ audacia, claridad y hablar con franqueza; tratar¨¦ de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero tambi¨¦n tendr¨¦ tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)¡±.
Sacks explica que en abril publicar¨¢ sus memorias y que tiene otros cuantos libros a punto de ser terminados. El escritor confiesa que no piensa dedicarse a nada que no considere esencial, que no quiere perder el tiempo. ¡°No puedo decir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es el de la gratitud. He amado y he sido amado; he dado mucho y me ha dado bastantes cosas; he le¨ªdo, viajado y escrito¡±.
Nacido en Londres en 1933, Sacks vive en Nueva York desde los a?os sesenta. A lo largo de los a?os, ha ido plasmando las experiencias con las que se cruz¨® en su consulta en libros editados en Espa?a primero por Mario Muchnik y actualmente por Anagrama. Un antrop¨®logo en Marte, Migra?a, Con una sola pierna, La isla de los ciegos al color, El hombre que confundi¨® a su mujer con un sombrero, El t¨ªo Tungsteno, Veo una voz, Despertares y Alucinaciones son sus t¨ªtulos m¨¢s conocidos.
En una entrevista con este diario en 1996, con motivo de la publicaci¨®n de Un antrop¨®logo en Marte, Sacks habl¨® precisamente de la relaci¨®n de los pacientes con la enfermedad.? "Para m¨ª es fundamental la relaci¨®n que se establece entre enfermedad e identidad y la forma en que la gente reconstruye su mundo y su vida a partir de esa enfermedad", explic¨®. "Todos los casos que expongo en este libro han descubierto una vida positiva que surg¨ªa tras una enfermedad. El pintor que tras perder la visi¨®n del color no desea recuperarla. El ciego de nacimiento que recobra la vista hacia la mitad de su vida y no puede soportarlo. La mujer autista que encuentra en el autismo una parte de su identidad... Pero no quiero parecer sentimental ante la enfermedad. No estoy diciendo que haya que ser ciego, autista o padecer el s¨ªndrome de Tourette, en absoluto, pero en cada caso una identidad positiva ha surgido tras algo calamitoso. A veces, la enfermedad nos puede ense?ar lo que tiene la vida de valioso y permitirnos vivirla m¨¢s intensamente".
Hace unos meses, Sacks public¨® un art¨ªculo maravilloso en The New York Review of Books sobre los recuerdos y la ficci¨®n titulado Habla, memoria. En ¨¦l relataba como seg¨²n envejec¨ªa iban surgiendo recuerdos cada vez m¨¢s claros de su infancia; recordaba, por ejemplo, dos episodios en los que bombas nazis cayeron cerca de su casa en Londres cuando era un ni?o durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, su hermano mayor le explic¨® que el primero lo hab¨ªa vivido, pero que el segundo se lo hab¨ªan contado, porque en ese momento ya no estaba en Londres.
Este episodio le sirve a Sacks para hacer una larga disertaci¨®n sobre la importancia de la ficci¨®n en la vida, porque al final lo que hemos le¨ªdo y nos ha impresionado acaba por ser tan importante como lo que hemos vivido. ¡°Nosotros como seres humanos hemos desarrollado sistemas de memoria que tienen fallos, fragilidades e imperfecciones¡±, escribe. ¡°La indiferencia sobre las fuentes nos permite asimilar lo que leemos, lo que nos cuentan, lo que dicen otros y pensar, escribir y pintar, de una forma tan rica y tan intensa como si fuesen experiencias primarias. Nos permite ver y escuchar con los ojos y los o¨ªdos de otros, entrar en la mente de los dem¨¢s, asimilar el arte y la ciencia y la religi¨®n de toda una cultura¡±.
Este texto es una muestra de la forma que tiene Sacks de escribir y pensar y, a la vez, de la inmensa influencia de sus escritos sobre la manera en que vemos el mundo en el que vivimos. La tranquila lucidez con la que afronta la noticia de su c¨¢ncer sin retorno es una prueba m¨¢s de su sabidur¨ªa.?
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