Epifan¨ªa del rid¨ªculo
Tentativa de repetici¨®n del ¨¦xito popular de 'Intocable', 'Samba' podr¨ªa ser incluso tramposa si no fuera tan mala
En las salas de cine no pocas veces hemos vivido una epifan¨ªa, ese momento en el que forma y fondo, tono, estilo e intenci¨®n, asentados en el m¨¢s puro lenguaje cinematogr¨¢fico, convergen hasta acabar conformando un estado de emoci¨®n imborrable. Solo hay algo m¨¢s inolvidable que una epifan¨ªa de placer: esos instantes en los que forma y fondo, tono, estilo e intenci¨®n, convergen hasta acabar produciendo un estado de profundo sonrojo ante lo que estamos viendo en una pantalla. El cine es as¨ª, una misma definici¨®n puede servir para abrazar la gloria o caer en el abismo, ambos imperecederos. Ese momento, no tan habitual, lo ha experimentado estos d¨ªas este cronista con una secuencia de Samba, nueva pel¨ªcula de Eric Toledano y Olivier Nakache, exitosos autores de Intocable: no se trata tanto de haber tenido el valor de intentar crear un momento de instant¨¢nea complicidad copiando los famosos anuncios de los limpiacristales de coca-cola light, de hace 30 a?os, y alargarlo hasta la extenuaci¨®n con un tono entre lo melifluo, lo tosco y lo memo, sino de dejarlo una vez compuesto. Si eso sigue all¨ª, es que no hay el m¨¢s m¨ªnimo gusto cinematogr¨¢fico: el talento de un artista a veces hay que medirlo, m¨¢s que por sus picos altos, por la nula capacidad para darse cuenta del rid¨ªculo.
SAMBA
Direcci¨®n: Eric Toledano, Olivier Nakache.
Int¨¦rpretes: Omar Sy, Charlotte Gainsbourg, Tahar Rahim, Iz?a Higelin, H¨¦l¨¨ne Vincent.
G¨¦nero: comedia dram¨¢tica. Francia, 2015.
Duraci¨®n: 118 minutos.
Tentativa de repetici¨®n del ¨¦xito popular de Intocable, con un enfrentamiento de caracteres antag¨®nicos, esta vez un inmigrante sin papeles y una ejecutiva ca¨ªda en la desgracia de la depresi¨®n, Samba podr¨ªa ser incluso tramposa si no fuera tan mala, de una simpat¨ªa tan forzada, y con unos giros de gui¨®n tan espantosamente cutres. Como la escena del cl¨ªmax final en la que se intercambian las chaquetas (?por el fr¨ªo!) para confundir las personalidades, que bien podr¨ªa ense?arse en las escuelas de gui¨®n para ejemplificar lo que nunca debe hacerse.
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