Los j¨®venes seducidos por el radicalismo yihadista
'Multitudes' aborda la situaci¨®n de una ap¨¢trida brit¨¢nica que asume los postulados del califato de Siria
¡°?Cu¨¢ndo has escuchado por ¨²ltima vez la palabra ?musulm¨¢n? sin que estuviera asociada con la idea de fan¨¢tico, extremista o radical?¡±, se lamenta uno de los protagonistas de Multitudes, obra reci¨¦n estrenada en Londres que confronta la creciente percepci¨®n de la comunidad isl¨¢mica del Reino Unido como un bloque homog¨¦neo, amenazador y ajeno a cualquier matiz. Los conflictos internos de una familia de musulmanes brit¨¢nicos en torno a la religi¨®n y la cultura de origen, el sentido de pertenencia a la patria de adopci¨®n o los problemas de identidad entre los m¨¢s j¨®venes protagonizan el cartel del teatro Tricycle con el objetivo de indagar en los retos de una sociedad multicultural cada d¨ªa m¨¢s cuestionada.
El debut como dramaturgo del actor ingl¨¦s John Hollingworth centra la historia en un concejal musulm¨¢n de Bradford que es invitado a pronunciar un discurso durante el congreso del Partido Conservador en esta ciudad del norte de Inglaterra, con fuerte presencia de inmigrantes de origen paquistan¨ª. Kash es un liberal sin filiaci¨®n partidista, cuya firme adhesi¨®n a la bandera de la Uni¨®n Jack se ve retada por la radicalizaci¨®n de su propia hija adolescente, nacida del rechazo a las intervenciones militares occidentales en Oriente Medio y la influencia de oscuros personajes que intentan reclutar a j¨®venes musulmanes desorientados. Viudo desde hace a?os, tampoco acaba de comprender ¨Caunque respeta- la decisi¨®n de su actual pareja, una inglesa cristiana, de convertirse al Islam. ?l no se lo ha pedido, pero la sociedad que contempla ese gesto con abierto rechazo as¨ª lo cree.
Las funciones de Multitudes (hasta el 21 de marzo) coinciden en el tiempo con los titulares que nos hablan de musulmanes brit¨¢nicos enrolados en las filas de un islamismo enajenado y violento, como el ¡°yihadista John¡±, un joven inform¨¢tico londinense transmutado en el papel de verdugo de los periodistas y cooperantes occidentales decapitados en Siria bajo los designios del Estado Isl¨¢mico. Y de la islamofobia especialmente apuntalada a ra¨ªz del atentado en la sede de Charlie Hebdo en Par¨ªs y contra un centro cultural de Copenhague que albergaba el inapelable derecho a la libertad de expresi¨®n, incluso cuando se trata de caricaturizar a Mahoma.
La obra, sin embargo, empez¨® a gestarse hace ya cuatro a?os como fruto de la experiencia de Hollingworth en esa localidad de Bradford en la que se cri¨® y que encarna un encuentro o una colisi¨®n, seg¨²n las diferentes percepciones, entre tradiciones culturales y religiosas diversas. En el transcurso de sus entrevistas con miembros de la comunidad musulmana de esta y otras ciudades inglesas, el autor encontr¨® especiales reservas a la hora de contactar con mujeres brit¨¢nicas que hab¨ªan decidido convertirse al Islam y que, en su grueso, se sienten estigmatizadas. Quiz¨¢ por eso, el personaje de Natalie en Multitudes, una educadora social apartada de su trabajo cuando decide abrazar el Islam, aparece desdibujado en cuanto a los motivos que le conducen a dar ese paso. Pero la obra deja claro que quienes toman ese camino ser¨¢n autom¨¢ticamente objeto de la sospecha y de la incomprensi¨®n social.
M¨¢s perfilada aparece la figura de su madre, Lyn, una mujer cuyo concepto de lo que significa ¡°ser brit¨¢nico¡± aniquila cualquier idea de la diversidad. Miembro del ala de los tories cuyos postulados hermanan con los del emergente Ukip, un partido antiinmigraci¨®n rayano en lo racista, deniega a Kash el derecho a vindicarse como un ciudadano m¨¢s del Reino Unido, s¨®lo por el hecho de ser musulm¨¢n y a pesar de su perfecta integraci¨®n en un pa¨ªs en el que arrib¨® desde Pakist¨¢n cuando s¨®lo contaba un a?o. ¡°T¨² no puedes ser un brit¨¢nico¡±, le espeta en parad¨®jica coincidencia con la hija de Kash, una chica que siempre se sinti¨® una ap¨¢trida hasta acabar seducida por los postulados del califato de Siria.
De c¨®mo una adolescente de medio acomodado y con un futuro por delante, pero descolocada al vivir a caballo entre dos culturas, acaba comprometida con el radicalismo extremo forma parte del desenlace de la obra. Un ep¨ªlogo que tiene su parang¨®n en el reciente episodio de la vida real de tres adolescentes musulmanas huidas de sus hogares de Londres para engrosar las filas del EI en Siria, ante la incomprensi¨®n de sus familias. La misma que siente Kash en la obra, involuntariamente forzado por primera vez a elegir entre la adhesi¨®n a sus or¨ªgenes o a la sociedad en las que sus padres eligieron vivir y donde ¨¦l cre¨ªa haber encontrado su lugar. La suya es una de las m¨²ltiples voces que, especialmente ahora, claman sobre las tablas de un teatro contra un ¨²nico estereotipo de la comunidad musulmana.
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