Arranca la efervescencia musical de Vive Latino
El festival m¨¢s importante de Latinoam¨¦rica recibe a m¨¢s de 70.000 asistentes Su elenco acoge desde Paquita la del Barrio a Robert Plant
Su t¨²nica verde de lentejuelas doradas no combinaba con los tatuajes rockeros y las rastas de los hombres que la acompa?aban. Paquita la del Barrio, un cl¨¢sico mexicano de rancheras y de canciones despechadas, hab¨ªa saltado al escenario para cantar con el grupo de rock Genitallica. Pero quien acude al Vive Latino, uno de los festivales de m¨²sica de referencia en Am¨¦rica Latina, sabe que estas cosas pueden pasar. Un festival sin etiquetas, donde suena al tiempo la pandereta del que fuera vocalista de Led Zeppelin y, a escasos 100 metros, rugen los raperos norte?os del Cartel de Santa entre una neblina de marihuana.
?Al llegar al Foro Sol, un recinto destinado a eventos deportivos masivos, los polic¨ªas se agrupan en escuadrones de 20. Junto a ellos, otros batallones menos organizados hacen lo posible por vender ilegalmente los boletos de ese d¨ªa. Nadie impide la reventa.
?- ?Quiere un boleto por 300, amiga? ?Y tiene uno que le sobre?
?Los asistentes corren de un lado a otro para ver los conciertos en los cuatro escenarios disponibles. Entre ellos tampoco hay clich¨¦s. ¡°La gente que viene a este festival lo hace porque le gusta la m¨²sica, quiere conocer grupos nuevos o quiere ver a los m¨¢s conocidos. En otros festivales como el Corona Capital, muchos j¨®venes vienen bien vestidos solo para tomarse la foto junto al cartel¡±, cuenta Salvador, de 27 a?os, que acaba de entrar comprando una entrada por 300 pesos (unos 20 d¨®lares), menos de la mitad del boleto original.
El precio de la comida y la bebida dentro del recinto duplica el costo que ofrecen tras los muros del Foro. Lorena, de 25 a?os, lo sab¨ªa antes de entrar y por eso ha colocado estrat¨¦gicamente dentro de su sujetador una bolsa de pl¨¢stico con mezcal a prueba de cacheos. Cuando la muestra se r¨ªe: ¡°Esta noche tengo chichis¡±.
En la primera jornada del Vive acudieron unas 70.000 personas, seg¨²n las cifras de los organizadores. De ellas, unas 50.000 fueron a ver a un cl¨¢sico. La melena encrespada de Robert Plant se meneaba a sus 66 a?os como cuando formaba parte de la banda m¨¢s rompedora de los setenta. Comenz¨® recordando de d¨®nde ven¨ªa: ¡®Babe I¡¯m gonna leave you¡¯, de Led Zeppelin. Ya los ten¨ªa. Su concierto dur¨® poco m¨¢s de media hora.
Poco antes, la cumbia psicod¨¦lica se fund¨ªa con el rap, el reggae y, sobre todo, con la electr¨®nica. Los colombianos de Bomba Est¨¦reo hicieron saltar un p¨²blico que minutos antes parec¨ªa cansado sobre el c¨¦sped. Era de los ¨²ltimos conciertos de la noche de un d¨ªa duro para quien llevara desde la una de la tarde. ¡°Hay que aprovechar para descansar las piernas un ratito, si no es imposible que uno aguante¡±, cuenta Francine, de 37 a?os.
A las 12 y media de la madrugada, una voz por megafon¨ªa avisa que est¨¢n a punto de cerrar. Cerca de los altavoces, uno de los artistas m¨¢s originales del festival, el chileno Mat¨ªas Aguayo lleva media hora levantando entre los asistentes una polvareda de tierra. Todos bailan con su house latinoamericano hecho en Alemania. En el escenario, un grupo de bailarines descoordinados se mueven libremente vestidos de blanco y negro con m¨¢scaras. Aguayo suelta el pinchadiscos por unos minutos y se coloca una en la cara. Se mueve rob¨®ticamente frente a ellos imitando a un felino.
La fiesta se va a acabar y comienza la desesperaci¨®n por volver a casa. Decenas de taxistas ofrecen sus tarifas a la salida, cuatro veces m¨¢s que el precio a esas horas en un d¨ªa normal. Los autobuses que ha instalado el Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico no son f¨¢ciles de encontrar y los que ofrecen el servicio p¨²blico durante el d¨ªa han visto una oportunidad de negocio. La Polic¨ªa los observa sin mover un dedo. Los peseros triplican el aforo permitido, con pasajeros de pie luchando por no caerse con cada frenazo. Su precio, 40 pesos (unos 3 d¨®lares), es tambi¨¦n cuatro veces m¨¢s de lo normal. La estrategia de venta la deja clara el conductor: ¡°Si le parece caro, vaya y vea cu¨¢nto le va a robar un taxi¡±.?
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