La ¡°iron¨ªa infinita¡± de Cervantes llega a Estados Unidos
Jos¨¦ Luis G¨®mez estrena 'Entremeses' en el Kennedy Center de Washington
Esta es una semana muy cervantina en Washington. El hallazgo de los supuestos restos de Miguel de Cervantes ha tenido un amplio eco en los medios de comunicaci¨®n. Ese mismo martes se estren¨® en Estados Unidos Entremeses, la agrupaci¨®n de tres obras bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Luis G¨®mez del Teatro de la Abad¨ªa de Madrid. Y el s¨¢bado, tambi¨¦n debuta En un lugar del Quijote, una interpretaci¨®n de la novela cumbre de Cervantes por parte de la compa?¨ªa Ron Lal¨¢.
Las dos obras se suben durante dos d¨ªas al escenario del Kennedy Center de Washington en el marco del festival Iberian Suite, un amplio repaso a la cultura iberoamericana. Su representaci¨®n permite medir la vigencia, cuatro siglos despu¨¦s, de la iron¨ªa, el idealismo y la tolerancia presentes en las historias de Cervantes (1547-1616). Y el impacto de esos valores en un pa¨ªs que entonces ni exist¨ªa y no se fundar¨ªa hasta m¨¢s de un siglo despu¨¦s de la muerte del escritor de Alcal¨¢ de Henares.
El fundador de la Abad¨ªa estudi¨® con Lee Strasberg en Nueva York en 1978
¡°Una cosa hermosa de traer un espect¨¢culo como Entremeses a un pa¨ªs tan extraordinario, intenso y joven como es Estados Unidos es el contraste, que sepan que tenemos una cultura que ha sido fundadora de otras, muy antigua y con ra¨ªces muy largas¡±, dice G¨®mez tras el estreno el martes de la agrupaci¨®n de tres ¡ªLa cueva de Salamanca, El viejo celoso y El retablo de las maravillas¡ª de las ocho breves historias que escribi¨® Cervantes pensadas para interpretar en descansos de obras teatrales.
El veterano y laureado actor, director y miembro de la Academia de la Lengua ensalza que el ¡°teatro es universal¡±, pero su acogida no deja de ser local y personal. Describe un ¡°sentimiento muy particular¡± al pensar c¨®mo el p¨²blico estadounidense percibe la Espa?a del siglo XVI a trav¨¦s de las historias de sarcasmo, imaginaci¨®n, clasismo y sensualidad que fluyen durante casi dos horas en Entremeses. Para G¨®mez (Huelva, 1940), el estreno en Estados Unidos tiene algo de especial tras haber estudiado un a?o ¡ª1978¡ª en Nueva York con el actor y director Lee Strasberg. ¡°Es muy grato¡±, dice.
La obra es la misma que estuvo en cartel entre diciembre y febrero en la Abad¨ªa, como celebraci¨®n del 20? aniversario de su estreno en el teatro madrile?o tambi¨¦n dirigida por G¨®mez. Repiten algunos de los actores del reparto original. Y mantienen su protagonismo en un pueblo festivo el ¨¢rbol central, los vestidos tradicionales y la variopinta y electrizante m¨²sica, que ayuda a visualizar desde lluvia y puertas hasta los nervios de una infidelidad. Tras su paso por la capital de EE UU, Entremeses inicia una gira por Espa?a, con un breve par¨¦ntesis en Hungr¨ªa.
El director: "Que sepan que tenemos una cultura que ha sido fundadora de otras, muy antigua y con ra¨ªces muy largas"
Su estreno en Washington llen¨® m¨¢s de media sala del Kennedy Center. Y desat¨® risas constantes de un p¨²blico de espa?oles y estadounidenses. La interpretaci¨®n era en espa?ol ¡ªsalvo una broma improvisada en ingl¨¦s por una de las actrices¡ª con subt¨ªtulos en ingl¨¦s, cuya traducci¨®n no convenci¨® a G¨®mez. ¡°El p¨²blico no lo ha podido percibir todo. Es dif¨ªcil. Creo que s¨ª ha agarrado el nivel de juego e iron¨ªa que tiene Cervantes, que es una iron¨ªa infinita¡±, se?ala.
G¨®mez subraya la vigencia universal de los valores que afloran en esas obras cortas. ¡°Cervantes son palabras mayores¡±, dice. ¡°Los espa?oles queramos o no somos criaturas cervantinas¡±, agrega parafraseando a Manuel Aza?a. ¡°Hay una veta muy profunda que une, los seres humanos somos puros eslabones de una largu¨ªsima cadena¡±.
Al acabar el espect¨¢culo, hubo un breve coloquio de algunos actores con el p¨²blico. Uno de ellos pregunt¨® a los asistentes qu¨¦ sensaci¨®n se llevaban. ¡°Alegr¨ªa¡±, dijeron la mayor¨ªa.
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