J¨¦r?me Bonnafont: ¡°Los franceses somos bastante quejicas¡±
Embajador de Francia, su ¨²ltimo destino fue en la India. Le sorprende la severidad de los espa?oles
?Qu¨¦ le parece interesante de este pa¨ªs? La diversidad, la vitalidad. Llegu¨¦ en el peor momento de la crisis. Vi la reacci¨®n de la gente en dificultades; fue de rabia, pero no hubo des¨¢nimo, fue de confianza en la recuperaci¨®n.
Como los franceses, quiz¨¢. Los franceses somos bastante quejicas... En Francia existe la expresi¨®n p¨²blica de pesimismo sobre el futuro pol¨ªtico, pero hay un gran optimismo sobre el futuro individual. ?Mire la estad¨ªstica de nacimiento de ni?os!
?Qu¨¦ aprendi¨® de los espa?oles? La capacidad de aguante. Un concepto muy fuerte en los comportamientos; y no se produce de la misma manera en Francia... Otra cosa que me impresiona de los espa?oles: disfrutan del momento. Una noci¨®n epic¨²rea y espont¨¢nea del carpe d¨ªem.
Es usted m¨¢s generoso con los espa?oles que los espa?oles mismos... Eso dicen las encuestas de opini¨®n: los franceses valoran m¨¢s Espa?a que los propios espa?oles. Al tiempo, aqu¨ª hay mucha curiosidad sobre la cultura, la pol¨ªtica y la econom¨ªa francesa; eso se trasluce en la cobertura que aqu¨ª se da a nuestros asuntos.
Somos m¨¢s duros con nosotros mismos... Me sorprende esa severidad espa?ola con su propio desarrollo desde la Transici¨®n. Espa?a representa un ¨¦xito impresionante con respecto a lo que fue Espa?a anta?o. Hay un paro inaceptable, s¨ª, y hay una crisis, pero su sistema de salud, sus infraestructuras, el grado de libertades que muestra, garantizan una posici¨®n fuerte en el mundo.
?Qu¨¦ no le gusta de nosotros? ?Aparte de la hora de la comida? Una sequedad, una virulencia en el conflicto ideol¨®gico m¨¢s grande que en otros pa¨ªses de Europa. Una tendencia a la deslegitimaci¨®n del otro que me parece sorprendente y que me recuerda a lo que sucedi¨® en Francia hace unos treinta a?os.
De la india me traje una historia particular: mi marido, mi hijo de aqu¨ª me llevo una lengua¡±
Hemos avanzado al menos en la igualdad... Me sorprende como franc¨¦s ese grado de cohabitaci¨®n en el progreso de las libertades y la aceptaci¨®n, por otra parte, de un nivel de desigualdad social que no aceptar¨ªamos en Francia...
?Se siente usted c¨®modo aqu¨ª? ?S¨ª! Y sobre todo mi hijo Mois¨¦s, que cuando regresa de viaje dice que de aqu¨ª no se mover¨ªa.
?Qu¨¦ se trajo de India? ?Qu¨¦ se llevar¨¢ de aqu¨ª? De la India, una historia particular: mi marido es de all¨ª, mi hijo tambi¨¦n; me traje la impresi¨®n de una civilizaci¨®n en la que sorprende la alteridad. Espa?a es como un primo pr¨®ximo y al tiempo muy diferente. Y nos llevamos una lengua.
Dos de los embajadores de potencias occidentales, el norteamericano y el franc¨¦s, son homosexuales. Para mi Gobierno mi orientaci¨®n sexual no es importante, no es ni una ventaja ni una desventaja; y aqu¨ª hay mucha gente que lo sabe y no le importa y a los que no lo saben tampoco les importar¨ªa. Vivimos en un sistema en que la religi¨®n, la orientaci¨®n pol¨ªtica y la sexual no deben ser criterios determinantes.
Vivi¨® aqu¨ª la experiencia de los ataques a Charlie Hebdo. A Charlie Hebdo y a un comercio jud¨ªo. Viv¨ª aqu¨ª la solidaridad espa?ola, que sufri¨® lo mismo hace once a?os. Esta es una realidad muy dura: tratan de prohibir la diferencia, imponer una idea ¨²nica y quieren eliminar toda forma de cultura en nombre de la verdad ¨²nica. Hay fuerzas yihadistas que atacan la libertad de una forma perversa.
Usted est¨¢ leyendo sobre Carlos III. ?Qu¨¦ le aconsejar¨ªa leer al Rey de Espa?a que los visita? Las memorias de De Gaulle..., para hacerse ¡°una cierta idea de Francia¡±.
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