El Greco y la capital de Sefarad
Un ¨²nico museo con toda la obra del artista multiplicar¨ªa el atractivo de Toledo
La conmemoraci¨®n del cuarto centenario de la muerte de El Greco en Toledo ha supuesto uno de los grandes ¨¦xitos de la ciudad de las tres culturas en sus dos mil a?os de historia. Miles de personas han visitado las dos magnas exposiciones de obras del cretense en el Museo de Santa Cruz y la obra dispersa en otros lugares emblem¨¢ticos de la ciudad. La eclosi¨®n cultural y el fluir de las visitas han enriquecido sobremanera a todo el entramado comercial que tiene que ver con servicios al turismo, esa industria limpia y no deslocalizable.
El 2014 ha dictado su lecci¨®n: El Greco y Toledo son un foco de atracci¨®n si el foco est¨¢ bien dise?ado, construido e iluminado, es decir, si El Greco se ofrece de manera atractiva en un espacio singular que pueda albergar simult¨¢neamente un alto n¨²mero de personas y si, adem¨¢s, se re¨²ne la suficiente obra para que esa atracci¨®n tenga poder por s¨ª misma y no suponga un peregrinaje para el visitante.
Toledo sabe que se conformar¨ªa la colecci¨®n unitaria de obras del Greco m¨¢s importante del mundo con el agrupamiento en una sola y en un solo espacio de las dos que se encuentran ahora en el Museo del Greco y el Museo de Santa Cruz, ambos gestionados por la Administraci¨®n p¨²blica. Esta suma de obras del cretense en un solo espacio, un ¨²nico Museo Nacional del Greco, supondr¨ªa, con la gesti¨®n adecuada, multiplicar la capacidad de llamada que ya de por s¨ª tiene el nombre del pintor y la ciudad que lo acogi¨®. Esta propuesta muse¨ªstica bien podr¨ªa seguir la estela de ¨¦xito de lo acaecido en 2014, el a?o de los fastos del centenario.
Una ciudad que progresa y que quiere desarrollar su mayor potencial tur¨ªstico tiene que tomar decisiones de progreso y no volver al caparaz¨®n inmovilista de los siglos y a la quietud que mira lo decimon¨®nico con esa plegaria de asustadizos que es ¡°virgencita, virgencita, que me quede como estoy¡±.
No es El Greco el ¨²nico foco de luz que destella en Toledo. Hay otro tan potente o m¨¢s que el que se eleva del universo del cretense. Toledo es la capital de Sefarad, es la Jerusal¨¦n de Occidente, tiene una juder¨ªa hermos¨ªsima y en ella una joya sin parang¨®n: la sinagoga de Samuel Lev¨ª, hoy llamada del Tr¨¢nsito, junto a otra no menos hermosa, la sinagoga de Santa Mar¨ªa la Blanca. Sin embargo, en ese entorno falta algo que contextualice, atraiga y retenga; es necesario un verdadero Museo de la Cultura Jud¨ªa. Este gran foco judaico en el Toledo/Sefarad ser¨ªa un verdadero im¨¢n para riadas de personas de todo el mundo que se mueven siguiendo el hilo de esta cultura milenaria. De nuevo el turismo como creador de riqueza en el entramado de la industria limpia no deslocalizable.
Las ciudades no pueden echarse una manta a la cabeza y reposar, tienen que desarrollar ideas razonables e innovadoras que sirvan para mejorar y progresar. Toledo tiene tan gran potencial que la dificultad de desarrollo solo estar¨ªa en la cerraz¨®n de las personas, en los miedos at¨¢vicos y en una ancestral falta de altura de miras del conjunto de liderazgos econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales. Para avanzar, lo primero es tener la voluntad de hacerlo. Si en Avi?¨®n no hubiera habido una persona, Jean Vilar, a la que se le ocurri¨® crear un escenario en el Palacio de los Papas y luego en otros lugares de la ciudad e inventar el Festival de Teatro, hoy ser¨ªa una ciudad visitada con moderaci¨®n, pero no la ciudad boyante que vive de un festival mundial de teatro que dura meses y que es un centro de creatividad de referencia universal. Si Bilbao no hubiera adecentado la R¨ªa y construido el Museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna de Congresos y de la M¨²sica, seguir¨ªamos yendo alguna vez al Bocho; sin embargo, la ciudad hoy es lugar de peregrinaci¨®n para gentes de todo el mundo. Si Florencia, ciudad muy pareja a Toledo, no hubiera sido una ciudad de ideas y de hechos, no habr¨ªa pasado de ser una ciudad tur¨ªstica de un d¨ªa a serlo de tres. Lo mismo podr¨ªamos decir de Lucerna o de Edimburgo. Toledo tiene muchos ejemplos donde mirarse y debe hacerlo.
La lecci¨®n de El Greco 2014 debe servirnos para pensar en esa identidad esot¨¦rica, m¨ªtica y quim¨¦rica, tradicional y trascendente que se acurruca en el quietismo y, a su vez, para construir un proyecto c¨ªvico cultural moderno, social y democr¨¢tico, deudor de la apertura de la Escuela de Traductores de Toledo, en donde la cultura, la tolerancia y el progreso fueron una verdadera palanca de cambio positivo.
El horizonte est¨¢ abierto. La utop¨ªa no es algo inalcanzable. El Toledo del siglo XXI es posible. ?Hag¨¢moslo!
Antonio Ill¨¢n Ill¨¢n es poeta y catedr¨¢tico de Ense?anza Secundaria de Lengua Castellana y Literatura.
Babelia
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