Matar con todas las de la ley
Vive solo, como Alain Delon en 'El samur¨¢i', con un p¨¢jaro. Pero si Delon se dedicaba al bandidaje en la pel¨ªcula de Melville, Lascano es polic¨ªa
Le llaman el Perro a Venancio Ismael Lascano, de familia jud¨ªa y viudo. Vive solo, como Alain Delon en El samur¨¢i, con un p¨¢jaro. Pero si Delon se dedicaba al bandidaje en la pel¨ªcula de Melville, Lascano es polic¨ªa. Contra el desamparo se abraza a una idea de justicia imposible y, obnubilado por el fantasma de la esposa muerta, est¨¢ a punto de tropezar con una forajida que es la doble de la difunta. Crimen en el barrio del Once (antes La aguja en el pajar, 2005), El polic¨ªa descalzo de la plaza San Mart¨ªn (Delincuente argentino, 2007) y Los hombres te han hecho mal (2012) componen la trilog¨ªa que Ernesto Mallo (La Plata, 1948) ha dedicado a su h¨¦roe, El comisario Lascano, insobornable por m¨¢s que lo acosen, lo maten y resucite para que otra vez intenten matarlo. Negra como la Argentina de Lascano es la literatura de su creador, anclada en una ¨¦poca criminal, cerca del fin de la dictadura de los militares y en los albores de la democracia, buenos tiempos para el crimen. Mata el Ej¨¦rcito o mata la polic¨ªa. Una noche, en los ¨²ltimos a?os setenta del siglo XX, en un descampado aparecen tres muertos. ¡°Con tantos cad¨¢veres por todos lados, ?a qu¨¦ preocuparse por uno m¨¢s o menos?¡±. No es dif¨ªcil disimular un nuevo asesinato entre los despojos que deja la guerra contra lo que llaman la subversi¨®n, aunque uno de los muertos tenga la cara intacta y los fusilados por los milicos suelan presentarse con las facciones borradas a tiros.
El mundo de Eduardo Mallo sufre una carnavalizaci¨®n: aqu¨ª, antes y despu¨¦s de los militares, el principal peligro criminal lo encarnan las fuerzas del orden. Cuando el Ej¨¦rcito cede ante las formas democr¨¢ticas, la polic¨ªa reivindica su monopolio de la violencia. La vida sigue al rev¨¦s. Abolida la distancia entre el agente de la ley y el malhechor, el delincuente com¨²n es menos malo o menos poderoso que el jefe de la polic¨ªa. Pero los gestos carnavalescos de los matones de Mallo (jerarqu¨ªas del Estado y gente bien) no se disfrazan bajo el humor con sangre de Jim Thompson, por ejemplo, en la cl¨¢sica 1280 almas, con su lamentable sheriff asesino. Las novelas de Mallo pertenecen a ese cap¨ªtulo de la novela negra que podr¨ªamos denominar novela hist¨®rica de cr¨ªmenes: la novela negra como cr¨ªtica moral de una ¨¦poca. El asesinato de ciudadanos y el tr¨¢fico de ni?os robados gestionado por militares son hechos hist¨®ricos. El gobierno policial del negocio de la coca¨ªna y del secuestro de adolescentes para prostituirlas pertenece a la superstici¨®n veros¨ªmil. Mallo no oculta la identidad de sus criminales. La tensi¨®n se funda en otro tipo de incertidumbre: ?qu¨¦ medida alcanzar¨¢ la perversi¨®n de sus respetables asesinos en la pr¨®xima p¨¢gina? ?Los acompa?ar¨¢ la fortuna?
Se le plantea al h¨¦roe un dilema en el centro de la trilog¨ªa. Decidido a reformarse en cuanto logre liquidez, un honrado delincuente atraca su ¨²ltimo banco, y Lascano recibe el encargo de recuperar el bot¨ªn. Supongamos que el polic¨ªa se encontrara con el atracador y que el atracador le preguntara: ¡°?Qu¨¦ diferencia hay en que te pague el ladr¨®n que soy yo por dejarme ir a que te pague el ladr¨®n que es el banquero?¡±. Suena a Bertolt Brecht, al final de La ¨®pera de tres centavos: ¡°?Qu¨¦ es robar un banco comparado con fundarlo?¡±.
El comisario Lascano. Ernesto Mallo. Siruela. Madrid, 2015. 460 p¨¢ginas. 22,95 euros.
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