Los discursos de la historia, a escena

¡°No se puede tolerar que todo el peso de la guerra gravite sobre la mayor parte del pueblo, mientras un reducido grupo eluda sus responsabilidades¡±, dec¨ªa Joseph Goebbels, ministro para la Ilustraci¨®n P¨²blica y Propaganda de la Alemania nazi, en su discurso La Guerra Total de 1943. Con su oratoria, Goebbles quer¨ªa seducir a todos los alemanes al combate ¡°por ser un asunto de todo el pueblo¡±. Goebbels junto con S¨®crates, Martin Luther King, Robert Kennedy, Malcolm X, George Bush y Osama Bin Laden, entre otros, recobran la voz y la fuerza de su oratoria en la obra de teatro BigMouth (Bocazas) del belga Valentijn Dhaenens que se presenta en el Teatro del Barrio desde hoy y hasta el s¨¢bado en el marco del Festival de Oto?o a Primavera. Dhaenens (1976) se transforma durante 80 minutos en 19 personajes hist¨®ricos que con su ideolog¨ªa influyeron a las masas.

¡°El poder de la palabra mueve el mundo. Los l¨ªderes mundiales han sido como dioses que han cambiado el curso de la historia por medio de sus discursos¡±, explica Dhanens y a?ade que este poder de influencia a trav¨¦s del lenguaje ¡°es tambi¨¦n algo peligroso¡±. ¡°Es imposible darle tanto poder a una persona a trav¨¦s de la palabra¡±, afirma. El proceso de creaci¨®n de BigMouth fue intenso, el artista ley¨® durante un a?o m¨¢s de mil discursos. ¡°No eleg¨ª los discursos porque comparta mi opini¨®n con lo que dicen estas personas, pero tampoco es una parodia. Con Goebbels por ejemplo mientras ¨¦l gritaba diciendo su discurso, yo lo recito con una voz calmada e intercalo frases de su alocuci¨®n con la del general George Patton (militar estadounidense), que era su enemigo de guerra. El discurso de Patton es incluso m¨¢s sanguinario, y aunque la alocuci¨®n de Goebbles, es de un contenido terrible, es de todos los discursos el que m¨¢s me fascin¨® por la manera en que est¨¢ construido y con la intenci¨®n de seducir a la gente para la guerra¡±, afirma Dhaenens.

No eleg¨ª los discursos porque comparta mi opini¨®n con? estas personas, pero tampoco es una parodia Valentijn Dhaenens

Una parte principal de la obra la protagonizan personalidades pol¨ªticas estadounidenses. ¡°Estados Unidos es un poco el jefe del mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Como cuando exist¨ªa el imperio romano, ahora existe el imperio estadounidense. Aunque parecen estar llegando a su fin¡±, se?ala Dhaenens. Sin embargo, el artista no incluye ning¨²n discurso del actual presidente, Barack Obama en la obra. ¡°Obama es un gran orador, pero a¨²n es actual y por ende muy cercano para copiarlo. Necesito m¨¢s distancia. Para analizar algo es necesario tener un espacio de tiempo m¨¢s amplio¡±, resume.

Aunque Dhaenens dice que su obra no representa ninguna posici¨®n pol¨ªtica, hay momentos que son insinuantes. Por ejemplo, mientras se escucha de fondo la canci¨®n I wanna live in Am¨¦rica (del musical West Side Story), Dhanens hace un recorrido a trav¨¦s de los Estados Unidos de los a?os sesenta y setenta del pasado siglo. ¡°Marthin Luther King ha sido asesinado hoy en Memphis Tenesse¡±, anuncia Robert Kennedy. Y continua: ¡°En estos momentos es bueno preguntarse en qu¨¦ tipo de naci¨®n queremos vivir¡±. Enseguida Martin Luther King responde: ¡°He visto la tierra prometida, donde finalmente fuimos libres¡±. Luego se escuchan sonidos de un arma disparando y Malcolm X dice vehemente: ¡°No somos americanos, somos africanos, africanos que viven en Am¨¦rica. Hemos sido secuestrados y tra¨ªdos aqu¨ª en contra de nuestra voluntad¡±. Oratorias de hace m¨¢s de medio siglo que parecen encontrar eco en la actualidad, en referencia a los hechos sucedidos en Baltimore tan solo hace unos d¨ªas.

Dhaenens ha presentado BigMouth en Australia, Reino Unido y Estados Unidos, despu¨¦s de se estreno en B¨¦lgica en 2011. ¡°La manera c¨®mo la audiencia reacciona es muy diferente. Cuando present¨¦ la obra en New York el invierno pasado e hice el discurso de Osama Bin Laden, me sent¨ª muy extra?o. Pensar que soy un europeo que viene decirles que fue el 9/11, explicando a trav¨¦s de Osama Bin Laden de donde ven¨ªa su odio¡±, explica el actor. En una alocuci¨®n de Bin Laden de 1996, el terrorista asesinado afirma: ¡°Quiere tomar esta oportunidad para explicar porque odiamos a los Estados Unidos y a sus presidentes. Creemos que con su apoyo a Israel, el pa¨ªs es responsable por las muertes en Palestina, L¨ªbano e Irak¡±.

La obra de Dhaenens tiene la fuerza de la realidad y es tambi¨¦n un poco una lecci¨®n de historia. "Para los que conocen poco sobre B¨¦lgica, resulta nuevo cuando interpreto el discurso del rey Balduino, que en 1990 se dirigi¨® al pueblo para explicar por qu¨¦ abdicaba. En mi pa¨ªs el rey tiene que firmar todas las leyes. El Parlamento hab¨ªa aprobado entonces la ley a favor del aborto. El rey abdic¨® porque no pod¨ªa firmar esa ley que iba en contra de su consciencia", narra Dhaenens.

Las pocas canciones del montaje tienen un significado especial. As¨ª por ejemplo We'll meet again (Nos veremos otra vez), de Vera Lynn, que se hizo famosa en la Segunda Guerra Mundial. "Todas estas personalidades se encuentran otra vez a trav¨¦s del tiempo en la obra, enemigos y conocidos". Asimismo la canci¨®n de Nirvana, Smell like teen spirit: "Nirvana fue para mi generaci¨®n como la Biblia. Ese poder de la palabra que no solo tienen los pol¨ªticos", concluye el actor.