Protagonista, el toro
Nadie se aburri¨®. Y no hubo triunfo Lo tuvo en sus manos Juan del ?lamo en su primero y lo dej¨® escapar
Cuando sale el toro ¡ªel toro de poder, se entiende¡ª con trap¨ªo, serio y bien armado, todos se ponen firmes, el p¨²blico se olvida de la comuni¨®n del s¨¢bado y el alma se concentra en un pu?o. Despu¨¦s, habr¨¢ o no habr¨¢ triunfo, pero ah¨ª queda la mecha de la emoci¨®n.
Toros hubo, y qu¨¦ toros. Imponentes de trap¨ªo y, algunos, de fortaleza. Empujaron en varas y les zurraron de lo lindo y, claro, la mayor¨ªa lleg¨® sin resuello al tercio final. Pero ah¨ª queda el parte de la batalla: un herido ¡ªCasta?o¡ª en su prestigio; otro, Ure?a, con la carne agujereada y el cuerpo roto; el tercero, Del ?lamo, con su ilusi¨®n atropellada; y otros tuvieron mejor fortuna: Paco Mar¨ªa pic¨® muy bien al tercero; Tito Sandoval aguant¨® con torer¨ªa la acometida del cuarto hasta que se dio de bruces contra el suelo; y ?ngel Otero y Fernando S¨¢nchez fueron obligados a saludar tras parear como los ¨¢ngeles a ese mismo toro.
Y nadie se aburri¨®. Y no hubo triunfo.
Lo tuvo en sus manos Juan del ?lamo en su primero y lo dej¨® escapar. Dibuj¨® un quite de ver¨®nicas lentas, suaves y sentidas, que abroch¨® con una media espl¨¦ndida. El comienzo de faena fue espectacular, una mezcla de pases por alto, ayudados, una trincherilla, y remate¡ La primera tanda con la mano derecha result¨® el¨¦ctrica por la movilidad del toro y la disposici¨®n del torero, pero fue tan corta que supo a poco. Cuando el p¨²blico ten¨ªa la respiraci¨®n entrecortada, el torero acab¨® la secuencia y lo fastidi¨®. En momentos as¨ª hay que llegar al cl¨ªmax. Un error en una obra de arte puede ser fatal. Repet¨ªa el toro, continu¨® Del ?lamo por ambas manos, pero nada fue ya igual. Falt¨® profundidad, aire, inspiraci¨®n¡ El otro era un toraco de 686 kilos que lleg¨® sin fuelle a la muleta y solo pidi¨® una muerte r¨¢pida.
La corrida de hoy
Toros de El Ventorrillo para los diestros Juan Jos¨¦ Padilla, Manuel Jes¨²s El Cid y Alejandro Talavante.
Peor parte se llev¨® Ure?a. Lleg¨® dispuesto a comerse el mundo despu¨¦s de su tarde frustrada con el toro Agitador del pasado s¨¢bado, y a punto estuvo de que se lo comieran a ¨¦l. Acab¨® con el vestido para tirarlo, el cuerpo roto y desmadejado, con dos puntazos leves, y la cotizaci¨®n en p¨¦rdidas. Se jug¨® la vida, muy bien colocado, entre los pitones del segundo ¡ªun toro muy bravo en el caballo y banderillas que lleg¨® fundido a la muleta¡ª, y sufri¨® una voltereta que casi lo deja en el sitio. Sali¨® de la enfermer¨ªa, cambi¨® el turno para matar el sexto y se pele¨® con un toro deslucido y blando que volvi¨® a zarandearlo. En fin, est¨¢ vivo, y eso es lo que importa. Los h¨¦roes, a veces, salen cojeando, pero siguen siendo h¨¦roes.
Casta?o es un jabato, pero ayer no tuvo su d¨ªa. Corramos un tupido velo.
PEDRAZA / CASTA?O, URE?A, DEL ?LAMO
Toros de Pedraza de Yeltes, muy bien presentados, bravos en los caballos, y parados, sosos y deslucidos en el tercio final, a excepci¨®n del tercero.
Javier Casta?o: pinchazo, estocada, un descabello ¡ªaviso¡ª descabello (silencio); media atravesada, un descabello ¡ªaviso¡ª y cinco descabellos (silencio).
Paco Ure?a: estocada ca¨ªda (palmas); estocada (silencio).
Juan del ?lamo: estocada tendida y ca¨ªda ¡ªaviso¡ª (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (silencio).
Plaza de las Ventas. 12 de mayo. Quinta corrida de la Feria de San Isidro. Casi tres cuartos de entrada.
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