Las secciones paralelas tambi¨¦n existen
Philippe Garrel abre la Quincena de los Realizadores con ¡®L¡¯ombre des femmes¡¯
Las secciones paralelas se suman hoy jueves al arranque del Festival de Cannes, con un espacio cada vez m¨¢s influyente y respetado en la Croisette. Es el caso, en especial, de la Quincena de los Realizadores, que desde hace dos ediciones vive una nueva era dorada. La secci¨®n alcanza su 47? edici¨®n con una selecci¨®n que, por lo menos sobre el papel, resulta especialmente vigorosa. La inauguraci¨®n corre a cargo de L¡¯ombre des femmes, lo ¨²ltimo del director Philippe Garrel, uno de los adalides del cine de autor franc¨¦s, que vuelve a abordar dos de sus mayores obsesiones: el ardor sentimental y el dolor inevitable que este comporta padecido por personajes con problemas para conciliar la utop¨ªa y la realidad.
Sus protagonistas son bohemios, en la perfecta definici¨®n que les dio el diccionario Larousse hace m¨¢s de un siglo: "J¨®venes literatos o artistas que viven del producto precario de su inteligencia". Con una ¨²nica diferencia: hace a?os que dejaron atr¨¢s su juventud, pero todav¨ªa no experimentan demasiados s¨ªntomas de madurez. Los dos, interpretados por los magn¨¦ticos Stanislas Merhar y Clotilde Courau, rozan la caricatura. ?l es cineasta y ella su asistente. Est¨¢n rodando un? documental sobre un antiguo miembro de la Resistencia francesa y viven en un gran apartamento destartalado, cuyo alquiler no siempre logran sufragar. Ambos se debaten entre disfrutar de una apacible vida de pareja y las alternativas que les plantean sus respectivos amantes.
Garrel explora con impresionante sutileza la din¨¢mica de poder entre los integrantes de un tri¨¢ngulo amoroso, que luego se convertir¨¢ en cuadril¨¢tero. El director presta especial atenci¨®n a su protagonista femenina, que dejar¨¢ de ser una musa silenciosa y sacrificada consorte para coger por las solapas a su compa?ero, un hombre mentiroso y cobarde hasta el patetismo. El g¨¦nero masculino no sale bien parado del retrato que esboza Garrel. Hacia el final, ambos descubren que el documental que acaban de rodar contiene mucha m¨¢s ficci¨®n de la que hubieran podido adivinar. Tocados y hundidos por la soledad, desconsolados en un mundo donde los h¨¦roes no existen, deciden aferrarse a ese sentimiento, tambi¨¦n precario, que les ha mantenido unidos. Tampoco han encontrado nada mejor.
Arnaud Desplechin, Miguel Gomes o Takashi Miike presentar¨¢n sus pel¨ªculas?
Pese a llegar a tan amarga conclusi¨®n, la pel¨ªcula se distingue por una inusual ligereza, que a veces se acerca a la comicidad y que incluso ha provocado carcajadas en el estreno en la Quincena. "Deben de ser risas nerviosas, porque todos hemos vivido historias parecidas", ha afirmado Garrel ante sus primeros espectadores. "Freud dec¨ªa que, en la sociedad contempor¨¢nea, preferimos la monogamia a la poligamia, aunque esa elecci¨®n nos siga oprimiendo. Cuando uno se r¨ªe al ver historias como esta, es a causa de esa represi¨®n. En realidad, mi guion no era nada divertido". El director de La cicatriz interior, de 67 a?os, asegura haberla rodado en blanco y negro "porque es m¨¢s barato" y ha denunciado los problemas que la crisis impone a los cineastas. "Cada rodaje es como escalar el Montblanc o el Everest, y no es lo mismo hacerlo en 40 d¨ªas que en 20".
Tras esta inauguraci¨®n, la Quincena acoger¨¢ a pesos pesados como Arnaud Desplechin, Miguel Gomes o Takashi Miike, a quienes se esperaba m¨¢s bien compitiendo para la Palma de Oro. "Esta es una edici¨®n especialmente buena. Tuvimos la suerte de hacernos con pel¨ªculas que, en principio, no iban destinadas a la Quincena. La apuesta de la secci¨®n oficial, que ha preferido renovar nombres, nos favoreci¨®", reconoce su director art¨ªstico, ?douard Waintrop. El delegado general del Festival de Cannes, Thierry Fr¨¦maux, prefiri¨® "invitar a cineastas que han venido menos veces", dejando fuera de su selecci¨®n a directores como Desplechin, que ha presentado casi todas sus pel¨ªculas en la secci¨®n oficial. La Quincena se convirti¨® as¨ª en un refugio para nombres de primera fila.
Desde la llegada de Fr¨¦maux al festival en 2001, la relaci¨®n del festival oficial con las secciones paralelas se ha vuelto algo m¨¢s tensa. Deseoso de abrir el programa in a las nuevas generaciones y los talentos desconocidos, Fr¨¦maux no ha dudado en los ¨²ltimos a?os en lanzar suculentas contraofertas a cineastas preseleccionados por las secciones peque?as. "Nuestra relaci¨®n ha sido hostil por definici¨®n desde nuestros or¨ªgenes, ya que la Quincena naci¨® como una respuesta contra la competici¨®n", afirma Waintrop. "Entre nosotros existe una emulaci¨®n severa, pero positiva. Aunque es verdad que puede precipitarse hacia el conflicto".
"Nuestra relaci¨®n ha sido hostil desde el principio", afirma el director de la Quincena respecto a la secci¨®n oficial
La Quincena de los Realizadores naci¨® tras la agitaci¨®n provocada por el Mayo del 68, a iniciativa del sindicato de directores franceses, que se opon¨ªa a la censura a la que segu¨ªa sometido el festival. Ese grupo de 180 cineastas contestatarios exigi¨® a la organizaci¨®n que introdujera cambios en la organizaci¨®n del certamen, como suprimir la vestimenta de etiqueta ¨Cque sigue siendo hoy obligatorio en las galas vespertinas, a las que no se puede acceder sin pajarita¨C y establecer un palmar¨¦s decidido por los espectadores. Ante la negativa de la organizaci¨®n, decidieron esta secci¨®n pensada como un espacio "sin limitaciones ideol¨®gicas y representativa de las cinematograf¨ªas del mundo", en la que fueron descubiertos Martin Scorsese, Werner Herzog, Jim Jarmusch, Spike Lee, Michael Haneke, los hermanos Dardenne o Sofia Coppola.
En esta edici¨®n, la Quincena tambi¨¦n ha incluido en su selecci¨®n Un d¨ªa perfecto, la ¨²ltima pel¨ªcula de Fernando Le¨®n, ¨²nica producci¨®n espa?ola en una de las cuatro secciones principales del certamen, adem¨¢s del cortometraje Pueblo, de la debutante Elena L¨®pez Riera. "El contexto econ¨®mico tiene que ver con la menor presencia de cine espa?ol en los ¨²ltimos a?os. Hay pocos cineastas que sepan transformar la cat¨¢strofe en oportunidad", asegura Waintrop. El director art¨ªstico asegura que sopes¨® a?adir la ¨²ltima pel¨ªcula de Isaki Lacuesta a su selecci¨®n. "El a?o pasado lo hubiera hecho sin dudarlo, pero este a?o no ten¨ªamos hueco".
El anarquismo inaugura la Semana de la Cr¨ªtica
Consagrada a los primeros y segundos largometrajes, la Semana de la Cr¨ªtica arranc¨® el mi¨¦rcoles con Les anarchistes, del joven director franc¨¦s ?lie Wajerman. Este relato sobre la lucha anarquista en el Par¨ªs de entresiglos marca el regreso a la Croisette de Ad¨¨le Exarchopoulous, dos a?os despu¨¦s de su revelaci¨®n en La vida de Ad¨¨le. La actriz comparte protagonismo con otro actor descubierto por Cannes: Tahar Rahim, el protagonista de Un profeta, Gran Premio del Jurado en 2008.
Rahim, protagonista casi siempre impecable, se mete en la piel de Jean Albertini, un polic¨ªa hu¨¦rfano y miserable a quien encargan la misi¨®n de infiltrarse en un grupo anarquista que siembra el p¨¢nico en el Par¨ªs de 1899, e iniciar¨¢ una relaci¨®n con Judith, una de sus integrantes. Para hablar de anarqu¨ªa, la pel¨ªcula es muy poco temeraria. El director dispone de una mirada sensible y se distingue con una puesta en escena rigurosa, pero su relato es excesivamente r¨ªgido y previsible, igual que su punto de vista sobre la lucha violenta resulta trillado y carente de inter¨¦s.
Wajerman apuesta por pronunciar el paralelismo con la actualidad a trav¨¦s de discursos desencantados con el poder de la pol¨ªtica que suenan extra?amente contempor¨¢neos, con una lengua que no es la propia de un filme de ¨¦poca y dos actores con rostros tan modernos como Rahim y Exarchopoulos, pero su propuesta nunca acaba de tomar forma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.