Hijo de la novela negra norteamericana
Los h¨¦roes de Padura tratan de ver m¨¢s all¨¢ de las relucientes superficies ante las que se enfrentaban, para desenmascarar el oscuro mundo en el que estaban incrustados
La manera de mirar el mundo de Mario Conde, el detective que Leonardo Padura se sac¨® de su chistera para auscultar los malos y los buenos latidos de la Cuba contempor¨¢nea, los construy¨® el novelista cubano con la lectura de la novela negra norteamericana. Hablar de escritores norteamericanos, trat¨¢ndose del escritor cubano, es hablar de Dashiell Hammett, y es hablar tambi¨¦n de Raymond Chandler. Por lo tanto entramos en el territorio de los desencantos, desilusiones, opacidades mil y burocracias kafkianas. Algo de todo esto nos resulta familiar en los detectives de Hammett y Chandler. As¨ª que Padura lo que hace es trasladar toda la capacidad de los h¨¦roes de aquellos paradigmas de la narrativa negra americana, toda su intuitiva tozudez, para ver m¨¢s all¨¢ de las relucientes superficies ante las que se enfrentaban, para desenmascarar el oscuro mundo en el que estaban incrustados.
El escepticismo de Mario Conde se mueve como pez en las aguas turbias, no sea que un inoportuno optimismo (personal e hist¨®rico) lo haga incurrir en un diagn¨®stico equivocado. Cuando en una novela de Padura aparece un cad¨¢ver en una playa, no estamos solo en el comienzo de una investigaci¨®n criminal, estamos en el comienzo de un proceso de desciframiento social y pol¨ªtico. En una playa tambi¨¦n puede haber un hombre paseando un perro. No hay crimen al que deba acudir Conde, esta vez no se lo necesita, pero surge un hilo ominoso que conduce hasta un pasado pol¨ªtico nefasto. Estoy hablando, por supuesto, de El hombre que amaba los perros, una novela de terror pol¨ªtico, g¨¦nero que seguramente no existe, pero que Padura lo borda. En Herejes procede igual. Dos historias, dos met¨¢foras. Para Padura la novela siempre es un arma de indagaci¨®n. La condici¨®n humana es un enigma en busca de su detective exacto.
No s¨¦ hasta qu¨¦ punto los miembros del jurado de este prestigioso premio, son conscientes de que han premiado no solo a un gran urdidor de ficciones, sino tambi¨¦n a una tendencia narrativa y a un g¨¦nero. As¨ª que hoy est¨¢n de parabienes el g¨¦nero negro y la novela de alta calidad.
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