Largo proceso, amargo sue?o

Jordi Amat ha dedicado buena parte de su trabajo a las relaciones culturales entre Catalu?a y Espa?a ¨Cla simplificaci¨®n onom¨¢stica es obligada- desde un precoz pero muy importante libro sobre los Congresos de Poes¨ªa que, a comienzos de los a?os cincuenta, organiz¨® el empe?oso equipo ministerial de Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez. Es un profesional independiente pero de s¨®lida formaci¨®n acad¨¦mica (ha trabajado en la Unidad de Estudios Biogr¨¢ficos de la Universidad de Barcelona y es disc¨ªpulo de Jordi Gracia), en quien, con notoria precocidad, se ha perfilado una manera personal de indagar: sus textos incluyen la historia de su propia investigaci¨®n y su m¨¦todo de trabajo se ha hecho un estilo. Se siente heredero de otros historiadores independientes, como Josep Benet (de quien prepara una biograf¨ªa) o Albert Manent, recientemente desaparecidos; su t¨¦cnica consiste en leerlo todo, ambientarlo v¨ªvidamente, tener el l¨¢piz a punto para subrayar s¨ªntomas o cristalizaciones de sentido y luego, hablarlo largamente con los interesados. De ah¨ª dimana la expl¨ªcita implicaci¨®n personal que es tan imperativa en este libro, El llarg proc¨¦s. Cultura i pol¨ªtica a la Catalunya contempor¨¤nia (1937-2014).

Este trabajo, como muchos de los suyos, tuvo su origen en un art¨ªculo period¨ªstico y madur¨® como libro al revelarse un camino transitable. Surgi¨® de una colaboraci¨®n en La Vanguardia, Matar al Cobi, cuando Amat tuvo la certeza de que la erupci¨®n del soberanismo significaba el final de un concepto de Catalu?a, marcado por la alcald¨ªa de Pasqual Maragall y por la Barcelona triunfal, cosmopolita y esnob de 1992. La urgencia de organizarlo como libro sobrevino cuando contempl¨® los v¨ªdeos que siguieron a la Diada de 2012, en que un selecto grupo de universitarios e intelectuales catalanes flanqueaba a un pol¨ªtico ambicioso y marrullero, Artur Mas, que regresaba con las manos vac¨ªas de Madrid y entregaba la gesti¨®n de la franquicia del soberanismo a dos ¡°fuerzas c¨ªvicas¡± de or¨ªgenes distintos y programas elementales: la novedosa Assemblea Nacional Catalana y el veterano ?mnium Cultural, aquel que por tantos a?os los catalanistas de izquierda hab¨ªan llamado ¡°el M¨°mium¡±. ¡°Ara ¨¦s l¡¯hora¡±, se dijo, y nadie sab¨ªa muy bien de qu¨¦, pero los nacionalismos siempre tienden a la certeza anest¨¦sica de las tautolog¨ªas. Y seguramente tampoco importaba mucho a los reci¨¦n desembarcados en el carrusel de manifestaciones y banderas, ni a los que sintieron sus esperanzas intelectuales redimidas por la sensaci¨®n de actuar (la ¡°claudicaci¨®¡±, escribe Amat), ni desdichadamente a la mayor¨ªa de los despistados pol¨ªticos del resto del Estado.

Pero, por si acaso interesaba a alguien m¨¢s responsable, el joven Jordi Amat ha preparado esta espl¨¦ndida historia intelectual de lo que comenz¨® en una derrota moral ¨Cla de 1939-, que no fue una bancarrota ni social ni econ¨®mica, y muy pronto gener¨® una voluntarista y modesta fe de vida: la maniobra a varias bandas que implic¨® a Francesc Camb¨®, Raimon d¡¯Abadal, Gaziel y, al fin, Eduardo Aun¨®s que se llev¨® el santo y la limosna. Luego vinieron oportunamente las fiestas sacras en torno a Montserrat, en 1947, y las maniobras en pro de una ¡°modernidad cauta¡± que se reconoci¨® en hitos de 1952 ¨Cla Revista de Ridruejo; la conversi¨®n de Destino- y favoreci¨® el desembarco del ¡°tit¨¢n¡± Jaume Vicens Vives y su Not¨ªcia de Catalunya. En torno a 1960 lo fundamental ¨Cla hegemon¨ªa de un s¨®lido catalanismo de fondo- estaba hecho: en 1959 se public¨® La pell de brau, de Espriu, y la ruidosa defenestraci¨®n de Galinsoga, director de La Vanguardia, facilit¨® la aparici¨®n de la revista Serra d¡¯Or, primera en lengua catalana.

Entre unos y otros, el ¡°catalanismo progresista¡± hegemoniz¨® la escena pol¨ªtica desde 1962: a su conjuro salieron libros como Nosaltres els valencians, de Joan Fuster, o Els altres catalans, de Francisco Candel, como Poesia catalana del segle XX, la antolog¨ªa de Josep Maria Castellet y Joaquim Molas, y Catalanisme i revoluci¨® burguesa, el provocativo libro de Jordi Sol¨¦-Tura. Truchim¨¢n pol¨ªtico-econ¨®mico de todo el periodo fue un h¨¢bil gestor, con aura de m¨¢rtir y nada de progresista: Jordi Pujol. Pero, desde 1980, su arribada al poder desmont¨® las bases ideol¨®gicas de aquel periodo y comenz¨® la construcci¨®n de otro en el que los buenos negocios convivieron con las venerandas tradiciones (incluida la parroquial), la imagen de la Barcelona avanzada se eclips¨® frente a una Catalu?a ¡°profunda¡±, m¨¢s provinciana y dom¨¦stica, y la visi¨®n de la historia del pa¨ªs como conflicto moderno se abism¨® en la configuraci¨®n escolar de la Historia de Catalu?a como destino inmutable: ahora importaban la Marca Hisp¨¢nica y el abolengo carolingio, las instituciones centenarias, el milenario de la naci¨®n, la ¡°derrota¡± de 1714 y la nueva ¡°derrota¡± de 1939, sin m¨¢s matices. Fue la confrontaci¨®n de dos mentalidades y pocas cosas lo hacen tan patente como lo que dijo Pujol a Joaquim Nadal (y que traduzco): ¡°-Tu eres catalanista, pero Maragall, no. Maragall es hijo de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, como su padre [Jordi Maragall i Noble]. No piensa como un catalanista¡±. A?os despues, el propio Pujol, con motivo del centenario de Espriu, escribir¨ªa sin rebozo que el autor de La pell de brau, el so?ador de Sefarad, no tenia raz¨®n. Tampoco era un verdadero catalanista, sin duda¡­

Los retratos ¨Ccomprensivos unos, admirativos otros- que este libro nos ofrece de Guillermo D¨ªaz-Plaja que opta por ¡°hacerse franquista¡±, de Maurici Serrahima que lucha por salir de la derrota, de Carles Riba y de Jordi Rubi¨® que en 1950 deciden escribir en Revista, de Salvador Espriu que decide tomar la palabra, son im¨¢genes reconfortantes para entender un problema que debiera regresar desde las banderas desplegadas a las palabras y las razones. Jordi Amat ha hecho todo lo posible porque as¨ª sea.

Jordi Amat, El llarg proc¨¦s. Cultura i pol¨ªtica a la Catalunya contempor¨¤nia (1937-2014), Tusquets, Barcelona, 2015 (Colecci¨® L¡¯Ull de Vidre).