Elif Shafak: ¡°Turqu¨ªa se ha cerrado para las mujeres y el amor¡±
'La bastarda de Estambul' le vali¨® un juicio por abordar el genocidio armenio. Ahora vuelve con 'El arquitecto del universo', una novela que pone voz a las minor¨ªas silenciadas
Los secretos de la belleza tienen nombre propio y a veces vuelven para recordar su autor¨ªa. Sinan es el del arquitecto otomano que sembr¨® de belleza Estambul en el siglo XVI y desde ah¨ª influy¨® en el mundo isl¨¢mico.
Sinan y sus aprendices resucitan de la mano de Elif Shafak en la novela El arquitecto del universo (Lumen). All¨ª escribe que ¡°la verdad es una mariposa, se posa aqu¨ª y all¨¢. Corres tras ella con un cazamariposas. Si la capturas, te sientes feliz. Pero ella no vivir¨¢ mucho¡±. Shafak trata de cazarla. Ya lo intent¨® en La bastarda de Estambul, la novela en la que abord¨® el genocidio armenio. El Gobierno la llev¨® entonces a juicio, pero fue absuelta. Ahora, ha novelado los d¨ªas de gloria de Estambul y mientras pasea por la ciudad analiza el presente de Turqu¨ªa mientras recorre cinco pilares de su capital.
Una ligera llovizna cae sobre Estambul. Shafak va por las aceras esquivando paraguas. Llega entusiasta a una teter¨ªa para mostrarla como una de las se?as de apertura de su pa¨ªs. Avanza entre la neblina del humo de las pipas de agua. De pronto, se gira sorprendida: ¡°Solo hombres. Hasta hace poco tambi¨¦n pod¨ªan venir mujeres¡±. Tuerce el gesto. Las minor¨ªas es uno de sus temas, en la ¨¦poca de Sinan y ahora. ¡°Puede ser sexual, racial o cultural, lo cierto es que Turqu¨ªa ha sido reprimida, silenciada, y quiero escuchar su voz, introducir su historia en la literatura. Quiero contar el imperio otomano desde el punto de vista de las minor¨ªas. No solo los hechos, tambi¨¦n los silencios. Este pa¨ªs en temas de la mujer y del amor es una sociedad muy cerrada¡±.
Sale de la teter¨ªa y una calle parece llamar sus pasos; es una de las entradas al famoso Gran Bazar, inmenso y laber¨ªntico. ¡°La historia en Turqu¨ªa est¨¢ viva. El pasado vive dentro del presente y seguimos viviendo sus consecuencias; por tanto, una comprensi¨®n mejor del pasado sirve para no cometer los mismos errores. Pero la sociedad turca tiene amnesia colectiva. Esta es una sociedad muy impositiva donde la gente sigue pensando en tribus, en nosotros o ellos, y yo quiero decir que no pertenezco a nadie. No hay nada peor que una ¨²nica verdad absoluta. La historia cambia dependiendo de quien la cuenta, hay que mirar desde diferentes ¨¢ngulos¡±.
La novelista sale del Gran Bazar y se topa con una Turqu¨ªa en ebullici¨®n, se pierde entre la gente hasta llegar a un punto donde los olores lo invaden todo, salen de ambos lados de la calle donde los expositores de madera contienen peque?as colinas de polvos de colores, docenas de especias. Un ejemplo hist¨®rico de diversidad y mestizaje que la escritora ve en retroceso: ¡°Hace seis a?os hubo una encuesta sobre el apoyo para entrar en la UE y era el 75%, ahora es el 20%. Pero esto puede cambiar. Este es un pa¨ªs patriarcal y conservador, sexista y hom¨®fobo; sin embargo, hay mucha esperanza, hay gente joven y mujeres que cuestionan lo que sucede¡±.
Tras cinco siglos hemos progresado en muchos aspectos, pero hemos visto c¨®mo las divisiones basadas en la religi¨®n siguen siendo fuertes. Y nadie tiene derecho.
La escritora habla del Quijote, de Thomas Mann, de Garc¨ªa M¨¢rquez, de Jorge Luis Borges¡ Sube por unas escaleras escondidas y entra en la mezquita de R¨¹stem Pasha, una de las obras del arquitecto Sinan: ¡°Tras cinco siglos hemos progresado en muchos aspectos, pero hemos visto c¨®mo las divisiones basadas en la religi¨®n siguen siendo fuertes. Y nadie tiene derecho. Tenemos que dejar de vernos como objetos y unidades colectivas e interactuar como compa?eros. Hemos abandonado la idea del humanismo demasiado pronto sin sustituirlo por nada mejor¡±.
Tras la salida de la gente de la oraci¨®n, la escritora baja por otras escaleras. Vuelve la vida agitada de Estambul. A 200 metros est¨¢ el B¨®sforo, y en ese punto de encuentro de Oriente y Occidente habla de la uni¨®n del mundo anal¨®gico y digital: ¡°En Oriente Pr¨®ximo, la mitad de los usuarios de Internet son mujeres. Twitter y Facebook son especiales para ellas porque no pueden existir en la esfera p¨²blica. Yo escribo en ingl¨¦s y en turco. A veces creo pol¨¦mica porque, por ejemplo, apoyo al movimiento LGTB en Turqu¨ªa o denuncio la violencia contra las mujeres¡±.
Alguna nube gris ha quedado rezagada. De fondo quedan las palabras de Sinan a su aprendiz Jahan, cuando le explica que la arquitectura es una ciencia que se basa en tres cualidades: fuerza, uso y belleza; y le lanza a ¨¦l, y a todos, una pregunta del diablo: ¡°Dime, si tuvieras que sacrificar una de ellas, ?por cu¨¢l te decantar¨ªas?¡±.
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