Raul Malo: ¡°Componer con dos acordes es m¨¢s dif¨ªcil¡±
La mezcla de estilos de The Mavericks, del country a lo latino, fondea con nuevo disco en Espa?a. ¡°Soy feliz de poder grabar lo que me d¨¦ la gana¡±, proclama su l¨ªder
Epifan¨ªas mestizas: ¡°La primera vez que escuch¨¦ It¡¯s Now or Never, de Elvis Presley, me cambi¨® la vida. Se la puse a mi mam¨¢ y ella me desvel¨® que su melod¨ªa era la de una canci¨®n italiana [el cl¨¢sico napolitano O sole mio]. Descubr¨ª c¨®mo la m¨²sica se pod¨ªa mezclar¡±. Raul Malo (Miami, 1965) habr¨¢ contado mil veces la an¨¦cdota, pero su castellano en perfecto estado de revista, al habla desde el hogar familiar en Nashville, a¨²n rezuma euforia. La misma que invade los o¨ªdos mientras se escucha Mono, nueva entrega de su grupo, los resucitados The Mavericks.
Y s¨ª, el t¨ªtulo del ¨¢lbum alude a una realidad t¨¦cnica: la grabaci¨®n y la mezcla se hicieron en un solo canal de audio. ¡°Un capricho, es cierto, pero tambi¨¦n una llamada de atenci¨®n hacia el abuso tecnol¨®gico. Da igual que tengas 27 bocinas [altavoces] en el cuarto: vas a escuchar el disco como si solo hubiera una¡±. Estamos adem¨¢s ante el reflejo de algo obvio: The Mavericks, ya en su segunda reuni¨®n (la fugaz primera, en 2003, result¨® fallida), se ponen el mundo por montera en cuanto a libertad art¨ªstica, y especialmente en materia de estilos. ¡°Eso fue lo ¨²nico que le ped¨ª al due?o de nuestro sello actual, Big Machine: nada de imposiciones¡±, corrobora Malo.
El mismo esp¨ªritu libre de facto con el que irrumpieron en la cuna del country a principios de los noventa, procedentes de Florida y con un hijo de cubanos al frente, reivindicando el rock and roll y el soul como parte integral de su m¨²sica vaquera. De ah¨ª el nombre: maverick en ingl¨¦s se refiere a la independencia de ideas [como la del ranchero texano Samuel Maverick, que en el siglo XIX se negaba a marcar su ganado]. El trazo de la propia senda se dibuja a¨²n m¨¢s amplio en la etapa presente del grupo, por el melting pot de g¨¦neros (en Mono cabe hasta el ska de Summertime) y por detalles como prescindir de las maquetas. ¡°En nuestra ¨¦poca multinacional con MCA eran una exigencia de las editoriales. Ahora me limito a tocar delante de la banda, al piano o la guitarra, lo que compongo, cada vez m¨¢s en solitario. Sin una maqueta del nuevo tema mediatizas menos la aportaci¨®n del resto¡±.
La maravillosa voz de Malo ha recibido parangones con algunas tan se?eras como la de Roy Orbison. ¡°Pero todav¨ªa me han influido m¨¢s su manera de escribir y sus melod¨ªas. Para m¨ª, como vocalista, la melod¨ªa es clave, por eso mi admiraci¨®n por Sinatra o Patsy Cline¡±. El m¨²sico de Miami apuesta por la sencillez: ¡°Hay que perderle el miedo a los dos acordes. La gente cree que componer con pocos acordes, como tienen muchas de nuestras canciones, lo hace cualquiera. Al contrario, se vuelve m¨¢s dif¨ªcil: hay menos espacio para decir cosas y mantener el inter¨¦s¡±. La clave est¨¢ en los arreglos: ¡°En nuestro caso, lo m¨¢s importante. Echamos horas y horas en trabajarlos y ponernos de acuerdo¡±.
No busquen al bajista y miembro fundador Robert Reynolds. En la gira de In Time, el aclamado ¨¢lbum de retorno en 2013, Reynolds ya casi parec¨ªa de atrezo sobre las tablas
Transcurridos 17 a?os de la ¨²ltima visita de la banda, no busquen al bajista y miembro fundador Robert Reynolds entre sus componentes [la completan Eddie Perez a la guitarra, el bater¨ªa Paul Deakin y el teclista Jerry Dale McFadden]. En la gira de In Time, el aclamado ¨¢lbum de retorno en 2013, Reynolds ya casi parec¨ªa de atrezo sobre las tablas. El desenlace lleg¨® hace meses con el anuncio de su salida de The Mavericks por problemas de adicciones. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil no fue tanto expulsar a un amigo desde tiempos de instituto, sino todo lo que vivimos antes de decidirlo, cosas fe¨ªsimas algunas. No somos ¨¢ngeles, pero durante dos horas solo cuenta lo que se hace en el escenario, olvid¨¢ndose de todas las vainas. Si no puedes participar es mejor dejarlo. Y lo peor es que a¨²n no se ha sometido, pese a nuestras s¨²plicas, a rehabilitaci¨®n¡±.
Para este nieto de gallego, la m¨²sica latina forma parte del vocabulario ¡°por todos lados¡±. ¡°Y no solo la caribe?a, por Miami pasaban buena parte de los sonidos de Sudam¨¦rica, de los peruanos al tango argentino¡±, aclara. Y la ¨²nica versi¨®n del disco, ¡®Nitty Gritty¡¯, un viejo tema de Doug Sahm and the Texas Tornados, expone otras influencias hispanas v¨ªa el tex-mex. ¡°Mi amor por el country desde peque?o me llev¨® a buscar su conexi¨®n con lo latino. Y aunque en trabajos de Marty Robbins, por ejemplo, hab¨ªa influencias mexicanas, el enlace directo lo encontr¨¦ en el tex-mex de Doug Sahm, una figura muy inspiradora para m¨ª¡±.
Con otro icono del g¨¦nero, Flaco Jim¨¦nez, Malo comparti¨® grupo paralelo en Los Super Seven. ¡°Cierta emisora de Carolina del Norte lleg¨® a vetar por motivos racistas una canci¨®n de The Mavericks en la que Flaco colaboraba. Yo nunca he sentido ese rechazo¡±. Aunque su sangre cubana aborda sin tapujos el deshielo EE UU-Cuba: ¡°Un cambio positivo que deber¨ªa llevar ya a?os, porque no poder visitar legalmente la isla con mis hijos es muy triste, una tragedia¡±.
The Mavericks?act¨²an el 29 de junio en Barcelona (Razzmatazz) y el 30 en Madrid (La Riviera). Mono est¨¢ editado por Big Machine / Universal Music.
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