Juli Soler, m¨¢s que elBulli en la sombra

El humor, el rockanroll en la cocina. El orden y el impulso. Los pies en la tierra en equilibrio con el atrevimiento y el riesgo. As¨ª era Juli Soler (Terrassa, Barcelona, 1949), alma de elBulli, donde era el anfitri¨®n perfecto y comparti¨® 34 a?os de triunfos y avatares con Ferran Adri¨¤, socio y amigo. Soler, presidente de honor de ElBulli Foundation, muri¨® esta madrugada a los 66 a?os a causa de una enfermedad degenerativa que le ten¨ªa apartado de la actividad gastron¨®mica desde 2012.

"Hoy es un d¨ªa triste para la gastronom¨ªa. Sin Juli elBulli no hubiera existido. Hay que reivindicar su figura", afirm¨® un apenado Adri¨¤ en San Sebasti¨¢n, donde asist¨ªa a la reuni¨®n del consejo asesor internacional del Basque Culinary Center, universidad de ciencia y gastronom¨ªa cuya primera promoci¨®n se grad¨²a hoy. Los asistentes a la cumbre de influyentes chefs guardaron un minuto de silencio por un hombre cuya acci¨®n en la vanguardia culinaria espa?ola e internacional a lo largo de tres d¨¦cadas en la es altamente valorada por "la familia gastron¨®mica". "Fue algo m¨¢s que elBulli en la sombra", repet¨ªa Ferran Adri¨¤, con ojos h¨²medos, "Juli invent¨® el concepto de sala moderna, un restaurante din¨¢mico, acogedor, informal...Ten¨ªa un respeto absoluto a la gente y a sus ganas de disfrutar".

Ferran Adri¨¤: "Juli invent¨® el concepto de sala moderna"

En efecto, Soler se convert¨ªa en un amigo de los comensales del mundo entero que llegaban a elBulli. Los idiomas de la clientela internacional del mejor restaurante del mundo no eran barrera para un hombre bromista que romp¨ªa el protocolo llevando al p¨²blico a fisgar la cocina o sacaba fotos de recuerdo a quienes se sentaban a la mesa. ElBulli era un escenario de trabajo, una ¨®pera de ejecuci¨®n impecable y divertida asumida desde el prisma de un amante de la m¨²sica, que dej¨® su banda de rock para embarcarse en una arriesgada aventura culinaria en una cala recoleta de Girona y que tuvo el instinto de fichar a un cocinero cuyas locuras sentar¨ªan las bases de una revoluci¨®n global.

"Cuando yo decid¨ª hacer la fundaci¨®n tras el cierre de elBulli (en verano de 2011) era un proyecto m¨¢s para Juli que para m¨ª. Pero ¨¦l no lo ha podido disfrutar. Una de las penas que tenemos todos es que no ha podido vivir la evoluci¨®n de un proyecto que para ¨¦l era un sue?o", comentaba Adri¨¤, a punto de salir al aeropuerto con rumbo a Barcelona, donde ma?ana asistir¨¢ al entierro de su amigo que prev¨¦ multitudinario.

Adri¨¤, que recibi¨® la noticia en San Sebasti¨¢n, afirma que llevaba cinco a?os sufriendo y temiendo el fatal desenlace de su compa?ero de negocio. "Todo este tiempo asumiendo un luto, pero cuando te avisan no puedes dejar de vivir el shock". "Hemos pasado tantas horas juntos a diario que tengo miles de recuerdos. Una de las cosas que m¨¢s me enorgullecen es que su legado permanece. Su hija Rita est¨¢ con nosotros, es jefa de operaciones de la fundaci¨®n. Y tambi¨¦n est¨¢ su hijo Pancho, y su esposa Marta. Ellos son el relevo".

"Juli nos ense?¨® a compartir, no a competir", asegura el chef catal¨¢n, qui¨¦n se emociona con el talante de Soler, quien le capt¨® para los fogones de elBulli "en una noche de borrachera memorable", rememora. "Era Groucho Marx, el sarcasmo, la imaginaci¨®n... Con ese nivel de presi¨®n y de creatividad fue muy dif¨ªcil el camino, pero fue maravilloso. Nos convertimos en una familia. Cuando tuvimos la oportunidad de ganar mucho dinero, nunca nos fren¨® a la hora de transitar caminos de riesgo. Era una persona intuitiva, un visionario, que apostaba por la gente. Jugamos a todas, dec¨ªa. ?l hac¨ªa de puente conmigo, yo era el duro, y el resto del equipo".

"Juli es uno de los personajes no cocineros m¨¢s importantes e influyentes que ha habido en la gastronom¨ªa espa?ola y mundial. Fue un clarividente, ¨¦l fue quien junto a Ferran invent¨® la magia de elBulli. Le debemos much¨ªsimo, por su manera de ser, su optimismo, su manera de transmitir ilusi¨®n, buen humor, de darnos rockanroll. Era uno m¨¢s de los Rolling en la cocina", aseguraba Joan Roca, tambi¨¦n presente en la cita del Basque Culinary. Para Juan Mari Arzak, "Juli era como un hermano. Le debemos mucho. Le echaremos mucho de menos".