El renacimiento de Pixar
Tras decepcionar con alg¨²n proyecto err¨¢tico y demasiadas secuelas a la vista, la factor¨ªa de maravillas en cine de animaci¨®n vuelve a tocar el cielo con 'Del rev¨¦s'
Pixar ha vuelto a hacerlo. Tras ausentarse un a?o de las pantallas y entre rumores de crisis art¨ªstica y creativa, con demasiadas secuelas planeadas en el futuro de un estudio conocido por su originalidad, cierto inmovilismo entre sus artistas y estrenos como Cars 2 o Brave muy por debajo del nivel de excelencia art¨ªstica y ¨¦xito econ¨®mico al que la firma ten¨ªa acostumbrado a su p¨²blico fiel, la factor¨ªa de sue?os del cine de animaci¨®n retorna con fuerza. Parafraseando su ¨²ltimo estreno, Del rev¨¦s, la pel¨ªcula dirigida por Pete Docter, Pixar ha volteado el mundo de la animaci¨®n, superando todas las expectativas econ¨®micas y art¨ªsticas de un estudio que hace ya dos d¨¦cadas maravill¨® al mundo con Toy Story.
Ayer Del rev¨¦s (Inside Out) llevaba recaudados, s¨®lo en Estados Unidos, 256 millones de euros en cuatro semanas. ¡°A nosotros tambi¨¦n nos ha pillado por sorpresa¡±, asegura el presidente de los estudios Pixar, Jim Morris, en referencia a los m¨¢s de 81 millones de euros que recaud¨® esta pel¨ªcula al llegar a las pantallas estadounidenses hace dos semanas. No s¨®lo de dinero vive un estudio: desde su estreno en el ¨²ltimo Festival de Cannes, a los cr¨ªticos se les ha llenado la boca de alabanzas para calificar una historia en apariencia imposible de realizar sobre una ni?a y las emociones que marcan su comportamiento. Para la revista Variety, Del rev¨¦s es, sencillamente, ¡°la mejor idea que Pixar ha tenido nunca¡±.
Son palabras mayores para un estudio que ha marcado la infancia de dos generaciones y en el que los j¨®venes rebeldes que lo montaron ya peinan canas. Pete Docter, 46 a?os, fue el tercer animador que se apunt¨® a Pixar. Lo hizo reci¨¦n salido de la universidad, al d¨ªa siguiente de graduarse en 1990. Ahora es vicepresidente de la compa?¨ªa, el cerebro detr¨¢s de esa fuerza creativa que se llama John Lasseter. ¡°No me siento demasiado c¨®modo con el t¨ªtulo. Yo no soy el alpha del estudio¡±, aclara a El PA?S con un aire de ni?o bien educado que no ha perdido con los a?os, incluso cuando muestra una foto suya de aquel comienzo junto a un todav¨ªa delgado John Lasseter, Andrew Stanton ¡ªque parece salido de la pel¨ªcula El club de los cinco¡ª y Joe Ranft, con aire juvenil. Los cuatro, junto con Lee Unkrich, fueron la semilla del grupo de sabios que marcaron las riendas de Pixar. Y menos el fallecido Ranft, todav¨ªa lo hacen.
¡°Se han sumado Brad Bird, Bob Peterson¡ Ya no cabemos en esta mesa de los muchos que somos. Perfecto, porque trae m¨¢s diversidad¡±, explica Docter. Su obsesi¨®n:acallar a aquellos que describen a este grupo de sabios como una burbuja impenetrable para las nuevas generaciones de artistas que se pasean en patinete por el estudio de Emeryville (California). Todos participan en las discusiones para lograr la mejor historia, y cada uno aporta su punto fuerte: Unkrich es todo ritmo y tempo; en humor no hay nadie como Peterson; Stanton crea historias y Lasseter es la dinamo, lo que deja a Docter como encargado de la sensibilidad. Ya lo demostr¨® en Toy Story, despu¨¦s logr¨® la candidatura al Oscar con Monsters S. A. y finalmente gan¨® la estatuilla con Up, una pel¨ªcula capaz de aunar la infertilidad de una pareja con la obsesi¨®n de los perros por las ardillas.
Aunque el lema de Pixar sea ¡°historia, historia, historia¡±, Docter admite que la t¨¦cnica tambi¨¦n tiene mucho que ver en su brillo. En Del rev¨¦s, este director ¡ªcriado en el mundo de la animaci¨®n a mano e influido por maestros como Tex Avery y Chuck Jones¡ª ha llevado al estudio m¨¢s lejos. Para ello sigui¨® los consejos de uno de los grandes de la animaci¨®n tradicional, Glenn Keane, dibujante de La sirenita o El rey le¨®n, y Docter fue mostrando sus correcciones mediante animaciones dibujadas a mano encima de las creaciones digitales. ¡°Fue nuestra forma de forzar los l¨ªmites del 3D para conseguir una frescura exagerada parecida a la del dibujo tradicional¡±, intenta explicar para los legos en la materia. El resultado es un estilo nunca antes visto en la factor¨ªa Pixar.
Hay m¨¢s cosas que han cambiado en estas dos d¨¦cadas, todas no necesariamente buenas. ¡°Hay que vigilar el presupuesto. No podemos gastar tanto dinero ni invertir tanto tiempo como querr¨ªamos porque hundir¨ªamos el barco. Y en los diez ¨²ltimos a?os hemos conseguido un mayor rigor en menos tiempo¡±, afirma.
Hablar de Pixar es, tambi¨¦n, hablar de dinero. Robert Iger se dio cuenta de ello nada m¨¢s llegar al frente de los estudios Disney, cuando en su segundo d¨ªa como CEO inici¨® el proceso de compra de los estudios Pixar por 6.723 millones de euros. Si en 2006 la cantidad pudo parecer obscena, hoy est¨¢ claro que es una de las razones por las que las acciones de Disney han cuadruplicado su valor. Ya lo dijo Iger en aquel momento: ¡°La compra de Pixar es la decisi¨®n m¨¢s importante que he tomado en mi vida¡±.
Mirando hacia delante, el ¨¦xito de Del rev¨¦s ha reavivado la credibilidad de Pixar con un segundo estreno original preparado para este a?o, El buen dinosaurio, y tres secuelas de aqu¨ª a 2018: Buscando a Dory, Toy Story 4 y Los Incre¨ªbles 2. Mirando hacia atr¨¢s, por mucho que el d¨ªa de ¡°ir al trabajo en pijama¡± se siga celebrando y la energ¨ªa creativa se mantenga viva en los estudios Pixar, es inevitable sentir la p¨¦rdida de la inocencia. ¡°Hasta cierto punto te doy la raz¨®n¡± ¡ªadmite Docter¡ª. ¡°Hemos perdido la ingenuidad aunque no la pasi¨®n. Nunca afrontaremos de nuevo el reto de hacer realidad nuestra primera pel¨ªcula. Sin embargo, siempre hay nuevas metas. Hemos madurado, s¨ª. Y as¨ª hemos ganado en experiencia. Aunque, con lo que sabemos hoy, no s¨¦ si ahora nos arriesgar¨ªamos a hacer Toy Story. ?Qui¨¦n sabe?¡±.
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