Alondra de la Parra quiere tener su propia orquesta
La directora mexicana participa en el Festival de Verbier con un centenar de estudiantes
La imagen es, cuanto menos, inhabitual. Aunque deber¨ªa estar ya normalizada. Una mujer embarazada coge la batuta y se pone al frente de una orquesta de un centenar de m¨²sicos, a los que pide que bailen, salten y jueguen mientras otros colegas tocan. Que expresen el ritmo de otra manera. Que vivan la m¨²sica sin las limitaciones que estos chicos de 15 a 17 a?os encontrar¨¢n m¨¢s tarde en su vida adulta como m¨²sicos. Los j¨®venes se muestran sorprendidos durante el exigente ensayo, pero est¨¢n encantados.
La persona responsable de la curiosa escena es Alondra de la Parra, una directora de orquesta mexicana nacida hace 34 a?os. ¡°Quiero que los chicos se muevan y bailen como sea; que se acepten tal como son¡±, explica sobre su iniciativa pedag¨®gica. ¡°El cambio en su forma de tocar ser¨¢ luego notable¡±.
Alondra de la Parra llega a la cita en un hotel, el d¨ªa siguiente del ensayo, rodeada por t¨ªos, primos y familiares. ¡°Tenemos que hacer malabarismos para vernos con mi familia, entonces aprovechamos mis conciertos¡±, aclara. La directora se encuentra por vez primera en la exclusiva estaci¨®n de esqu¨ª de Verbier, en los Alpes suizos. La diminuta (y lujosa) localidad acoge desde hace ya m¨¢s de 20 a?os un festival que se ha convertido en cita ineludible para la crema de la m¨²sica internacional. Y es aqu¨ª donde Alondra de la Parra se present¨® con una orquesta de estudiantes junto al violista ruso Yuri Bashmet. En el programa: Prokofiev, Copland, Britten y el Danz¨®n N¡ã 2 de Arturo M¨¢rquez. ¡°Una concesi¨®n a mis or¨ªgenes mexicanos¡±, comenta con un gui?o. Formada por eminencias del calibre de Kurt Masur, Simon Rattle o el suizo Charles Dutoit, quien la puso al frente de la Filarm¨®nica de Buenos Aires con apenas veinte a?os, Alondra de la Parra vive hoy en Ciudad de M¨¦xico. Aunque sue?a con un puesto fijo como directora titular en una orquesta: ¡°Me gustar¨ªa asentarme, porque ser directora invitada es algo agotador. Quisiera establecerme y contribuir a formar el sonido de una orquesta¡±.
Demasiado caro
El Festival de Verbier (del 17 de julio al 2 de agosto) est¨¢ considerado como "el mayor festival del mundo fuera de una gran ciudad". En esta ocasi¨®n acudir¨¢n invitados como Zubin Mehta, el violoncellista Misha Maisky o los pianistas Grigory Sokolov y Andras Schiff. Aunque el exclusivo evento suizo debe enfrentarse a la competencia de otras citas europeas, y digerir cr¨ªticas que consideran nociva su devoci¨®n al star system de la m¨²sica cl¨¢sica; as¨ª como a unos precios considerados excesivos. Incluso para la rica Suiza, donde la fortaleza del franco hace hoy casi prohibitiva la visita de turistas.
?Se encuentra con resistencia por parte de orquestas que siguen siendo eminentemente masculinas? La cuesti¨®n la incomoda. Hace un gesto de fastidio y responde: ¡°Me encuentro con resistencias a menudo. Pero no tanto por el hecho de ser mujer, sino por ser directora de orquesta, y por tanto l¨ªder. Tengo que imponer mi visi¨®n de las obras a un grupo de artistas, y eso no siempre es f¨¢cil¡±.
Acto seguido, recuerda con una sonrisa que el gran Kurt Masur le dijo: ¡°Si quieres que la gente te quiera y te acepte, busca otro oficio. Los directores de orquesta no estamos aqu¨ª para eso¡±. ¡°Pero no creo en el modelo del maestro dictador. Es una idea arcaica con la que no estoy de acuerdo¡±, sentencia.
Alondra de la Parra hace hincapi¨¦ en un evento memorable: cuando dirigi¨® un concierto gratuito al aire libre ante la friolera de 140.000 personas en uno de los lugares m¨¢s inesperados que quepa imaginarse para las sutilezas sinf¨®nicas. Nada menos que en Ciudad Ju¨¢rez. ¡°Ciudad Ju¨¢rez se ha hecho famosa por el crimen, las drogas y los asesinatos de mujeres. Pero en ese lugar hay tambi¨¦n 140.000 personas capaces de venir a disfrutar de la m¨²sica en paz. Suele ser el tipo de noticias a las que la prensa no presta nunca atenci¨®n¡±.
De la Parra planea presentarse en Londres, Brasil o Espa?a. ¡°Aunque a¨²n es pronto para avanzar m¨¢s datos¡±. Interrogada sobre el repertorio con el que se siente m¨¢s a gusto, confiesa sentir afinidad por Mahler y Strauss. ¡°Mis intereses son variados, y no me gusta encasillarme. Creo que la m¨²sica cl¨¢sica deber¨ªa ser parte de nuestra vida cotidiana. Tenemos que dar m¨¢s difusi¨®n a las transformaciones que la m¨²sica provoca en la gente. Sobre todo en los m¨¢s j¨®venes¡±.
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