El mimo perfeccionista renace
El reestreno de ¡®Las vacaciones del se?or Hulot¡¯ y la edici¨®n de su obra f¨ªlmica en Blu-ray rescatan al maestro de la comedia Tati
¡°Tati empez¨® donde nosotros hab¨ªamos terminado¡±. Buster Keaton, genio de la m¨ªmica, gran creador de cine, no tuvo reparos en alabar a un igual, el franc¨¦s Jacques Tati (Le Pecq, 1907-Par¨ªs, 1982), autor de solo seis largometrajes, y sin embargo renovador clave del gag visual, dotado de un dominio impresionante de su cuerpo y de todo elemento que pudiera servir para hacer re¨ªr y reflexionar al p¨²blico. Este verano, en Espa?a se celebra el est¨ªo Tati: acaba de salir un lote que re¨²ne en Blu-ray toda su obra f¨ªlmica ¡ªseis largos y siete cortos¡ª restaurada en 2013, y hoy se reestrena en las salas Las vacaciones del se?or Hulot, puesta al d¨ªa en una reconstrucci¨®n que a¨²na las distintas versiones que realiz¨® de su comedia Tati.
Este cineasta fue un perfeccionista. Modific¨® sus pel¨ªculas a lo largo de su vida, convirtiendo su filmograf¨ªa en materia viva. De Las vacaciones del se?or Hulot, rodada en 1953, existen al menos tres versiones: la primera, otra de 1960 (alarga y recorta planos, reorganiza la m¨²sica y a?ade un sello en color al final de esta comedia en blanco y negro) y otra de 1977, cuando, en homenaje a Tibur¨®n, filma un nuevo gag con una canoa que se dobla por la mitad y que recuerda a las mand¨ªbulas de un escualo. Tati siempre luch¨® por mejorar sus filmes, aunque algunos de los fallos se debieran a imposibilidades t¨¦cnicas de la ¨¦poca.
Idealista que pele¨® por defender su independencia, mimo que entendi¨® que el cine es imagen, sonido, lo que aparece en cuadro y lo que el espectador intuye que ocurre fuera de c¨¢mara, apasionado de su arte, Jacques Tatischeff (su nombre aut¨¦ntico) naci¨® en el seno de una curiosa familia. Su abuelo, el general del Ej¨¦rcito de la Rusia zarista Dmitri Tatishchev, fue agregado militar en la Embajada rusa en Par¨ªs, donde tuvo un hijo con una artista de circo. El ni?o, Georges-Emmanuel, nacido poco despu¨¦s de la muerte del general al caerse de un caballo, se educ¨® primero en Rusia y luego en Francia. A los 28 a?os se cas¨® con la hija de un enmarcador, de origen italoholand¨¦s, amigo de Van Gogh y Toulouse-Lautrec. As¨ª que Georges- Emmanuel acabar¨ªa dirigiendo el negocio de su suegro. Y a eso parec¨ªa predestinado su hijo Jacques, mal estudiante, excelente deportista amante del boxeo, el tenis y el rugby. Aquel muchacho espigado, de 1,90 metros, pose¨ªa otro don: su capacidad m¨ªmica. R¨¢pidamente pas¨® de alegrar con su habilidad a su equipo de rugby a triunfar en los teatros y music-halls parisienses. Ah¨ª decidi¨® recortar su apellido y se convirti¨® en una estrella europea del espect¨¢culo, adem¨¢s de empezar a protagonizar varios cortos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, lleg¨® la eclosi¨®n de Tati: D¨ªa de fiesta se rod¨® en 1947, pero no se estren¨® hasta 1949, cuando logr¨® un gran ¨¦xito. La comedia se film¨® con dos c¨¢maras: una para la versi¨®n en color ¡ªiba a ser una de las primeras pel¨ªculas francesas en ese formato¡ª y otra de seguridad en blanco y negro. Pero el sistema Keller-Dorian fue un desastre: no se pod¨ªan sacar copias porque el original se rod¨® en positivo.Por eso, la copia de seguridad en blanco y negro se convirti¨® en la versi¨®n estrenada, hasta que en 1995 se pudo ver de nuevo en color, gracias a la labor de su hija, la montadora y directora Sophie Tatischeff.
El triunfo de D¨ªa de fiesta, la historia de un cartero que intenta mejorar su trabajo ¡ªinfluido por un documental sobre el servicio postal de EE UU¡ª en mitad de las fiestas de su pueblo, casi imposibilit¨® a Tati su siguiente trabajo. Todos los productores quer¨ªan que repitiera el personaje del cartero Fran?ois (por cierto, en sus pel¨ªculas Tati encarnaba al menos un par de papeles) y el cineasta solo obtuvo fondos para filmar en blanco y negro Las vacaciones del se?or Hulot (1953), donde present¨® al personaje que le acompa?ar¨ªa el resto de su carrera, el torpe se?or Hulot. El filme arras¨® en taquilla, fue candidato al Oscar y tuvo una adaptaci¨®n al libro escrita por Jean-Claude Carri¨¨re.
Tati era libre de hacer lo que quisiera. As¨ª llega Mi t¨ªo, en 1957, en la que empieza a se?alar una constante en sus trabajos: su s¨¢tira de la vida de ciudad, a trav¨¦s, en este caso, de Hulot y su sobrino, que vive en una casa ultrafashion. El artista es considerado uno de los grandes en talento ¡ªOscar al mejor filme de habla no inglesa¡ª y taquilla: 600 millones de francos.
Las otras producciones
Mientras empieza la preproducci¨®n de su siguiente largo, Playtime, Tati estrena espect¨¢culo en el teatro Olympia de Par¨ªs en 1961. En un ensayo cae de espaldas al foso de la orquesta: es el principio de sus innumerables problemas f¨ªsicos. Para Playtime construye en 15.000 metros cuadrados un decorado de hormig¨®n, vidrio y acero, y rueda de octubre de 1965 a octubre de 1967 en pel¨ªcula de 70 mil¨ªmetros. El presupuesto se dispara hasta los 1.500 millones de francos. Art¨ªsticamente es otro paso adelante hacia su estilo depurado de comedia; econ¨®micamente es un cataclismo. Pierde su productora, los derechos de sus pel¨ªculas¡ Tati se gana desde entonces la vida dirigiendo anuncios. Adem¨¢s, la cr¨ªtica, siempre dividida con ¨¦l, esta vez se enfrenta de forma visceral.
Trafic (1971), la ¨²ltima aparici¨®n de Hulot en la pantalla, nace de una coproducci¨®n francoholandesa; Zafarrancho en el circo(1973), de un encargo de la televisi¨®n sueca. Tati es olvidado. Recibe el C¨¦sar de honor en 1977, y fallece en 1982 poruna neumon¨ªa.
Hoy, el artista ha vuelto a los altares de la comedia de los que nunca debieron apearle. Por suerte, ha habido cine de Tati muerto Tati. Su hija Sophie acab¨® en 2000 el documental Forza Bastia, que su padre empez¨® sobre la final de la Copa de la UEFA de f¨²tbol de 1978 entre el Bastia y el Eindhoven. En 2010, Sylvain Chomet realiz¨® una versi¨®n en dibujos animados de El ilusionista, un guion del c¨®mico de los cincuenta. Los reestrenos, las restauraciones, los lanzamientos en Blu-ray han resucitado la figura desgarbada, a punto de romperse, y metida siempre en l¨ªos, de un mimo cuya s¨¢tira solo encuentra igual en Keaton o Charles Chaplin.
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