Lengua e incesto
La vigencia del ingl¨¦s, en los t¨¦rminos en los que se est¨¢ produciendo,m¨¢s all¨¢ de una lengua franca, ?significa una vuelta atr¨¢s? Quiz¨¢ s¨ª
Mi padre era esperantista, de modo que pas¨¦ gran parte de mi infancia escuchando la apolog¨ªa de ese idioma m¨ªtico que, cuando se impusiera sobre los dem¨¢s, permitir¨ªa a cualquier persona, en cualquier parte del mundo, preguntar d¨®nde se encontraba el cuarto de ba?o y ser entendido.
¡ªT¨² entrar¨¢s en un bar de Australia ¡ªa?ad¨ªa con un entusiasmo loco¡ª, preguntar¨¢s por el servicio en esperanto y te responder¨¢n, tambi¨¦n en esperanto, que al fondo a la izquierda.
El servicio, en los bares espa?oles, est¨¢ al fondo a la derecha, pero mi padre cre¨ªa que del mismo modo que en el hemisferio sur el agua gira alrededor del sumidero del lavabo en sentido contrario al de las agujas del reloj, el cuarto de ba?o deber¨ªa estar all¨ª en el lado opuesto al que ocupaba entre nosotros. Le fascinaban los cambios que se produc¨ªan en las relaciones especulares, aunque nunca entendi¨® por qu¨¦, si en el espejo aparece a la derecha lo que en la imagen real se encuentra a la izquierda, no vemos la cabeza donde deber¨ªan aparecer los pies.
Mi padre se muri¨® sin resolver este enigma y sin saber que el esperanto hab¨ªa triunfado, aunque se llamaba ingl¨¦s. En efecto, el ingl¨¦s en el que se expresa el 90% de la poblaci¨®n mundial que lo habla es un idioma de aeropuerto, que sirve para averiguar d¨®nde est¨¢ el retrete y poco m¨¢s. Podr¨ªamos decir que se trata de un ingl¨¦s escatol¨®gico, pero es que tambi¨¦n el esperanto que yo conoc¨ª era un idioma escatol¨®gico, no s¨®lo por la utilidad principal que le atribu¨ªa mi padre, sino porque, m¨¢s que anunciar el principio de una nueva cultura, amenazaba con la muerte de todas.
El relato de la Torre de Babel apenas ocupa 15 l¨ªneas. Es incre¨ªble que una f¨¢bula de ese tama?o haya atravesado los siglos
Quien haya le¨ªdo la Biblia sabr¨¢ que el relato de la Torre de Babel apenas ocupa 10 o 15 l¨ªneas. Resulta incre¨ªble que una f¨¢bula de ese tama?o, y con una trama tan sencilla, haya atravesado los siglos llegando al d¨ªa de hoy tan fresca como cuando se escribi¨®. Sobre esa f¨¢bula se han escrito miles de p¨¢ginas, pues ha sido motivo de inspiraci¨®n para fil¨®sofos y ensayistas, aunque tambi¨¦n para pintores y m¨²sicos. Cualquier escritor sensato dar¨ªa un brazo por alumbrar un cuento con esa capacidad para sobrevivir y crecer a lo largo del tiempo. ?D¨®nde est¨¢ su secreto? ?De d¨®nde procede su vigencia inagotable? ?Cu¨¢l es la carga simb¨®lica que la mantiene viva? Para m¨ª que la juventud perenne de ese relato se debe a que resume de manera admirable un momento inaugural en la historia de los seres humanos, pues cuando Dios confundi¨® las lenguas de los habitantes de Babel, oblig¨¢ndolos a organizarse en grupos ling¨¹¨ªsticos que tomaron diferentes direcciones, comenz¨®, desde mi punto de vista, la cultura.
En otras palabras, la cultura se inaugura al mismo tiempo que la diferencia. Podr¨ªamos decir que hasta ese instante la humanidad viv¨ªa en una situaci¨®n indiferenciada, que es la que caracteriza al incesto. Los habitantes de Babel hablaban un idioma ¨²nico, el esperanto de la ¨¦poca, que los manten¨ªa patol¨®gicamente confundidos al modo en que el beb¨¦ confunde su cuerpo con el de la madre, pues ignora d¨®nde termina ¨¦l y comienza ella. Desconoce, en fin, la frontera existente entre s¨ª mismo y la realidad. Para crecer, para ser alguien, para conquistar una subjetividad que otorgue un lugar en el mundo, es preciso separarse de la madre, desgajarse de ella literalmente, como las lenguas rom¨¢nicas se desgajaron en su d¨ªa del lat¨ªn para alumbrar el castellano, el franc¨¦s, el gallego, el catal¨¢n, el portugu¨¦s y todas sus secuelas culturales. De aceptarse esta idea, el relato de la Torre de Babel har¨ªa coincidir el nacimiento de la cultura, adem¨¢s de con el reconocimiento del otro, con la consideraci¨®n del incesto como tab¨². Ese tab¨² es uno de los pilares fundamentales de nuestra cultura. ?Por qu¨¦? Quiz¨¢ porque el incesto, en tanto en cuanto significa un regreso al origen, a la indiferenciaci¨®n de los primeros tiempos, simboliza tambi¨¦n la muerte. Mi padre, que era un hombre ingenuo, se quedar¨ªa espantado si escuchara esta interpretaci¨®n seg¨²n la cual su deseo de que se impusiera el esperanto ocultaba el de meterse en la cama con mi abuela.
La vigencia del ingl¨¦s, en los t¨¦rminos en los que se est¨¢ produciendo, que va m¨¢s all¨¢ de lo que hist¨®ricamente se ha entendido por una lengua franca, ?significa una vuelta atr¨¢s? Quiz¨¢ s¨ª. Claro que el ingl¨¦s no tiene la culpa, le pod¨ªa haber tocado a otro idioma, incluso al esperanto, pero de momento le ha tocado al ingl¨¦s. Tal vez el ingl¨¦s del futuro sea el chino.
Seg¨²n algunas estad¨ªsticas, el 60% de los idiomas del mundo est¨¢ en trance de desaparecer. ?ltimamente todo est¨¢ en trance de extinci¨®n. Cada 20 minutos, por ejemplo, desaparece una especie animal y empeora la calidad del esperma de las que van quedando. Del 40% de los idiomas que no corren ning¨²n peligro, el principal en nuestro ¨¢mbito es el ingl¨¦s, que la mayor¨ªa de las personas habla de un modo aproximado, y no para preguntarse precisamente qui¨¦nes son, ad¨®nde van o de d¨®nde vienen, que es para lo que lo utilizaba Shakespeare, sino para averiguar d¨®nde est¨¢ el cuarto de ba?o. Hay gente que se las arregla con un vocabulario de 70 u 80 palabras, lo que para el pensamiento es tan peligroso como para la biolog¨ªa que nos manej¨¢ramos con un esperma que no contuviera m¨¢s de 70 u 80 espermatozoides.
La vigencia del ingl¨¦s, que va m¨¢s all¨¢ de lo que antes se entend¨ªa por una lengua franca, ?significa una vuelta atr¨¢s? Quiz¨¢ s¨ª
Este panorama remite a los procesos de implosi¨®n, de encogimiento, de regreso a los or¨ªgenes, a la muerte. ?Acaso no vivimos en sociedades muy incestuosas en el sentido de que son muy tolerantes con lo que no deber¨ªan serlo y muy prohibitivas en asuntos banales? ?No queda esto perfectamente metaforizado en el regreso a un idioma global que apenas sirve para averiguar la hora?
La naturaleza tiende al policultivo porque gracias a ¨¦l, cuando se produce una epidemia, s¨®lo muere la especie afectada. En el monocultivo, un invento espec¨ªficamente humano, cuando hay una epidemia todo el terreno queda bald¨ªo. El monocultivo en el mundo vegetal ha sido bueno para la alimentaci¨®n. Pero el monocultivo, en lo que a las lenguas se refiere, podr¨ªa ser un desastre. Da lugar a ese fen¨®meno que llamamos pensamiento ¨²nico. La globalizaci¨®n, entendida como homogeneizaci¨®n, es la muerte. Los bancos de esperma, cada vez m¨¢s solicitados, reciben sobre todo peticiones de material gen¨¦tico cuyos donantes tengan los ojos azules, 1,80 de altura y pelo rubio. La globalizaci¨®n, tambi¨¦n en lo que a la gen¨¦tica se refiere, se est¨¢ traduciendo en una forma de estandarizaci¨®n escalofriante. En unos a?os, si esta demanda se consolida, la humanidad podr¨¢ disfrutar no s¨®lo de un pensamiento ¨²nico, sino de una uniformidad f¨ªsica total. Al contemplar al otro creer¨¢s que est¨¢s mir¨¢ndote en el espejo y te enamorar¨¢s de ¨¦l, es decir, de ti, como Narciso, que elev¨® la endogamia a los extremos de todos conocidos.
Me gusta decir que la lengua es un ¨®rgano de la visi¨®n porque cuando voy al campo yo solo, y dada mi ignorancia en asuntos relacionados con la naturaleza, apenas veo ¨¢rboles, pero cuando voy con un amigo experto, adem¨¢s de ¨¢rboles, veo acacias y chopos y pinos y fresnos y ¨¢lamos y casta?ales y robles. La reducci¨®n del lenguaje estrecha el campo de la visi¨®n y reduce el del pensamiento. Una sociedad que habla mal o que escribe mal no puede pensar bien, aunque tenga los ojos azules y mida 1,80. Digo esto porque, adem¨¢s del triunfo inesperado del esperanto y de la p¨¦rdida diaria de alguna lengua, uno tiene la impresi¨®n de que del mismo modo que cada vez hay menos clases de escarabajos, cada vez se utilizan menos palabras en los idiomas que sobreviven a esta extinci¨®n desoladora. Cada palabra que se cae del vocabulario, como cada lengua que se pierde, equivale a la p¨¦rdida de una pieza dental. Con esas piezas dentales que llamamos palabras masticamos la realidad para digerirla y comprenderla. Los tractores que esquilmaron impunemente la Amazon¨ªa no s¨®lo acabaron con un ecosistema, sino con multitud de lenguas a trav¨¦s de cuya ¨®ptica se comprend¨ªa la necesidad de mantener intacta esa reserva. Quiz¨¢ deber¨ªamos comenzar a mostrar en relaci¨®n a las palabras y a los idiomas la misma preocupaci¨®n que mostramos por las especies animales o vegetales. Hace falta la aparici¨®n de un activismo en relaci¨®n a la lengua y a las lenguas, especialmente en un momento en el que la globalizaci¨®n se est¨¢ mostrando incompatible con el mantenimiento de la identidad ling¨¹¨ªstica, de las identidades ling¨¹¨ªsticas. Si las lenguas s¨®lo sirvieran para averiguar d¨®nde est¨¢ el ba?o, nos dar¨ªa lo mismo. Pero preferir¨ªamos que las generaciones del futuro las utilizaran para algo m¨¢s.
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