Major Lazer enciende el Rototom Sunsplash
Los estadounidenses se coronan tras la decepci¨®n de Hollie Cook, Chambao y Jah Cure
El men¨² m¨¢s completo de la vig¨¦simosegunda edici¨®n del festival de cultura reggae Rototom Sunsplash se ha servido en lunes. Es poco probable que se concentre tanta gente en los cinco d¨ªas restantes, ni que un nombre en los m¨¢rgenes del g¨¦nero tenga tanto poder de convocatoria como el de Major Lazer -dejemos al forzosamente ausente Matisyahu aparte y apostemos porque los estadounidenses Soja ofrecer¨¢n una buena clausura el pr¨®ximo s¨¢bado 22-.
Y esto tras una decepcionante actuaci¨®n, el d¨ªa antes, por parte de la inglesa Hollie Cook, que no mostr¨® actitud punk alguna -ojo al apellido- y muy poco de su denominado pop tropical; del proyecto caducado que representa Chambao cual comod¨ªn; y de la resultona voz del jamaicano Jah Cure.
El escenario principal retom¨® ayer su actividad con la presencia de una pareja legendaria de cantantes originarios de Kingston (Jamaica), que desde 1967 conserva el expl¨ªcito nombre de The Pioneers, bien secundados por la banda We the People, del bajista Lloyd Parks. Tras los entra?ables abuelitos, llegaron Katchafire desde Nueva Zelanda con contundencia y muchos metales, mostrando la capacidad revitalizadora del g¨¦nero que extendieron por todo el mundo The Wailers. Con Bob Marley sentado en el centro del trono real, Bunny Wailer a la derecha y Peter Tosh a la izquierda. Por tanto, la presencia de Bunny en el cartel estar¨ªa m¨¢s que justificada desde el respeto e incluso la adoraci¨®n, si no fuera porque su concierto tambi¨¦n estuvo a la altura del apellido y se agradece el reggae root que viene practicando desde su querida isla. En un festival como este, no es extra?o que se d¨¦ el encuentro de artistas con fans y al coronado rastafari se le pudo ver fotografi¨¢ndose con numerosos rastas de postal mientras paseaba durante la tarde por el recinto.
Y mientras, en las inmediaciones de los camerinos, el famoso Diplo despachaba sus dos entrevistas acordadas sin al parecer mostrar mucha atenci¨®n. Algo totalmente distinto a la peque?a charla que ofreci¨® Walshy Fire, su amable compa?ero en Major Lazer que hizo hasta por entender las preguntas formuladas en espa?ol.
Se sorprendi¨® por la pol¨¦mica que ha trascendido a la oferta cultural del Rototom: "No ten¨ªa ni idea, no conozco los motivos, pero lo que realmente me importa es el mensaje en la m¨²sica de gente como ¨¦l, todo deber¨ªa de ser paz y amor", una respuesta nada extra?a haciendo caso al t¨ªtulo del ¨²ltimo disco de Peace is the mission y muy apropiada teniendo en cuenta el lema de este a?o del festival, Peace is the R(evol)ution -aunque el nombre de su propio proyecto compartido confunda-, y el hedonismo de su fren¨¦tico ritmo hacen dif¨ªcil el calado de su mensaje.
Su actuaci¨®n para nada desentona en un festival como S¨®nar -por donde ya pasaron- "A los clubbers les gusta el twerk, el trap, el dancehall pero aqu¨ª la gente tiene mucho m¨¢s respeto por la esencia reggae". El directo mostrado lo monta un tr¨ªo de tipos que no paran un segundo de subirse hasta el pedestal del DJ, lanzarse al p¨²blico, andar sobre el mismo dentro de una bola hinchable, disparar serpentinas, ondear banderas y arengar a las masas, as¨ª como un tr¨ªo de jovencitas bailarinas que evidencian la parad¨®jica torpeza de ellos pese a ser certeros compositores, productores y remezcladores llenapistas.
Todas las voces en cada uno de sus temazos sonaron grabadas. "Son colaboraciones que nos llegan como el flow",?dice el propio Fire y eso es lo que tiene una sesi¨®n de disc-jockeys por mucho que le pese a quienes viajan en formato banda de m¨²sicos. Las canciones han de llegar al p¨²blico y es su propia soberan¨ªa quien decidir¨¢ la val¨ªa o no del artista. Luego estamos los que nos empe?amos en presenciar la recomposici¨®n de las piezas en vivo o al menos que el espect¨¢culo circense de luz y confeti sorprenda. A Major Lazer les basta con hacer bailar aunque no haya espacio para ello. Sin duda andan cerca de erigirse reyes de la EDM.
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