El espectador Mario ante su personaje
El Nobel Vargas Llosa asiste en Nueva York al estreno teatral de 'La t¨ªa Julia y el escribidor', una de sus obras m¨¢s autobiogr¨¢ficas
En el escenario Marito es el actor venezolano Pablo Andrade y abajo, en el patio de butacas, est¨¢ el verdadero Marito, que a los 18 a?os era tambi¨¦n, para sus parientes, un ni?o de teta al que hab¨ªa que cuidar de todas las tentaciones. Incluida la de su t¨ªa. Cuando se cas¨® con la t¨ªa Julia Urquidi, empez¨® a ser Mario. Para la historia es ya Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura de 2010. Este Mario, a punto de cumplir 80, asisti¨® el s¨¢bado al estreno de la en¨¦sima versi¨®n teatral de la m¨¢s autobiogr¨¢fica de sus novelas.
En 1972, cuando ya era un autor famoso y hab¨ªa publicado La ciudad y los perros y Conversaci¨®n en La Catedral, Vargas Llosa comenz¨® a escribir la novela en la que, en parte, cuenta esa primera experiencia matrimonial y la incre¨ªble historia de Pedro Camacho (el actor espa?ol Luis Carlos de la Lombana en el escenario), un autor de seriales llorones que marcaron una ¨¦poca en la vida radiof¨®nica de Per¨². La t¨ªa Julia y el escribidor ha sido objeto de muchas versiones; nunca objet¨® esas versiones, pero nunca las revis¨®. Este s¨¢bado, en Nueva York, contempl¨® la ¨²ltima, obra de Caridad Svich, estadounidense de Filadelfia y tambi¨¦n croata y cubana, entre otras nacionalidades que conforman su identidad.
El director es Jos¨¦ Zayas, puertorrique?o, y el escenario es un lugar ins¨®lito, Repertorio Espa?ol, un teatro que desde 1968 representa aqu¨ª, con elencos plenamente hispanoamericanos, teatro en lengua espa?ola, empezando por Lorca. Antes que el Nobel posara con el elenco que dio vida a su fantas¨ªa autobiogr¨¢fica, los actores se juntaron y fueron diciendo sus nacionalidades: parec¨ªan encarnar la fiesta de la hispanidad.
El Nobel fue aplaudido y agasajado; en el teatro ri¨® y aplaudi¨®; la obra subraya la vis c¨®mica que remarc¨® su adaptadora, as¨ª que ¨¦l, t¨ªmido como su personaje, se uni¨® a las carcajadas. Marito es all¨¢ arriba un muchacho algo atildado, que viste como los chicos de la alta sociedad a la que ¨¦l mismo repudiaba; y Julia (Dalia Dav¨ª, latina del Bronx) es la t¨ªa que revoluciona la casa y la vida de Marito, madura y guapa, burlona ante el adolescente que ya no lo quiere ser.
En la edici¨®n definitiva de La t¨ªa Julia y el escribidor Vargas Llosa escribi¨® en 1999: ¡°Las sonrisas y burlas no llegan a ocultar del todo, en el narrador de este libro, a un sentimental propenso a los boleros, las pasiones desaforadas y las intrigas del follet¨ªn¡±. Ese Mario de ahora asisti¨® a la representaci¨®n y al final, cuando le preguntamos c¨®mo se sent¨ªa viendo a Marito all¨¢ arriba, dijo: ¡°Raro¡±. Luego subi¨® al escenario y fue agasajado como una estrella de rock, posando entre los actores de Repertorio Espa?ol.
Lo aplaudieron como el viernes, en el Gran Hall del City College de Nueva York, donde la c¨¢tedra Vargas Llosa (con Raquel Chang, Carlos Riob¨®o y Juan Jos¨¦ Armas Marcelo al frente) le organiz¨® una serie de encuentros que clausur¨® su conversaci¨®n con el tambi¨¦n escritor peruano Alonso Cueto. Ah¨ª dijo Vargas Llosa algo que ya est¨¢ en La t¨ªa Julia: ¡°Yo escribo sobre la vida y mis obras exigen el impacto de la realidad¡±.
En esa obra, en El pez en el agua, en La ciudad y los perros o en Conversaci¨®n en La Catedral, aquel Marito est¨¢ en las m¨¢s variadas situaciones autobiogr¨¢ficas; lo que a ¨¦l (y a los espectadores que estuvieron en Repertorio Espa?ol) les resulta raro es verlo tambi¨¦n, aunque con sesenta a?os m¨¢s, en el patio de butacas.
'El Quijote' que se le resisti¨® al Nobel
A Vargas Llosa se le resisti¨® el Quijote. Y eso que en su juventud uno de sus amigos, que aparece en Conversaci¨®n en La Catedral, terminaba sus peroratas lime?as, tras las cervezas, gritando para que lo escuchara el ep¨ªgono de Zavalita: "?El Quijote, qu¨¦ gran prosa, co?o!"
Pero entonces, cuando Vargas era a¨²n un adolescente que luchaba para ser periodista en vez de abogado, no pudo con el libro m¨¢s famoso de la historia de la literatura. ¡°Intent¨¦ leerlo, pero fracas¨¦¡±, le dijo a su colega y paisano Alonso Cueto durante la conferencia que dieron ambos el viernes pasado en la c¨¢tedra Vargas Llosa del City College de Nueva York.
"No entend¨ªa palabras, esas frases tan largas. Hasta que descubr¨ª un librito maravilloso de Azor¨ªn, La ruta de don Quijote. Gracias a Azor¨ªn le¨ª el Quijote. Me llev¨® a ¨¦l esa prosa precisa, transparente. El Quijote es un libro inmensamente entretenido, que arrastra al lector a una aventura extraordinaria y es s¨ªmbolo de nuestra lengua. Consigui¨® convertir en una met¨¢fora asequible una definici¨®n de lo que es la condici¨®n humana". "En los seres humanos siempre ha habido como un quijote escondido". En ¨¦l lo hay, pues como el ingenioso hidalgo, Vargas Llosa ha dicho siempre que "la realidad tal como es no nos basta".
Ese libro de Azor¨ªn que le abri¨® a Vargas Llosa el apetito del Qujote fue tambi¨¦n la base para las recientes entregas que Julio Llamazares public¨® este verano en EL PA?S siguiendo el impresionante viaje de ficci¨®n de Miguel de Cervantes.
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