Muchas versiones, pocos porqu¨¦s

Hace apenas un a?o que los rostros de 43 estudiantes de magisterio de Guerrero, uno de los estados m¨¢s pobres de M¨¦xico, salieron publicados a dos p¨¢ginas en los principales peri¨®dicos del pa¨ªs el lunes 20 de octubre de 2014. Llevaban poco menos de dos meses desaparecidos. Sus rostros conmocionaron a la opini¨®n p¨²blica mexicana y despertaron preguntas que persisten al d¨ªa de hoy: ?D¨®nde est¨¢n? y, sobre todo, ?por qu¨¦?

La polarizaci¨®n que ha provocado la tragedia de Ayotzinapa (un nombre desconocido para la mayor¨ªa de los mexicanos hace un a?o y hoy, al parecer, inseparable de la gesti¨®n del presidente Enrique Pe?a Nieto) se refleja en las pantallas. La Noche de Iguala y Mirar Morir reflejan versiones encontradas sobre lo que ocurri¨® el 26 de agosto de 2014, una fecha que ha dejado pocas explicaciones y multitud de preguntas. Y las dos, adem¨¢s del tema que tocan, tienen algo en com¨²n: elegir una entre las dos significa asumir una postura pol¨ªtica en s¨ª misma, antes que invitar a la reflexi¨®n.?

La Noche de Iguala es un docudrama: una suerte de mezcla entre grabaciones reales y actores que refleja al pie de la letra la versi¨®n oficial del Gobierno mexicano, que ha sido puesta en duda por una comisi¨®n de expertos de la OEA. La producci¨®n, de buena calidad, transmite como verdad incuestionable ("hist¨®rica", como la calific¨® el exfiscal mexicano Jes¨²s Murillo Karam). Mientras que el periodista Jorge Fern¨¢ndez Men¨¦ndez abunda en el contexto en el que ocurri¨® la tragedia (el pasado guerrillero de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y las luchas constantes en Guerrero, un estado que nunca ha sido tranquilo), la parte "drama" del docudrama asume que los estudiantes fueron a boicotear un acto pol¨ªtico de la esposa del alcalde de Iguala ¡ªuna versi¨®n puesta en duda por la OEA¡ª y repite paso a paso el relato que Murillo Karam hizo el 7 de noviembre. El relato del exfiscal, incluso, podr¨ªa haber funcionado como una voz en off.?

Las cr¨ªticas han sido tan duras con la pel¨ªcula que los familiares de las v¨ªctimas han llamado a su boicot e incluso hay una petici¨®n en change.org para prohibirla. Si algo demuestra La Noche de Iguala (adem¨¢s de una versi¨®n dramatizada del relato de la Fiscal¨ªa mexicana) es la profunda polarizaci¨®n que divide a la sociedad mexicana. Para muestra, un bot¨®n. Fern¨¢ndez Men¨¦ndez, que es columnista de Exc¨¦lsior, lamenta la "falta de di¨¢logo" ¡ªy algo de raz¨®n tiene, dada la petici¨®n en change.org¡ª pero arranca una de sus columnas calificando a "sectores de nuestra llamada izquierda que son fascistoides" de las cr¨ªticas contra su cinta. Despu¨¦s, en el mismo texto, reconoce que, pese a que califica su trabajo como una verdad inc¨®moda", ?todav¨ªa existen "muchas preguntas sin responder". El diccionario de la Real Academia Espa?ola explica que la verdad es "un juicio o proposici¨®n que no se puede negar racionalmente". No est¨¢ claro si?La Noche de Iguala sea "verdad inc¨®moda", pero sin duda es una verdad imperfecta.?

En el otro lado del espectro de la dividida opini¨®n mexicana est¨¢ Mirar Morir, dirigida por Coizta Grecko. El documental (aqu¨ª sin actor alguno) recolecta una serie de testimonios que profundiza en el gigantesco c¨²mulo de dudas, vac¨ªos y contradicciones que atormenta a los familiares de las v¨ªctimas y mantiene una nube de escepticismo sobre la verdad inc¨®moda/hist¨®rica. Grecko, que no oculta su inclinaci¨®n izquierdista ni su cercan¨ªa con las v¨ªctimas, cuida mucho no dejar espacios en el vac¨ªo. Hablan los familiares, sin gritos, pero desde el profundo dolor de quien no sabe qu¨¦ ha sido de su hijo. El resultado hiela el coraz¨®n. No hay respuestas, solo los rastros de una espantosa tragedia. Y la pel¨ªcula deja la terrible sensaci¨®n de desamparo. Al terminar la proyecci¨®n de su estreno, en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico el pasado martes, no se percib¨ªa furia ni indignaci¨®n. Solo una honda, profunda tristeza.

Mirar Morir se permite sugerir hip¨®tesis (como el papel del Ej¨¦rcito esa noche), pero parte con una ventaja sobre La Noche de Iguala: no se presenta como una verdad ni inc¨®moda ni hist¨®rica ni irrefutable. Lo que retiembla en las cintas es el terror¨ªfico estado de sitio en el que sobreviven los habitantes de Guerrero (como tantos otros en un pa¨ªs donde la guerra contra el narco se ha cobrado al menos 80.000 v¨ªctimas en nueve a?os) y el llanto de los amigos, los padres, los vecinos. Pesa como una losa la desconfianza (fundada o no) ante las autoridades y la profunda divisi¨®n en la sociedad mexicana que ha dejado la tragedia. Y m¨¢s que nada, las dudas. La m¨¢s grande: ?Por qu¨¦??