El ¨²ltimo himno ¡®glam¡¯ de David Bowie
El cantante crea Rebel Rebel como un acto de superaci¨®n de sus modelos y de empoderamiento art¨ªstico
La madre est¨¢ fuera de si; confusa e inquieta. Ya no sabe si su hijo es ¨¦l o ella, pero poco puede hacer ante la tormenta hormonal que impulsa a la criatura, fuego azuzado por la nueva moda del glam. Es decir, el look adefesio que funde sofisticaci¨®n y vulgaridad buscando anular, a golpe de estilo por el estilo, la dejadez antihigi¨¦nica y colorido naturalismo de los jipiosos a?os 60. Lo importante para el cr¨ªo es sentirse divino, bailar ante bandas que raspen y aturdan, beberse la adolescencia a grandes sorbos, como si no hubiese ma?ana. El disfraz luce desgarrado y el maquillaje se ha corrido: atruena desde los altavoces el nuevo single de David Bowie, Rebel rebel.
La canci¨®n nace de un envenenado choque de egos. Aguijoneado por su celoso competidor Mick Jagger, Bowie crea Rebel Rebel como un acto de superaci¨®n de sus modelos y de empoderamiento art¨ªstico. Los Stones, que se encuentran grabando en la mansi¨®n de Ron Wood, entonces en los Faces, invitan a la nueva estrella a participar en su pr¨®ximo single, It¡¯s only rock and roll. Suspicaz, Bowie detecta en la letra claras referencias a su universo gal¨¢ctico-asexuado, a sus trucos dram¨¢ticos. ?l, que les ha rendido pleites¨ªa versionando Let¡¯s spend the night together en su reciente elep¨¦?Aladdin Sane, aparecido aquel mismo 1973, no sabe qu¨¦ pensar: ?le plagian descaradamente, le adulan admirados o sencillamente se est¨¢n mofando de su escu¨¢lida sombra?
La elecci¨®n del entorno donde dar el golpe de efecto no deja dudas: Bowie se instala en los Olympic Studios, hogar de los Stones, y, dado que ha echado a su guitarrista Mick Ronson, esculpe junto al mercenario Alan Parker un riff de guitarra que deja tarumba al propio Keith Richards, que desprecia el glam. Un directo en pleno est¨®mago; una broma radiante. Bowie toca la guitarra en la toma final, arropado por el bajo de Herbie Flowers y el piano de Mike Garson. El bater¨ªa Aysnsley Dunbar se encarga de tramar un trasunto del popular ritmo de Satisfaction. La jubilosa letra da voz a esas cositas salvajes que llegan a la pubertad y ocupan el lugar de la anterior generaci¨®n. Las calles son suyas, para desespero de los adultos, todav¨ªa atrapados mentalmente en el cors¨¦ victoriano y las grisuras de posguerra.
?ltimo himno glam de su autor, Rebel Rebel se incluir¨¢ en el dist¨®pico ¨¢lbum conceptual Diamond Dogs (1974), donde Bowie abduce 1984 de Orwell y copia el troceado, terrible futurismo de Burroughs. Su innata insolencia ha perdurado y hace que nos preguntemos por qu¨¦ hoy ya no ser¨¢ posible un impacto igual. Los peque?os monstruitos de Lady Gaga no asustan m¨¢s que a los esnobs y ninguna abuela se asombra ante las pintas que, reciclados pero orgullosos, lucen los adolescentes. Era otra ¨¦poca.
Babelia
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