Sesenta a?itos

La semana de cine de Valladolid, Seminci, ha cumplido 60 a?os y lo est¨¢ celebrando por todo lo alto¡­ aunque con las restricciones inevitables que marca el presupuesto, siempre tan exiguo. La ceremonia inaugural tuvo cosas rese?ables. La fundamental, sin duda, el homenaje que se tribut¨® a quien fuera director de la Seminci durante veinte a?os seguidos, lo que es todo un r¨¦cord, al menos en la historia de los festivales espa?oles. Pero el m¨¦rito de Fernando Lara no reside s¨®lo en su larga permanencia al frente de esta manifestaci¨®n cultural sino en el impulso que le dio a partir de 1984. La Seminci era entonces un festival decr¨¦pito y desde luego bastante aburrido¡­ Lara, con tes¨®n e imaginaci¨®n, lo acab¨® convirtiendo en una cita imprescindible para tomar contacto mayormente con las pel¨ªculas m¨¢s interesantes que se hab¨ªan visto en otros festivales y que aguardaban su estreno en Espa?a, no siempre asegurado. Organiz¨® en paralelo retrospectivas interesant¨ªsimas, alguna de ellas muy valiente, como la dedicada a Pilar Mir¨® en el delicado momento en que la ex directora general de RTVE se encontraba pendiente de juicio por supuesta malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, de lo que finalmente fue absuelta. Pero en aquel momento, Lara y su equipo fueron acusados por cierta prensa de ser c¨®mplices de la corrupci¨®n. Que se sepa ninguno de aquellos periodistas ha pedido a¨²n disculpas por su difamaci¨®n.

Tanto en Valladolid como en el mundillo del cine espa?ol se respeta y se valora la gesti¨®n de Lara y as¨ª se reconoci¨® p¨²blicamente ¨C aunque en el mismo acto se viera por la tele a bastantes espectadores repantingados en sus butacas sin molestarse en aplaudir, ni a Lara ni a nadie. Pertenec¨ªan a ese p¨²blico invitado que siempre tiene cara de no importarle un comino cuanto est¨¢ sucediendo en el escenario. No s¨®lo pasa en Valladolid¡­ y en ning¨²n caso se sabe por qu¨¦ est¨¢n all¨ª ¨C.

Cuando tom¨® la palabra, Lara agradeci¨® a su equipo toda la ayuda recibida y record¨® a los que ya no est¨¢n vivos. Y en ese apartado tuvo un emotivo recuerdo para un gran amigo muerto s¨®lo unos d¨ªas antes, Jos¨¦ D¨ªaz de Espada. Si bien desconocido para muchos, Espada fue un cin¨¦filo empedernido que ayud¨® con entusiasmo no s¨®lo al festival de Valladolid sino a varios otros y no exclusivamente espa?oles. Siendo director del ?rea Audiovisual de la Sociedad Estatal Quinto Centenario gestion¨® innumerables coproducciones con Am¨¦rica Latina; fue entonces su apoyo fundamental, lo que seguramente se recordar¨¢ en futuros homenajes. Lara no le olvid¨® en sus reconocimientos, y eso le honra. Bien hecho.