Lujo, pol¨ªtica y amor en 'Versailles'
Cuenta el t¨®pico que Luis XIV fue el autor de la frase "el Estado soy yo". Sin embargo, a pesar de la contundencia de tal afirmaci¨®n, el rey absolutista por excelencia, el Rey Sol, no lo debi¨® tener f¨¢cil en una corte llena de amenazas y rodeado de nobles con aspiraciones demasiado altas. ?De qui¨¦n fiarse? La televisi¨®n contempor¨¢nea ya estaba tardando, con su gusto por las intrigas pol¨ªticas y los dramas hist¨®ricos, en recrear ese ambiente, y la serie Versailles pone fin a ese olvido.
Canal + es la responsable de esta superproducci¨®n francesa que se puede ver en Espa?a en Yomvi y desde ma?ana en Canal + Series Xtra. Una serie muy francesa sobre un tema y unos personajes muy franceses pero que, sin embargo, est¨¢ rodada en ingl¨¦s, con mayor¨ªa de actores brit¨¢nicos (incluidos el propio Rey Sol) y equipo brit¨¢nico. Algo que llama la atenci¨®n cuando se ve en versi¨®n original en estos tiempos en los que cada vez es m¨¢s habitual que los espectadores de series las vean en su idioma de origen, sea cual sea este. Pero si en Carlos, Rey Emperador todos los reyes europeos hablan perfecto castellano ¡ªpor no hablar de los habitantes del Imperio Azteca...¡ª, habr¨¢ que aceptar que en la corte de Luis XIV fuera el ingl¨¦s el idioma reinante (nunca mejor dicho).
Versailles tiene aroma a superproducci¨®n, algo que se nota en la ambientaci¨®n, vestuario, decorados... Un bonito envoltorio para una historia que en su primer cap¨ªtulo ya da algunas pinceladas de lo que podr¨¢ esperar el p¨²blico: un toque de intrigas palaciegas, pinceladas de amor¨ªos en la corte, algunos tejemanejes de la nobleza, su dosis imprescindible de sexo y desnudos y la figura de un Luis XIV que todav¨ªa est¨¢ dando sus primeros pasos como gobernante y, por tanto, se muestra inseguro y necesitado de apoyo. Uno de esos respaldos lo buscar¨¢ en su hermano Felipe en una relaci¨®n que apunta maneras para ser una de las bases de la historia.
Un lujoso envoltorio que flojea un poco en el contenido a la espera de que despegue. El primer cap¨ªtulo, como todo episodio piloto, se entretiene demasiado en la presentaci¨®n de personajes, en plantear las primeras pinceladas de lo que vendr¨¢ y en lucirse como superproducci¨®n, pero no consigue arrancar del todo. Solo el final invita a seguir para descubrir el futuro inmediato de unos acontecimientos que, si se tratan bien, pueden dar para una gran historia televisiva. Habr¨¢ que esperar.
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