El periodismo como literatura
El Nobel a Svetlana Alexi¨¦vich consagra la cr¨®nica. Banville, Guerriero, Caparr¨®s y otros autores reflexionan sobre ello
"Por sus escritos polif¨®nicos, que son un monumento al sufrimiento y al coraje de nuestro tiempo¡¡±.
Sesenta y seis segundos. Ese fue el tiempo que una eterna discusi¨®n necesit¨® para hacerse global y reavivar el debate sobre si el periodismo es o no literatura. Era la una de la tarde en punto, del jueves 8 de octubre de 2015, cuando en esos segundos se anunci¨® que la periodista bielorrusa, en lengua rusa, Svetlana Alexi¨¦vich ganaba el Premio Nobel de Literatura. Con ella, la Academia sueca acog¨ªa un nuevo g¨¦nero de escritura y ampliaba el territorio de lo literario.
En el segundo 67 termin¨® la tregua¡
¡°La Academia convalida el lugar que una cierta escritura period¨ªstica ha ido ocupando en el campo literario, y as¨ª abre o ampl¨ªa la lista de los g¨¦neros que caben hoy en la definici¨®n de la literatura¡±, afirma Gustavo Guerrero, escritor y consejero literario para la lengua espa?ola de una de las editoriales m¨ªticas por su calidad literaria, Gallimard: ¡°Pero no es cualquier tipo de periodismo, sino una forma y una pr¨¢ctica muy espec¨ªfica, y cuya peculiaridad acaso nos est¨¦ diciendo algo m¨¢s sobre esta (re)definici¨®n de la literatura. Creo que el periodismo entra hoy en el campo de la literatura y lo ensancha¡±.
¡°El problema es la definici¨®n misma de la literatura. Parece evidente pero no lo es. Ni hist¨®ricamente, ya que la noci¨®n moderna de literatura supone la originalidad de la obra y la propiedad literaria no exist¨ªa antes del siglo XVIII. Ni hoy en d¨ªa¡±, explica Roger Chartier, escritor, historiador de literatura y profesor de la Escuela de Francia: ¡°?Debe definirse el texto literario a partir de su car¨¢cter de ficci¨®n? ?Debe pensarse la literatura a partir de una cierta calidad estil¨ªstica? ?Debemos definir la literatura a partir de una comprensi¨®n densa, compleja, aguda del mundo, de la sociedad, de los seres humanos?¡±.
¡°Depende de lo que llamemos periodismo¡±, aclara Alberto Manguel, autor del cl¨¢sico Una historia de la lectura: ¡°Si periodismo es, seg¨²n lo define el Diccionario de la Real Academia Espa?ola, ¡®captaci¨®n y tratamiento, escrito, oral, visual o gr¨¢fico, de la informaci¨®n en cualquiera de sus formas y variedades¡¯, entonces las obras de Zola o de Larra son periodismo, y Her¨®doto fue uno de los primeros practicantes. Toda palabra pertenece a una jerarqu¨ªa convencional, y escribir periodismo tiene menos prestigio que escribir una obra hist¨®rica o literaria. Quiz¨¢s las obras period¨ªsticas a las que adjudicamos otros m¨¦ritos que los meramente informativos merezcan otras etiquetas. ?Qu¨¦ calificativo logran entonces los escritos de Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, de Ryszard Kapuscinski, de Svetlana Alexi¨¦vich? Albert Camus, cuando trabajaba para el Diario del Frente Popular en Argelia y ten¨ªa que llenar el casillero ¡®Profesi¨®n¡¯ en los formularios oficiales, no pon¨ªa sino ¡®homme de lettres¡±.
¡°Como Samuel Johnson y William Haz?litt, cuyo periodismo es sin duda literatura. Escrib¨ªan con un ojo en la posteridad, pretend¨ªan que su trabajo fuera le¨ªdo de manera intemporal¡±, argumenta John Banville, que antes de ser el exquisito escritor de hoy (un diciembre tendr¨¢ que ir a Estocolmo), fue periodista en The Irish Times y a¨²n colabora en medios: ¡°Pero la mayor parte del periodismo es s¨®lo eso: escritura diaria. Aunque, en nuestro tiempo, el trabajo period¨ªstico de Christopher Hitchens y Martin Amis es excelente, adem¨¢s de otros grandes autores¡±.
¡°La base de la literatura es que no est¨¢ fundamentada en hechos reales, permite a la imaginaci¨®n crear un mundo en s¨ª mismo. Un informe period¨ªstico de la guerra de Troya, por ejemplo, no podr¨ªa dar una hermosa descripci¨®n del armamento de Aquiles¡±, sentencia Donna Leon. ¡°El periodismo debe ser razonablemente objetivo y preciso con la realidad; la literatura, no¡±.
¡°Son cosas distintas¡±, admite Javier Cercas, que ha escrito novelas a partir de hechos reales: ¡°Pero determinados g¨¦neros period¨ªsticos, la cr¨®nica o la columna de opini¨®n, son o pueden ser una forma de literatura; una noticia, no. Esta s¨®lo puede operar con las verdades claras, n¨ªtidas, un¨ªvocas y factuales del periodismo. Esto no significa que una noticia no pueda estar mucho mejor escrita que una cr¨®nica o una novela o un poema. Identificar literatura con ficci¨®n me parece un error¡±.
¡°El periodismo es un g¨¦nero literario¡±, asegur¨® hace 19 a?os Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. A partir de ah¨ª despleg¨® sus argumentos en m¨¢s de 2.000 palabras bajo el t¨ªtulo El mejor oficio del mundo. Cinco a?os despu¨¦s, en 2001, el argentino Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, en palabras recuperadas por la periodista y escritora Leila Guerriero, escribi¨®: ¡°Un periodista no es un novelista, aunque deber¨ªa tener el mismo talento y la misma gracia para contar que los novelistas mejores. Un buen art¨ªculo no siempre es una rama de la literatura, aunque deber¨ªa tener la misma intensidad de lenguaje y la misma capacidad de seducci¨®n de los grandes textos literarios¡±.
¡°De hecho, siempre es literatura: a veces mala, a veces buen¨ªsima. A sangre fr¨ªa, de Truman Capote, es un reportaje y es alta escritura; y nuestro autor rom¨¢ntico m¨¢s importante fue un periodista, Larra¡±, recuerda Rosa Montero. ¡°Como g¨¦nero, tiene sus reglas, y es distinto de la ficci¨®n. En periodismo la claridad es un valor; en novela lo es la ambig¨¹edad. En periodismo hablas de los ¨¢rboles; en novela, del bosque; en el primero cuentas lo que sabes; en ficci¨®n, lo que no sabes que sabes¡±.
¡°La literatura puede tomar a veces la forma de texto period¨ªstico¡±, atestigua Mart¨ªn Caparr¨®s, que acaba de publicar Lacr¨®nica (C¨ªrculo de Tiza), ¡°est¨¢ claro que la conferencia del ministro no tiene nada que ver con la literatura ¡ªpero tampoco, si acaso, tiene que ver con ella una novela sadomaso soft o el poema escondido de una canci¨®n de Bisbal¡ª. Pero hay formas period¨ªsticas que s¨ª: que intentan formas mejores de contar el mundo. Las llamamos cr¨®nica o periodismo narrativo o columna de autor o gran reportaje¡±.
¡°Es el arte de entender, resumir, analizar y plasmar al p¨²blico lo que es noticia en este mundo¡±, describe Jon Lee Anderson, que ha publicado Cr¨®nica de un pa¨ªs que ya no existe. Libia, de Gadafi al colapso (Sexto Piso): ¡°Hay periodismo de toda ¨ªndole, desde el m¨¢s transitorio ¡ªmeros sumarios de lo acontecido¡ª hasta el m¨¢s profundo, anal¨ªtico o narrativo, con ambiciones que van m¨¢s all¨¢, que tiene la pretensi¨®n no solamente de impartir la noticia, sino de llevarnos al lugar de los hechos, de conocer las personas en cuesti¨®n, incluso de hacernos vivir sus realidades. Algo de este ¨²ltimo periodismo llega, a veces, a ser literatura tambi¨¦n¡±.
¡°Hay diversos nombres para mencionar un texto que implica una gran cantidad de reporteo, una mirada poderosa y una utilizaci¨®n muy sofisticada del lenguaje, es un g¨¦nero literario: un g¨¦nero literario de no ficci¨®n¡±, seg¨²n Leila Guerriero. ¡°Es importante hacer la diferencia puesto que, cuando se dice ¡®literatura¡¯, muchos piensan inmediatamente en ficci¨®n, y el periodismo es un g¨¦nero literario que trabaja s¨®lo con materia prima obtenida de la realidad¡±.
¡°Hay que saber dar continuidad narrativa a una informaci¨®n, a un reportaje, a una entrevista¡±, sostiene el escritor y cr¨ªtico Jos¨¦-Carlos Mainer. ¡°No se trata s¨®lo del registro de la noticia, de una sucesi¨®n de datos y declaraciones puestas p¨¢rrafo tras p¨¢rrafo, sino que debe haber una estructura, una intenci¨®n, un comienzo y un final con un buen manejo del lenguaje¡±.
¡°Son textos que aspiran a una perdurabilidad¡±, se?ala Jaime Abello Banfi, director de la Fundaci¨®n Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. ¡°Lo fundamental es el respeto al lector. El pacto de lectura de transparencia ¨¦tica, de hechos ver¨ªdicos y contrastables. El periodista no inventa nada. La cuesti¨®n es el margen de invenci¨®n que se puede permitir para contar mejor la historia¡±.
¡°Cuando Heinrich Schliemann empez¨® a excavar en 1870 las ruinas de Troya, confirm¨® que la primera obra literaria de la historia, Il¨ªada, era una cr¨®nica period¨ªstica¡±, expone Miguel Aguilar, editor de Debate, uno de los sellos que apuestan por el periodismo en sus diferentes g¨¦neros, y que edita dos de los libros de la Nobel: ¡°Como explic¨® hace muchos a?os Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, en una magistral columna sobre la tragedia del Kursk, la literatura sirve para contarlo. Pensar que porque haya ocurrido la narraci¨®n vale menos es propio de gente con muy poca imaginaci¨®n¡±.
¡°El testimonio del testigo directo en los hechos hist¨®ricos responde a los valores del momento¡±, cuenta Borja de Riquer, que con su padre, Mart¨ª de Riquer, compil¨® en Reportajes de la Historia (Acantilado) 150 relatos de 26 siglos en los que buscaron ¡°al periodista de cada momento que explicara los hechos en su salsa, cuyos textos han narrado nuestra historia¡±.
¡°Literatura es escritura, periodismo es escritura¡±, cree Elena Poniatowska, y da la vuelta al debate: ¡°Proust hizo el periodismo de su alma, periodismo de s¨ª mismo, Kafka el de su persecuci¨®n. Carlos Fuentes dec¨ªa que Bernal D¨ªaz del Castillo es el primer gran novelista con Historia verdadera de la conquista de Nueva Espa?a, y en realidad fue un extraordinario cronista¡±.
¡°El Nobel debe ampliarse a g¨¦neros distintos a la ficci¨®n, la dramaturgia o la poes¨ªa. Debe sin duda incluir el ensayo. Unamuno, Alfonso Reyes y Ortega y Gasset lo hubiesen merecido. ?Y no era Borges un supremo ensayista? Tambi¨¦n el g¨¦nero autobiogr¨¢fico: como ocurri¨® en un solo caso, el de Churchill¡±, pide Enrique Krauze, escritor y director de la revista mexicana Letras Libres. ¡°Esa sola ampliaci¨®n del espectro incluir¨ªa a muchos escritores contempor¨¢neos. Por esa raz¨®n celebro el premio a Alexi¨¦vich, aunque creo que el periodismo de gran altura tiene su propia creatividad y que esta no es, en estricto sentido, literaria¡±.
¡°Yo escribo, re¨²no las briznas, las migas de la historia del socialismo ¡®dom¨¦stico¡¯, del socialismo ¡®interior¡¯¡¡±, desvela Svetlana Alexi¨¦vich, como hija de la tradici¨®n rusa intrigada por el alma de las personas, en su ¨²ltimo libro, El fin de ¡®homus sovieticus¡¯ (Acantilado). ¡°Estudio el modo en que consigui¨® habitar en el esp¨ªritu de la gente. Siempre me ha atra¨ªdo ese espacio min¨²sculo, el espacio que ocupa un solo ser humano, uno solo¡ Porque, en verdad, es ah¨ª donde ocurre todo¡±.
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