Un hombre que no fue Pel¨¦ y que tampoco ser¨¢ John Lennon
Futbolista fracasado, El Muertho de Tijuana asoma como rareza 'underground'
Todo el mundo habla de que los Tigres de Monterrey han ganado la liga, pero nadie sabe que en 1983 Jes¨²s Hern¨¢ndez Ramos lleg¨® al equipo reserva de los Tigres con una gran ilusi¨®n de triunfar, fracas¨® y tres d¨¦cadas despu¨¦s es un hombre de aspecto siniestro que se adorna con un sujetador de mujer.
¨C?Qu¨¦ va a tomar? ¨Cle pregunta la camarera.
¨CUn chocolate caliente. Con leche de soya, por favor ¨Cresponde El Muertho de Tijuana.
El sujetador se lo compr¨® en Colombia en noviembre. Fue su primer concierto en el extranjero. Nacido en 1966 en una peque?a ciudad de clima des¨¦rtico, Delicias, hijo de un carnicero y de una cocinera, este m¨²sico callejero con velo, cara empolvada y maquillado a lo Kiss pens¨® que podr¨ªa ser futbolista. ¡°Me falt¨® ser m¨¢s h¨®stil¡±, dice con una errada tilde en la o, sentado, sin sacarse la gabardina negra que le cae hasta sus botas de hebillas ¨Cen una librer¨ªa de M¨¦xico DF.
¡°Yo era un futbolista habilidoso, un gambetero so?ador. A m¨ª me gustaba hacer jugadas de fantas¨ªa, pero me rega?aban¡±.
De ni?o, en Delicias, le llamaban Pel¨¦. Despu¨¦s, en el equipo reserva de los Tigres, le pusieron de apodo Baltazar por un delantero brasile?o del Atl¨¦tico de Madrid de los ochenta.
Cruz¨® varias veces a Estados Unidos. Una a trav¨¦s de un puente del ferrocarril. Otra escondido en los bajos de un tr¨¢iler. Pero siempre se desesperaba por no encontrar trabajo y se volv¨ªa a M¨¦xico, si no lo devolv¨ªan antes los agentes migratorios. Durante un tiempo combin¨® el f¨²tbol (se resist¨ªa a abandonarlo) con actuaciones de tragafuegos en los sem¨¢foros ¨C¡°echando lumbre por la boca¡±.
El Muertho se levanta el velo. Toma un sorbo de chocolate.
Se fue a Puebla, a Tampico, a Chiapas, a San Luis Potos¨ª. Hasta que en 1989 decidi¨® irse a vivir a Tijuana. ¡°Y me advirtieron: en Tijuana o te haces broder de la religi¨®n o te haces mariguano y loco¡±.
"Acertaron", dice.
Durante a?os fue un fiel extremo de la iglesia Cristo Espejo de la Nueva Vida. Para evitar el sexo, pens¨® en castrarse. Pero le pareci¨® excesivo y opt¨® por un ayuno de 40 d¨ªas. S¨®lo aguant¨® siete. Una compa?era de la iglesia lo convenci¨® de dejarlo y le dio alimentos.
En 1998 lleg¨® a la conclusi¨®n de que el fanatismo religioso era nefasto, se fue de la congregaci¨®n y, aprovechando que con ellos hab¨ªa aprendido a tocar la guitarra, empez¨® a componer elementales canciones contra los pastores y contra los ap¨®stoles de la Biblia, ¡°muy especialmente contra Pablo, que es el que te mete tanta pinche mierda con eso de los diezmos y de que obedezcas a los sacerdotes¡±.
En la librer¨ªa suena Chan chan, de Buenavista Social Club. Luego una del cantante indie Daniel Johnston.
El Muertho, que hasta hace unos a?os trabajaba en un taller de chapa y pintura y siempre ha tocado en la calle o en mercadillos, apenas tiene referentes musicales. Los Kiss, los Beatles, Lady Gaga.
¡°Eso es lo bueno que tiene. Es genuino, incluso na¨ªf. Sus impulsos vienen de dentro, y la gente lo nota¡±, dice a su lado su m¨¢nager, ?rik Canales Canales, un dj treinta?ero que lo ha tra¨ªdo de Tijuana para promocionarlo en la capital y lo ha alojado en su casa.
En casa de Erick viven: Erick, su novia y El Muertho.
Lo ha llevado a un estudio para grabar su primer disco, Padre Santo, con temas como Sat¨¢nica, Viejo Decr¨¦pito o Malandro. Le est¨¢ consiguiendo conciertos, por los que cobran 200 d¨®lares. Para 2016 tienen previstas dos actuaciones especiales: una en el Reclusorio Norte de M¨¦xico DF y otra en la facultad de Filosof¨ªa y Letras de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
Hasta cierto punto, est¨¢ de moda en el underground mexicano. No tanto por m¨²sico (su t¨¦cnica se reduce a un teclado programado) como por su extra?o car¨¢cter de performer popular ambulante.
?l dice que tiene un sue?o "muy tonto". "Ser mejor que John Lennon". Aunque no le gusta que fuera "un mandil¨®n" de Yoko Ono. Jes¨²s Hern¨¢ndez Ramos no fue Pel¨¦. Ni ser¨¢ nunca John Lennon. Ser¨¢, hasta que el teclado aguante, El Muertho de Tijuana.
Babelia
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