Llegaron las entra?ables con sus listas
Listas para todo y para todos. Ya pueden conocer la del a?o de Babelia. Y les recomiendo las 'Listas memorables' recopiladas por Shaun Usher
Ya est¨¢n aqu¨ª las entra?ables fiestas, rebosantes de energ¨ªa y temibles comidas empresariales de confraternizaci¨®n, mu¨¦rdago (artificial), zambombas electr¨®nicas, spots de fragancias protagonizados por dominatrix anor¨¦xicas que se sirven de la corbata de machos d¨¦biles y et¨¦reos como si fuera la cadena de un animal de compa?¨ªa. No importa que la a¨²n improbable igualdad de sexos siga cobr¨¢ndose el peaje anual del asesinato de docenas de mujeres a cargo de sus inseguras, impotentes, celosas parejas: esos miserables asesinos que las quer¨ªan tanto. La org¨ªa de consumo iguala y difumina, con su inevitable cualidad lenitiva. Conforta que todo se reproduzca con variaciones poco significativas, incluido ese ubicuo culto al cuerpo (¡°sepultura port¨¢til¡±, lo llam¨® Quevedo en metaf¨ªsico verso) y a la juventud con tableta de chocolate abdominal. Como cada a?o, y en previsi¨®n de la alegr¨ªa que se me viene encima, tengo al alcance de la mano mi provisi¨®n de inhibidores selectivos de la recaptaci¨®n de serotonina (a los que ya he recurrido para soportar la campa?a electoral), lo que me va a permitir gozar de la familia, de los amigos, de los recuerdos reprimidos, de los shows televisivos (incluida ¡ª?glup!¡ª la ingesta de las 12 uvas apost¨®licas), del discurso de la Corona (siempre lo escucho con una botella de Coronita en la mano); en fin, de la alegr¨ªa del eterno retorno de lo mismo (tictac, tictac). Llega tambi¨¦n, para solaz de libreros, la venta masiva del libro navide?o, aunque aqu¨ª tiene menor predicamento que en Alemania, Francia o Reino Unido, pa¨ªses en los que la producci¨®n de coffee-table books, almanaques y beaux livres se multiplica exponencialmente. En todo caso, he optado por recomendarles (por si quieren ¡°practicar la elegancia social del regalo¡±) algunos modestos y menos llamativos, pero apropiados para las fechas. Adem¨¢s de las estupendas agendas literarias para 2016 publicadas por las editoriales Alba y Errata Naturae (escribir¨¦ en una los d¨ªas pares y en otra los impares), el libro en que mejor he visto reflejado mi estado de ¨¢nimo es el ¨¢lbum Navilandia (La C¨²pula), que re¨²ne las salvajes historietas, llenas de sarcasmo y humor negro del veterano y premiad¨ªsimo dibujante Didier Tronchet (1958) sobre la Navidad y la obligaci¨®n de ser felices y quererse tanto. En el otro extremo est¨¢n los Cuentos de Navidad: de los hermanos Grimm a Paul Auster (Alba), en la que encontrar¨¢n una selecci¨®n de 38 relatos de motivo navide?o (s¨®lo 5 sujetos a copyright: en la edici¨®n, lo ¡°nuevo¡± es caro). Por cierto que Libros del Zorro Rojo ha publicado en formato regalo la Trilog¨ªa de Nueva York (1985-1987), de Paul Auster, estupendamente ilustrada por Tom Burns. Si quieren leer (o recordar) uno de los m¨¢s acabados ejemplos (junto a Pobres criaturas ¡ªde Alasdair Gray, 1992¡ª o?Menudo reparto! ¡ªde Jonathan Coe, 1994¡ª, ambas en Anagrama) de la narrativa del bajo posmodernismo, que tantos estragos caus¨® en la novela de los ochenta y noventa, no se la pierdan.
Listas
Ya pueden conocer la lista de Babelia, que no nos ha salido nada tonta, y eso que el a?o no ha sido espectacular en lo que ha producci¨®n libresca (sobre todo en ficci¨®n) se refiere. Lo malo es que, por necesidades de publicaci¨®n, nuestra lista hay que cerrarla a finales de noviembre, por lo que libros importantes se quedan para siempre en el limbo. En mi caso, hubiera cambiado alguno de los que inclu¨ª por Altos estudios eclesi¨¢sticos (Debate), el primer tomo de los Ensayos del maestro Ferlosio: ya s¨¦ que casi todo lo que contiene estaba publicado con anterioridad, pero el conjunto se merece un homenaje. Y, si hubiera podido votar a m¨¢s de cinco, habr¨ªa incluido Yo soy El Otro, la nueva novela de Berta Vias Mahou que acaba de publicar El Acantilado. En todo caso, para un obseso de las listas, como siempre he sido (Jay Gatsby tambi¨¦n se hac¨ªa las suyas con sus prop¨®sitos para mejorar), la publicaci¨®n del muy navide?o Listas memorables (Salamandra), recopiladas por Shaun Usher, supone una aut¨¦ntica gozada. En ¨¦l las encontrar¨¢n de todo tipo. Por poner unos ejemplos, a m¨ª me han llamado la atenci¨®n, entre otras, la de posibles asesinos de JFK que compuso su secretar¨ªa pocas horas despu¨¦s del magnicidio y que apuntaba en primer lugar a Lyn?don (Johnson) y al Ku Klux Klan; la intolerable y ultramachista con las condiciones que redact¨® Einstein para no separarse de su mujer (y que ella acept¨®); los consejos para rockeras producidos por Chrissie Hynde (la genial lideresa de Pretenders), y que incluyen esta perla: ¡°No creas que ense?ar las tetas y tratar de parecer follable te ayudar¨¢. Recuerda que est¨¢s en un grupo de rock. No es ¡®f¨®llame¡¯, sino ¡®?que te follen!¡±; la casi infinita lista de t¨ªtulos propuestos a Hitchcock por la Paramount como alternativa a V¨¦rtigo, que estimaban poco comercial; o la lista de propiedades sujetas a impuestos de George Washington, en la que figuran con su nombre varias decenas de esclavos, adem¨¢s de cuatro mulas. En fin, listas para todo y para todos. Total, que me voy a sentir obligado a contribuir con mi lista de prop¨®sitos para el nuevo a?o libresco. Ya les contar¨¦, pero les adelanto que he sustituido el caj¨®n de los desechables por otro de mayor tama?o.
Loter¨ªa
Cuando lean esto (suponiendo que todav¨ªa quede alguien ah¨ª), me faltar¨¢ poco para ser rico. De lo que har¨ªa y dejar¨ªa de hacer en el caso de que me tocara la loter¨ªa tambi¨¦n me hago una lista cada a?o. Como dice el repugnante anuncio de la Primitiva, ¡°no tenemos sue?os baratos¡±, de modo que los m¨ªos tampoco lo son. Por lo dem¨¢s, la loter¨ªa ¡ªel primer d¨¦cimo fue emitido por la Casa de la Moneda en 1812¡ª es uno de esos fetiches patrios que le sirven al historiador Manuel Lucena Giraldo para trazar una peculiar historia de Espa?a, tan amena como bien informada, que lleva por t¨ªtulo 82 objetos que cuentan la historia de un pa¨ªs (Taurus) y que pretende trazar el devenir hist¨®rico de la Piel de Toro a partir de muestras significativas de nuestra cultura material y sentimental: desde el cortador bifaz de Atapuerca (con el que machacar¨ªa con gusto el cr¨¢neo de quien yo me s¨¦) hasta el aeropuerto dise?ado por Lamela-Rogers en Barajas, desde el que partir¨¢ mi avi¨®n privado cuando sea creso. La idea no es nueva: en 2011, Neil MacGregor, director del British Museum, public¨® su A History of the World in 100 Objects, basada en la popular serie de divulgaci¨®n de qualit¨¦ que hab¨ªa creado para la BBC. El libro (publicado aqu¨ª por Debate) tuvo escuela. Lucena le da una h¨¢bil vuelta de tuerca castiza y, en mi opini¨®n, ligeramente escorada hacia objetos demasiado ¡°cargados¡± (art¨ªstica, hist¨®rica, literariamente), aunque rehuyendo todo esencialismo y fij¨¢ndose en lo que los objetos han representado para sus contempor¨¢neos. La imagen de Espa?a que queda es eficaz, aunque fragmentada, como lo es esta complicada naci¨®n de naciones despu¨¦s de todo.
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