Teor¨ªa (y pr¨¢ctica) del amor
'La academia de las musas', de Jos¨¦ Luis Guer¨ªn, es un fascinante experimento f¨ªlmico
![Fotograma de 'La academia de las musas'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GWOWF2IJFGG36JKCD342JWYPSU.jpg?auth=3e266d40f10f58a5a5112da0e011a9a0f8161a0d6c392fff9790f5b742385236&width=414)
Universidad de Barcelona. Un profesor italiano imparte una clase en un posgrado de Filolog¨ªa acerca de las musas y su influencia, particularmente en la Divina Comedia, de Dante. Sus alumnos, y sobre todo sus alumnas, interact¨²an mientras Jos¨¦ Luis Guer¨ªn, creador de este fascinante experimento cinematogr¨¢fico, los filma con realismo, sin alharacas formales. Con la misma naturalidad que llev¨® al director catal¨¢n a capturar la trascendente sencillez del discurso social en la vida del barrio de En construcci¨®n (2001), la c¨¢mara de La academia de las musas, su nuevo artefacto cultural, trasciende hasta el milagro. Porque la teor¨ªa del profesor, poco a poco, va pasando a la pr¨¢ctica: a trav¨¦s de conversaciones, de hechos, de miradas, de flirteos, de acciones. All¨ª donde la palabra puede pasar a ser palabrer¨ªa. ?Es un documental, una ficci¨®n? No importa, aunque d¨¦ la impresi¨®n de experimento documental que se vuelve ficci¨®n para dar respuesta pr¨¢ctica a sus teor¨ªas.
LA ACADEMIA DE LAS MUSAS
Direcci¨®n: Jos¨¦ Luis Guer¨ªn.
Int¨¦rpretes: Raffaele Pinto, Emanuela Forgetta, Rosa Delor Muns, Mireia Iniesta.
G¨¦nero: docuficci¨®n. Espa?a, 2015.
Duraci¨®n: 92 minutos
En esta ins¨®lita pel¨ªcula sus criaturas reflexionan sobre el origen del amor, de la palabra y del concepto; sobre su posible ascendencia econ¨®mica, alrededor del concepto de familia; sobre su probable fuente literaria ("El amor es una invenci¨®n de los poetas"), y sobre la influencia del entorno natural. Unos hablan desde el p¨²lpito (f¨ªsico o mental), y otros ponen los puntos pr¨¢cticos sobre las ¨ªes, sobre todo la esposa del profesor o el joven de Internet, cuando habla del amor (?ficticio?) como utilizaci¨®n mutua basada en la necesidad. Y, aunque no se hable de ello, el lenguaje corporal acaba mandando: el de los ojos, el de las manos y la direcci¨®n del cuerpo. Es este el que nunca miente, el que va m¨¢s all¨¢ del ensayo o del plan, el que es verdaderamente espont¨¢neo en un entorno entre lo dulce y lo cruel. Y Guer¨ªn, con su seductor ejercicio cinematogr¨¢fico, traspasa la pantalla. Hasta golpear al espectador.
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