Sheila Levine, ?visi¨®n rancia de la mujer o voz memorable?
Dos visiones completamente enfrentadas sobre la novela de Gail Parent
Chica busca marido
Por Luisg¨¦ Mart¨ªn
El humor es una de las cosas que m¨¢s y peor envejecen. Es tambi¨¦n una de las cosas que, a pesar de la globalizaci¨®n, m¨¢s siguen diferenciando a los humanos de una y otra parte del planeta. No puedo juzgar, por tanto, la conveniencia de que se publicara esta novela en Estados Unidos en 1972, pero me produce un cierto estupor que se traduzca al castellano en 2015 y que cuente adem¨¢s con el aval de un sello de prestigio, como Libros del Asteroide, y de un prologuista sabio, como Rodrigo Fres¨¢n.
Sheila Levine est¨¢ muerta y vive en Nueva York es la largu¨ªsima carta de una joven neoyorquina que va a suicidarse y que cuenta su historia. La raz¨®n del suicidio es elocuente: a sus 31 a?os no ha conseguido a¨²n casarse; y como el objetivo de toda su existencia era ¨¦se, prefiere quitarse la vida. Sheila, por supuesto, es gordita y jud¨ªa.
De humor rampl¨®n y una visi¨®n rancia de la mujer, el libro puede interesar a historiadores de la literatura, pero no ha sobrevivido bien a su tiempo
En una novela, lo importante no es el tema, sino el tratamiento que se le da. Sheila Levine¡ podr¨ªa haber sido una s¨¢tira sobre el papel de la mujer de su tiempo y haber desplegado la iron¨ªa como herramienta corrosiva, pero no ocurre ni una cosa ni la otra. Tampoco es ¡ªhabr¨ªa sido un mal menor¡ª una de esas blancas comedias antiguas de Doris Day, a la que tanto cita como modelo la protagonista. Se trata m¨¢s bien de una historia en el peor estilo Jennifer Aniston o Meg Ryan, con chistes f¨¢ciles o zafios y con episodios que en mi opini¨®n abochornar¨¢n a cualquier lectora del siglo XXI, incluidas las m¨¢s conformistas.
A las chicas de Nueva York les gusta la pol¨ªtica, pero ¡°?van a reuniones porque creen en las buenas causas? No, van porque es posible que all¨ª conozcan a un hombre que crea en buenas causas¡±. Sheila y su amiga viajan a Europa, pero ?lo hacen porque se mueran de ganas ¡°de ver el Louvre¡± o ¡°de pasear por la Via Apia¡±? No, lo hacen porque se mueren por enamorarse de ¡°un Fran?ois franc¨¦s o de un Tony italiano¡±. Sheila es una mujer independiente, progresa profesionalmente, gana dinero¡, pero lo que en realidad quiere es casarse. Y como todos los hombres interesantes est¨¢n ya casados o son homosexuales, se ve abocada al suicidio.
Pero adem¨¢s de la casposidad del planteamiento y de la ramploner¨ªa del humor ¡ªsalvo cuatro o cinco chistes ingeniosos¡ª, la estructura narrativa hace aguas por todos lados y el elenco de personajes es muy fr¨¢gil. No hay progresi¨®n dram¨¢tica ninguna. Se acumulan las situaciones dando vueltas sobre el mismo eje, como en las sitcoms, en las que la autora, que ha desarrollado casi toda su carrera como guionista de la televisi¨®n, es experta. Y la voz de Sheila es hist¨¦rica y desafinada.
Tal vez sea un libro interesante para historiadores culturales que quieran entender el origen de algunas corrientes tem¨¢ticas populares de la ficci¨®n de nuestro tiempo, dado que quiz¨¢ Sheila Levine es la madre, entre otras, de Bridget Jones y de Carrie Bradshaw. No lo es para lectores exigentes.
Por Kiko Amat
Sheila Levine est¨¢ muerta y vive en Nueva York cuenta las andanzas de una joven jud¨ªa quejica y m¨¢s bien fatalista, cuya obsesi¨®n #1 es encontrar marido en la Nueva York de 1972, y quien decide quitarse la vida ante la imposibilidad de alcanzar su sue?o. Algunos lectores han considerado que esa cruzada casamentera con suicidio a la vista era de lo m¨¢s reaccionaria, tal vez olvidando que: a) la novela es de principios de los a?os setenta; b) estoy convencido de que exist¨ªan millares de chicas reales como la ficticia Sheila, y c) si empez¨¢ramos a juzgar novelas antiguas (o canciones pop, ya puestos) utilizando est¨¢ndares modernos de correcci¨®n pol¨ªtica acabar¨ªamos teniendo que leer el list¨ªn telef¨®nico. Miren a Colin Wilson: todos sus libros iban de angustia sexual y de no poder encamarse a esta o aquella moza, algo que en 2015 suena absurdo, casi c¨®mico. Y bien que le seguimos leyendo (cuatro desgraciados).
Le¨ªdo con el contexto bien presente, el lector gozar¨¢ de una novela de voz memorable, inconfundible y perfectamente hilarante y de una de las mejores traducciones de 2015
Les digo esto porque a Gail Parent, en este su ¨²nico libro (luego se pasar¨ªa a los guiones hollywoodianos), hay que leerla igual: con el contexto bien sujeto a nuestras manos. Es fundamental planear por encima de las ideas anticuadas de la protagonista, de otro modo uno ser¨¢ incapaz de gozar con sus desventuras. Porque Sheila Levine es un libro entretenid¨ªsimo y que encima hace gala del m¨¢s elusivo de los atributos narrativos: una voz memorable, inconfundible, perfectamente hilarante. Es esa voz la que (?oh, paradoja!) hace del libro algo moderno y pasado de moda a la vez. El tono es similar al de series contempor¨¢neas de hast¨ªo femenino como Girls (¡°¨¦l se fue derecho hacia el director. Yo fui hacia los cacahuetes¡±) aunque aderezado con sumisi¨®n protomarital al modo Friends. Sheila es m¨¢s pesimista que Woody Allen, algo na¨ªf, neuras y square, vitri¨®lica, a menudo carca (¡°?como puedo escapar de esta mujer para poder relacionarme con hombres? Es lo m¨¢s importante que se puede hacer en una fiesta¡±), pero tambi¨¦n autoconsciente, autodefenestradora y ¡ªya lo he dicho tres veces¡ª mondante.
Adem¨¢s, es dif¨ªcil culpar a la protagonista: sus padres son un fastidio, su seminovio es aburrido como una ameba en coma profundo, sus compa?eras de piso son estoylocas, o sucias como gorrinas, o interesadas, o unas pelmas, o unas v¨ªboras inmundas, y el mundo realmente parece conspirar en contra de ella.
Por supuesto, si en lugar de pensar todo el d¨ªa en su boda con cualquier pringado Sheila decidiese ir a su maldito aire ¡ªcomo har¨ªa cualquier chica de hoy¡ª, otro gallo (o gallina) le hubiese cantado. Pero ya les dije que deber¨¢n dejar de ser viajantes del futuro que se horrorizan ante las convenciones cret¨¢cicas de 1972 y prepararse para disfrutar de lo lindo con una de las mejores traducciones de este 2015.
Sheila Levine est¨¢ muerta y vive en Nueva York. Gail Parent. Traducci¨®n de Zuleima Couso. Libros del Asteroide. Barcelona, 2015. 288 p¨¢ginas, 19,95 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.