Una mala canci¨®n tambi¨¦n te cambia la vida
A prop¨®sito del ensayo ¡®M¨²sica de mierda¡¯, donde Carl Wilson estudia las baladas comerciales, el violinista y compositor Owen Pallett escribe sobre su peor tema favorito
Mi canci¨®n mala preferida es 500 Miles (I¡¯m Gonna Be), de The Proclaimers. La o¨ª por primera vez cuando ten¨ªa 12 a?os. A esa edad los t¨ªtulos son importantes. ?A qu¨¦ viene ese a?adido entre par¨¦ntesis? ?De qu¨¦ va la canci¨®n? ?De lo que dice el estribillo, de esa distancia que los hermanos gemelos Charlie y Craig podr¨ªan caminar para terminar cayendo ante la puerta de una chica? ?O de lo que dicen las estrofas, de las promesas vac¨ªas que los dos gemelos le hacen a esa chica? ?O acaso el mensaje est¨¢ en la parte del ba-ba-du-ba, que en el futuro har¨ªa que todos los t¨¦cnicos y t¨¦cnicas (pero sobre todo t¨¦cnicos) de sonido en ciernes presentes en un bar eleven su voz, en un momento sublime de reconfiguraci¨®n de la identidad grupal?
Adem¨¢s el tema tambi¨¦n me planteaba un problema contextual. No entend¨ªa qu¨¦ pintaba esa basura en la jukebox de mi instituto, junto a bandas mucho m¨¢s interesantes como The Cure o Nine Inch Nails. Tampoco entend¨ªa qui¨¦n pod¨ªa gastarse 25 centavos cada ma?ana para escucharla. Pero lo peor era que la canci¨®n me planteaba un problema matem¨¢tico. Mi yo de 12 a?os no soportaba que una cantante como Tori Amos, por poner un ejemplo, ignorara la gram¨¢tica para conseguir una melod¨ªa potente, como en: When You Gonna Love You As Much As I Do? Con 500 Miles (I¡¯m Gonna Be), y no me cab¨ªa en la cabeza que aquellos t¨ªos tuvieran la necesidad de anunciar que primero caminar¨ªan 500 millas y que luego caminar¨ªan 500 m¨¢s para recorrer un total de 1.000. Nadie habla as¨ª. "Te preparar¨¦ un pastel y luego te preparar¨¦ otro, porque quiero que tengas dos pasteles". No.
Pero recuerdo que en un momento dado pusieron el videoclip por la tele y pens¨¦ en mis hermanas gemelas id¨¦nticas, en c¨®mo hac¨ªan gorgoritos, aplaud¨ªan al un¨ªsono y se gritaban, y en lo solo que me sent¨ªa cuando las ve¨ªa y pensaba: ¡°En toda mi vida nunca voy a estar tan cerca de nadie como ellas lo est¨¢n la una de la otra¡±; observ¨¦ los rostros de Charlie y de Craig mientras cantaban el estribillo y pens¨¦ "500+500=1.000", como mis dos hermanas formaban un todo, o como yo y mi pareja de ensue?o un d¨ªa formar¨ªamos un todo. Y tuve una revelaci¨®n sobre el Estado Completo del Ser: mi soledad era en realidad una forma completa de ser, y de pronto sent¨ª que entend¨ªa perfectamente el t¨ªtulo y la canci¨®n, a The Proclaimers y Escocia.
Aunque la canci¨®n todav¨ªa me trae recuerdos espantosos de la ¨¦poca en que tocaba por dinero en pubs "irlandeses", tambi¨¦n me hace pensar en lo infeliz que era cuando sospechaba que estaba solo, y en lo feliz que soy ahora que s¨¦ que lo estoy.
Los m¨²sicos tenemos por lo menos una cosa en com¨²n con los cr¨ªticos musicales: tambi¨¦n nosotros nos vemos obligados a escuchar mucha m¨²sica mala. En nuestro caso, a menudo es nuestra. No es una tarea f¨¢cil. Un disco malo no es solo un insulto para quien lo escucha, una forma de hacerle perder el tiempo, sino tambi¨¦n una ofensa para la humanidad, una tragedia humana. As¨ª es como se siente un m¨²sico. Pero, como dice Carl Wilson, la m¨²sica mala tambi¨¦n puede brindar un momento de claridad, una epifan¨ªa breve pero devastadora. Y eso es lo que me ha guiado al escribir estas l¨ªneas: el esp¨ªritu de gratitud por ayudarnos a sobrellevar esa carga.
Owen Pallett?es compositor y m¨²sico canadiense.
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