El pasado, indeleble
En ¡¯40 a?os de paz¡¯ resuena la historia de Espa?a desde el franquismo a nuestros d¨ªas, a trav¨¦s de una historia familiar
Ir¨®nico t¨ªtulo, preludio de un contenido corrosivo, pues sugiere una analog¨ªa o una continuidad velada apenas entre la democracia, cuyo 40 aniversario celebramos el a?o pasado, y el r¨¦gimen franquista, que en 1964, veinticinco aniversario del fin de la Guerra Civil, pretendi¨® poner fin a la dial¨¦ctica de la Victoria con un lema conciliador, 25 a?os de Paz, con Manuel Fraga al frente del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo.
40 A?OS DE PAZ
Autor y director: Pablo Rem¨®n.
Int¨¦rpretes: Francisco Reyes, Emilio Torn¨¦, Ana Alonso.
Madrid. Teatro del Barrio, hasta el 6 de marzo.
En el vigoroso espect¨¢culo de Pablo Rem¨®n, resuena la historia de Espa?a desde el franquismo a nuestros d¨ªas a trav¨¦s de la de la familia de Enrique Garc¨ªa Morato, militar de ficci¨®n difunto cuyos apellidos coinciden con los de un as de la aviaci¨®n del bando sublevado: su mujer y sus tres hijos evocan el pasado familiar mientras intentan cada uno dilucidar su futuro. Ricardo, el mayor, abogado de cuchillo entre los dientes, siente que la organizaci¨®n del bufete estrella en el que supervisa a los junior associate es como la del ej¨¦rcito y celebra sus ¨¦xitos laborales como el general Varela la toma de Cerro Muriano. Natalia, la mediana, actriz sin ¨¦xito, acaba de ser abandonada por Marcos, de quien esperaba que la hiciera madre antes de cumplir los cuarenta. Y ?ngel, el menor, ninguneado por todos, busca todav¨ªa una oportunidad de que sus progenitores se sientan orgullosos de ¨¦l.
En 40 a?os de paz lo ¨ªntimo y lo hist¨®rico se entreveran a trav¨¦s de cuatro actores narradores, que se transforman prodigiosamente en un friso de personajes variopintos. Francisco Reyes hace de Ricardo un carablanca despiadado, y del padre militar, un monsieur Loyal grangui?olesco. Emilio Tom¨¦ es un ?ngel desangelado y tierno, y, en la escena del hospital, un contraugusto verboso que le vence el pulso dial¨¦ctico al malvado clown. Ana Alonso le imprime fragilidad cristalina a Natalia y a Cris, la v¨ªctima propiciatoria, y Fernanda Orazi, castrador desparpajo y un plus de sensualidad a la madre terrible.
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