De Kafka a Milena: mala y querida m¨ªa
La correspondencia entre el escritor y la traductora al checo de algunos de sus relatos muestra una incisiva intimidad y una intensidad creciente
Abril de 1920. Franz Kafka se halla hospedado en la pensi¨®n Ottoburg, al sur de la bell¨ªsima ciudad italiana de Merano (en la frontera con Austria), concentrado en su dieta vegetariana y en los h¨¢bitos alimenticios que le obligaban a masticar 30 veces cada bocado, buscando una mejor¨ªa para sus enfermos pulmones, cuando decide responder a un par de cartas que quedaron pendientes a su salida de Praga. Se las hab¨ªa enviado una joven checa, Milena Jesensk¨¢, entusiasta traductora al checo de algunos de sus relatos.
Ella ten¨ªa 23 a?os, viv¨ªa en Viena, estaba casada con un intelectual, el tambi¨¦n checo Ernst Pollak, que le era infiel, y se sent¨ªa sola. Era una mujer que hab¨ªa pasado ya por experiencias dif¨ªciles: su padre la hab¨ªa recluido temporalmente en un sanatorio mental para ver si su deseo de casarse con el bohemio escritor se le iba de la cabeza. No ocurri¨® as¨ª, pero el matrimonio tampoco result¨® lo que esperaba Milena. ?l la mantendr¨ªa al margen de su vida intelectual en Viena. Ella le¨ªa a Kafka quedando impresionada por la originalidad de su obra. Por eso decide traducirlo al checo.
Las primeras cartas que le escribe Kafka ¡ªlas ¨²nicas que podemos leer en Cartas a Milena, pues las escritas por ella desaparecieron¡ª siguen la pauta de la correspondencia con Felice Bauer: sobre la base de un breve encuentro, Kafka escribe extensamente y con una incisiva intimidad que desconcierta y atrae a sus corresponsales: tiende hacia ellas su bullente pero contenida subjetividad, imagina, fantasea y escruta los menores movimientos que registra el papel. Milena se aferrar¨¢ de inmediato a esa escritura epistolar que le ofrece Kafka. Muy pronto le confiar¨¢ sus penurias, el horror de su vida: no tiene dinero, se alimenta de t¨¦ y manzanas, sus pulmones tampoco est¨¢n bien y, en el fondo, no sabe todav¨ªa lo que quiere.
A partir de aqu¨ª la correspondencia crece en intensidad alej¨¢ndose del tono de las cartas escritas a Felice, su primera novia. A esta ten¨ªa que presionarla para que se expresara con algo de la verdad que Kafka exig¨ªa a toda forma de lenguaje, mientras que la sensibilidad de Milena es muy parecida a la suya. Son dos seres c¨®mplices, pero sobre todo cuando la joven checa accede a Kafka sabe c¨®mo es porque lo ha traducido, y eso le da una enorme ventaja de trato.
Alianza Editorial ha actualizado su vieja versi¨®n de las Cartas a Milena (1974) fundada en la edici¨®n hecha por Willy Haas, amigo suyo, en 1952 y traducida al castellano por Emec¨¦ en 1955. Y propone una nueva traducci¨®n de las cartas, hecha con mano experta por Carmen Gauger, a partir de las incorporaciones que hizo la edici¨®n alemana de 1983. Haas hab¨ªa prescindido de 10 cartas y muchos pasajes quedaron censurados para no molestar a nadie. La segunda y definitiva restaur¨® las cartas ocultadas e incluy¨® ocho misivas de Milena a Max Brod hablando de su relaci¨®n con Kafka para que el lector dispusiera tambi¨¦n de su perspectiva. Excepcionales cartas que dibujan una personalidad femenina refinada y fuera de lo com¨²n.
La edici¨®n, sin embargo, es mejorable: incomprensiblemente no se cita la edici¨®n alemana, solo se numeran las cartas de Milena, no hay ¨ªndice onom¨¢stico y el aparato cr¨ªtico es insuficiente. Dicho esto, el prodigio de la historia que los tuvo en vilo a ambos por espacio de nueve meses ha adquirido ahora nuevos e importantes matices. Kafka vive en las palabras: son seres que acarician, hieren, crujen, le conducen a un ¨¦xtasis siempre fugaz o le hunden con el peso muerto de lo que insin¨²an. Su fuerza le hace temblar constantemente y Milena, con raz¨®n, le ve un saco de letras. Para ella dos horas de vida pueden m¨¢s que toda la escritura del mundo. Kafka, agotado, da vueltas en torno a las cartas de su admirada amiga como el mosquito alrededor de la luz. El encuentro f¨ªsico no pod¨ªa estar a la misma altura.
Cartas a Milena. Franz Kafka. Traducci¨®n de Carmen Gauger. Alianza. Madrid, 2015. 384 p¨¢ginas, 22 euros
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