Fuga y regreso a la infancia

Hace 20 a?os Daniel Burman (Buenos Aires, 1973) se subi¨® por primera vez a un avi¨®n, lleg¨® por primera vez a Europa y pis¨® por primera vez un gran festival de cine, en concreto, la Berlinale, gracias a su primera pel¨ªcula, Un crisantemo estalla en cinco esquinas. Demasiadas primeras veces. ¡°Lo viv¨ª sobrepasado. Ten¨ªa 22 a?os. Me acuerdo de ver la proyecci¨®n en estado de shockmirando al p¨²blico. Solo entonces me sent¨ª director de cine¡±, recuerda ahora de aquella zambullida.

Su d¨¦cima pel¨ªcula, El rey del Once, presente en la secci¨®n Panorama, le trae por quinta vez a Berl¨ªn, donde lleg¨® a ganar con El abrazo partido el Gran Premio del Jurado en 2004. Y en ese camino sus mejores trabajos han indagado en las relaciones paternofiliales, con cierto poso de la cultura jud¨ªa bonaerense. El rey del Once ahonda en ambos temas: su protagonista vuelve a la capital argentina a buscar a su padre, una figura muy conocida en la comunidad jud¨ªa. ¡°Yo me levanto por la ma?ana, abro los ojos y soy jud¨ªo. Y eso es todo¡±, explica entre carcajadas. ¡°Lo jud¨ªo es accesorio¡­ pero forma parte de mi universo. Me preocupan m¨¢s los dilemas morales de mi protagonista, su viaje sentimental al terreno de su infancia, para buscar a su padre y algunas herramientas emocionales que dej¨® en el continente de su ni?ez, su barrio. Eres adulto y al volver a ese ecosistema te tratan como un ni?o¡±.

Ese continente es el Once, el barrio jud¨ªo de Buenos Aires, ¡°que ejemplifica el territorio del que todos huimos r¨¢pido, y al que acabamos volviendo por necesidad¡±. Burman asegura que podr¨ªa haber funcionado en un vecindario italiano. Que ocurre donde ocurre porque es su biosfera. ¡°Lo importante es d¨®nde vives los acontecimientos, ese t¨¦rmino que [Slavoj] ?Zizek define como un momento especial, que nos fija un patr¨®n de conducta, y que en cambio para otros es irrelevante. Yo s¨ª creo, al contrario que el psicoan¨¢lisis, que puedes revivir aquel instante de la infancia y rectificar¡±.

El cineasta reniega de nostalgias: ¡°Ese retorno es como si te quedas atascado en el nivel siete de un videojuego y debes retornar varias pantallas atr¨¢s para coger una herramienta con la que pasar al nivel ocho. No sabes lo que buscas hasta que lo encuentras¡±.

Burman sinti¨® que hab¨ªa abandonado sus temas, ¡°la ligaz¨®n con la infancia y la paternidad¡±, el d¨ªa en que descubri¨® que para rodar un dedo hab¨ªa a su alrededor 10 camiones con material f¨ªlmico. ¡°No digo que fuera malo, pero me arrastraba el proceso industrial. Perd¨ª la pulsi¨®n de contar algo con urgencia. Con El rey del Once vuelvo a filmar una pel¨ªcula con las manos, porque cojo la c¨¢mara, y con los pies, porque todas las localizaciones est¨¢n en un radio de 500 metros¡±.

Como padre de tres hijos, Burman reconoce que se pasa todo el d¨ªa viajando. ¡°Creo m¨¢s en la transmisi¨®n de valores que en esa moda actual de paternidad presente. Colocas balizas en la vida de un hijo para que le sirvan de gu¨ªa. Y si est¨¢s a su lado, pues mejor. En cualquier caso la paternidad es una ficci¨®n que trabajas d¨ªa a d¨ªa para que los hijos te reconozcan. Con las madres est¨¢ la ligaz¨®n carnal, salen de su cuerpo. Pero nosotros¡­ Sinceramente, ?t¨² has visto alguna pel¨ªcula, y olv¨ªdate de los culebrones, en la que de repente aparezca una mujer y diga: ¡®Yo soy tu madre'?¡±.