Espiando a Madame Bovary

No es sencillo definir el arte de Possy Simmonds, desplegado en trabajos que, en realidad, adoptan una forma h¨ªbrida no f¨¢cilmente homologable con lo que se ha dado en llamar novela gr¨¢fica: entre el libro ilustrado y la historieta intermitente, sus obras proponen implacables comedias de costumbres, donde el texto torrencial reivindica la organicidad del complejo mundo retratado y los dibujos y las sucesiones de vi?etas introducen valiosos matices de interpretaci¨®n y caracterizaci¨®n psicol¨®gica. Stephen Frears fue el primero en reconocer en la obra de Possy Simmonds un valioso potencial para la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica en la notable, aunque insuficiente,?Tamara Drewe (2010). A Anne Fontaine debi¨® de gustarle tanto la pel¨ªcula de Frears como para no solo emular el impulso del brit¨¢nico, sino tambi¨¦n copiarle una llamativa opci¨®n de reparto que se convierte en el ¨²nico paso en falso de su adaptaci¨®n: Primavera en Normand¨ªa adapta Gemma Bovery de Simmonds, publicada por entregas en las p¨¢ginas de The Guardian antes de aparecer en forma de libro en 1999, y s¨ª, como?Tamara Drewe, es otra pel¨ªcula protagonizada por la imponente Gemma Arterton.

Primavera en Normand¨ªa parte de la mirada mit¨®mana de su protagonista masculino, Martin Joubert, intelectual reciclado en panadero que cree ver en su nueva vecina una suerte de reencarnaci¨®n del personaje flaubertiano y teme que se reitere el destino tr¨¢gico de la ad¨²ltera Emma. El personaje le sienta como una segunda piel a Fabrice Luchini, que aporta un sustrato de claro patetismo a su enso?aci¨®n rom¨¢ntica de mediana edad. El problema est¨¢ en la carnalidad de Arterton, que no ofrece la m¨¢s adecuada encarnaci¨®n de esa Gemma que, en las p¨¢ginas de Simmonds, pasa de mujer con sobrepeso a cisne infiel y atormentado. Con todo, Fontaine no estaba tan fina desde su ya lejana?Limpieza en seco (1997).