El verbo hecho carne, vendido por onzas
Mark Ravenhill diagnostica el giro de mentalidad que se dio en Europa al final del siglo XX
Some Explicits Polaroids
Autor: Mark Ravenhill. Traducci¨®n: Gloria Echevarr¨ªas. Int¨¦rpretes: David Am¨®n, Claudia Escobar, Emilio G¨®mez, V¨ªctor Mir¨®, Paloma Montero y Paco Roma. Direcci¨®n: Lidio S¨¢nchez Caro.
Madrid. Teatro Lagrada, del 24 al 27 de marzo, y 1 y 8 de abril.
Tras pasar quince a?os en la trena, Nick se siente tan desconcertado como Anne Shapiro, canadiense que al despertar de un coma de tres d¨¦cadas se crey¨® que su marido era su suegro: la Thatcher y John Major lo han privatizado todo, desde los autobuses urbanos de Londres y el ferrocarril hasta los monopolios naturales (agua, gas y electricidad); Helen, su excompa?era, ha abandonado sus ideales y solo pugna por hacerse un hueco en las listas electorales de la izquierda diluida de Tony Blair, y la gente de a pie parece m¨¢s preocupada por la moda primaveral que por la pol¨ªtica. Un individualismo feroz se ha instalado en Gran Breta?a. Todo se compra y se vende. Tim ha comprado a V¨ªctor, joven ruso con el que sella una relaci¨®n er¨®tica degradante, versi¨®n actualizada y proletaria de la que mantuvo Alain Robbe-Grillet con Catherine, su esposa sumisa.
En Some Explicits Polaroids (Algunas fotos comprometedoras, podr¨ªamos traducir libremente), Mark Ravenhill, autor de la corrosiva comedia Shopping & Fucking, hace un inteligente diagn¨®stico del giro de mentalidad copernicano que se dio en el Reino Unido y en Europa durante la ¨²ltima d¨¦cada y media del siglo XX, cuando ese amplio sector juvenil fuertemente ideologizado de finales de los setenta empieza a tocar poder, se acomoda y es relevado generacionalmente por una oleada de j¨®venes instruida en un individualismo feroz, en los principios fundamentales del liberalismo y en la creencia de que hasta los problemas sociales y macroecon¨®micos son de naturaleza individual y, por tanto, deben ser afrontados con manuales de autoayuda, terapias o entrenadores personales.
Para Nadia, bell¨ªsima gog¨® a la que Nick salva de recibir la en¨¦sima paliza del tipo con el que se acuesta, basta con ser positiva para que todo vaya bien (¡°Si Simon no me pegase no te hubiera conocido¡±, le dice) y su invitaci¨®n a revolverse contra quien la maltrata, le parece signo de rabia, rencor y negatividad. Es de ese tipo de gente que cree que si alguien tiene un c¨¢ncer, sin duda es porque lo gener¨® con su actitud.
Aunque busque en Nick una relaci¨®n a coraz¨®n abierto, Nadia coincide con Tim y con V¨ªctor en su visi¨®n del mundo d¨®cil, ingenua y gregaria: confunde el placer con la felicidad. ¡°El ¨¦xtasis es mejor que el socialismo¡±, dice V¨ªctor. Lidio S¨¢nchez Caro, director mexicano afincado en Madrid, y alguno de sus int¨¦rpretes, extreman los rasgos de los personajes hasta la linde de lo expresionista (sin caer en la farsa), para que quede m¨¢s claro el violento contraste entre el mundo de Nick, periclitado aparentemente, y el de sus antagonistas, que se creyeron aquello de ¡°el fin de la Historia¡± y de que el mundo no es m¨¢s que una inmensa oportunidad de negocio. Una funci¨®n aguda, entretenida y dial¨¦ctica, bien interpretada por David Am¨®n, Claudia Escobar, Emilio G¨®mez, V¨ªctor Mir¨®, Paloma Montero y Paco Roma.
Babelia
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