Fantasmas y sinfon¨ªas
Gianandrea Noseda y la Orquesta de Cadaqu¨¦s afrontan los extremos del ciclo sinf¨®nico de Schumann
Schumann inici¨® su cat¨¢logo de sinfon¨ªas huyendo del fantasma de Beethoven, pero lo termin¨® cit¨¢ndose con ¨¦l. Compuso en 1841 su Primera sinfon¨ªa en Leipzig como consecuencia del feliz descubrimiento del manuscrito de la Sinfon¨ªa Grande de Schubert. Y estren¨® en 1853 la Cuarta en D¨¹sseldorf inmerso en la naciente doctrina espiritista. Wilhelm Joseph von Wasielewski, primer viol¨ªn de su orquesta en la ciudad renana, recuerda c¨®mo escuch¨® en casa de los Schumann al esp¨ªritu de Beethoven manifestarse a trav¨¦s de una mesa parlante y ejecutar el tempo preciso del famoso comienzo de su Quinta sinfon¨ªa. Nadie consigui¨® sustraerse por entonces al influjo sinf¨®nico del ciclo beethoveniano. Tampoco Schumann. Pero sus sinfon¨ªas exploraron otras fortalezas propias como la m¨²sica de c¨¢mara y el Lied. Nada de largas melod¨ªas como Schubert, sino frases concisas y con toda la expresividad concentrada. Nada de grandeza y majestad como Beethoven, sino fragancias y colores como expresi¨®n de un alma sensible.
XXII TEMPORADA DE GRANDES CONCIERTOS DE PRIMAVERA 2016
Orquesta de Cadaqu¨¦s. Direcci¨®n: Gianandrea Noseda.
Schumann: Sinfon¨ªas n¡ã 1 y n¡ã 4.
Zaragoza, Auditorio, 31 de marzo de 2016.
Schumann ha pasado de sinfonista problem¨¢tico a compositor de moda. La revista Gramophone lo declar¨® hace un a?o ¡°nuestro contempor¨¢neo¡± en portada y con uno de sus famosos daguerrotipos. No paran de aparecer integrales de sus sinfon¨ªas en disco: Holliger, Nezet-Seguin, Rattle o Ticciati. Se ha producido un cambio de paradigma: conjuntos m¨¢s reducidos, criterios de ¨¦poca con instrumentos modernos y ausencia de la grandilocuencia orquestal seudomahleriana, que determin¨® esa mala reputaci¨®n de Schumann como orquestador.
Noseda se suma a la ola
Gianandrea Noseda (Mil¨¢n, 1964) se une a esta nueva ola schumanniana. Inici¨® en 2009 un ciclo de las sinfon¨ªas de Schumann con la Orquesta de Cadaqu¨¦s, que retom¨® hace un a?o y culmina ahora. Se trata de otro interesante proyecto fonogr¨¢fico de la editorial Trit¨®, pero vinculado a una gira del conjunto de Lloren? Caballero que parti¨® de Madrid y ha culminado en Zaragoza tras pasar por Toulouse. El director milan¨¦s utiliza una formaci¨®n ideal de unos cincuenta instrumentistas, llena de excelentes m¨²sicos nacionales e internacionales. Evita la grandilocuencia, pero tambi¨¦n meterse en jardines historicistas.
A pesar de su formaci¨®n y carrera netamente internacionales, Noseda ejerce de italiano. Transforma cada sinfon¨ªa de Schumann en un trasunto de ¨®pera. Sus versiones se construyen a peque?a escala, comp¨¢s a comp¨¢s, n¨²mero a n¨²mero, escena a escena. No se conceden ni vistas a¨¦reas ni licencias ret¨®ricas. Hay solidez constructiva, intensidad dram¨¢tica, pero tambi¨¦n mucho canto. Todo ello benefici¨® m¨¢s a la Cuarta que a la Primera sinfon¨ªa. Necesit¨® esta ¨²ltima m¨¢s variedad en el scherzo donde Schumann representa los alegres juegos primaverales (el tempo del segundo Trio result¨® lento). Y tambi¨¦n mejores conexiones tem¨¢ticas a partir de ese arranque que esconde la transcripci¨®n r¨ªtmica del verso ¡°Im Tale blu?ht der Fru?hling auf¡± de Adolf B?ttger que da t¨ªtulo a la composici¨®n.
La ausencia de concesiones ret¨®ricas no fue un obst¨¢culo en la Cuarta sinfon¨ªa, una obra que Schumann escribi¨® en 1841, pero que rehizo completamente diez a?os despu¨¦s. Noseda y la Orquesta de Cadaqu¨¦s cincelaron una versi¨®n de una pieza. Mucho mejor ahora las conexiones tem¨¢ticas y las tensiones arm¨®nicas. Hubo m¨¢s variedad (excelente scherzo) y destacaron las transiciones. Pero lo mejor lleg¨® en la coda final con ese gui?o previo al terror¨ªfico acorde en Re menor del Don Giovanni de Mozart. Gran coup de th¨¦?tre. Parece que el interlocutor final de Schumann fue, en realidad, el fantasma del Comendador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.