Como turista en tierra extra?a
Lo mejor que puede hacer un texto cr¨ªtico ante un caso as¨ª es extender una invitaci¨®n a que el p¨²blico entre en esta pel¨ªcula acogedora
Cuarto largometraje de Miguel Santesmases, Madrid above the Moon tarda muy poco en desvelar el sentido simb¨®lico de su t¨ªtulo, aportando, de paso, una valiosa pista para la interpretaci¨®n del conjunto, pero no llega a mostrar todas sus cartas hasta los minutos finales. Es entonces cuando el espectador descubre con qu¨¦ alto grado de gracilidad la pel¨ªcula ha ido transform¨¢ndose ante sus ojos: el juego de magia funciona por la extrema sutileza de su ejecuci¨®n, convirtiendo lo aparentemente sencillo en un laberinto seductor, en cuyo interior el recuerdo puede seguir perdi¨¦ndose, gozosamente, mucho despu¨¦s de terminada la proyecci¨®n.?Madrid above the Moon es una propuesta ¨²nica y especial: tambi¨¦n es muy dif¨ªcil escribir sobre ella sin destripar sus estrategias. Lo mejor que puede hacer un texto cr¨ªtico ante un caso as¨ª es extender una invitaci¨®n a que el p¨²blico entre en esta pel¨ªcula acogedora y se deje, en el mejor de los sentidos, embaucar por ella.
MADRID ABOVE THE MOON
Direcci¨®n: Miguel Santesmases.
Int¨¦rpretes: V¨ªctor Vidal, Graziela Doniz, Roc¨ªo Le¨®n, Bernab¨¦ Fern¨¢ndez.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 92 minutos.
Como se?ala un personaje casi al comienzo de la historia, los griegos atribu¨ªan a todo aquello que se situaba por encima de la Luna las condiciones de pureza, inmortalidad, perfecci¨®n y belleza. Lo que est¨¢ por debajo de la Luna se percib¨ªa como variable y mortal, el territorio del azar colocado bajo el Olimpo de la inmutabilidad. En?Madrid above the Moon, un fot¨®grafo emprende sus derivas rom¨¢nticas a trav¨¦s de los parques sinti¨¦ndose como un turista en una ciudad desconocida, posici¨®n estrat¨¦gica desde la que elaborar un discurso art¨ªstico ¨Credescubrir el asombro ante lo familiar a trav¨¦s de una mirada forastera-, pero, al mismo tiempo, funcional impostura en el ejercicio de constantes juegos de seducci¨®n, porque quiz¨¢ para enamorar siempre es preciso convertirse, hasta cierto punto, en otro. M¨¢s adelante, el espectador descubrir¨¢ que lo de ser turista en una ciudad desconocida tambi¨¦n funciona como una buena met¨¢fora para hablar de la vida tras una ruptura sentimental.
Madrid above the Moon parece, a primera vista, una derivaci¨®n rohmeriana con incrustaciones de la trilog¨ªa iniciada por Antes de amanecer (1995) de Richard Linklater ¨Cpel¨ªcula citada de manera expl¨ªcita-, pero esa es ¨²nicamente la m¨¢scara que se coloca la pel¨ªcula para seducir, quiz¨¢ con una eficacia mayor que la de su propio protagonista, que, a su vez, suplanta en la ficci¨®n al propio director Miguel Santesmases para simular un estatus que no tiene. Ese es solo el comienzo de un juego que no excluye turbulencias.
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