As¨ª se construye un mito griego en la Andaluc¨ªa del siglo XXI
El director Kike Ma¨ªllo disecciona su 'thriller' 'Toro', que protagonizan Mario Casas y Luis Tosar
A Kike Ma¨ªllo (Barcelona, 1975) le cost¨® arrancar. Mientras compa?eros suyos de clase de la ESCAC, la Escuela de Cine de Catalu?a, despuntaban en la pantalla grande -como J. A. Bayona-, el barcelon¨¦s tardaba m¨¢s en dar el salto al largometraje. Cuando lo logr¨®, lo hizo con firmeza. Su Eva dej¨® anonadados a p¨²blico y cr¨ªtica con su drama con trasfondo a ciencia ficci¨®n. Entre otros premios, se llev¨® tres goyas y una expectativa ante su siguiente filme.
Que ha resultado Toro, un thriller espa?ol hasta en su contundente t¨ªtulo. Hoy estrena e inaugura en una misma tacada el 19? Festival de cine espa?ol de M¨¢laga. Aunque en Toro est¨¦ Antena 3 y Mario Casas, Ma¨ªllo explica que no es un filme de encargo, que naci¨® de un concepto y que de los personajes surgi¨® la trama. "Despu¨¦s de Eva, me qued¨¦ con ganas de desarrollar tensiones que afloraban all¨ª. Yo no ten¨ªa claro si volver a ciencia ficci¨®n, que puede que me apetezca a¨²n hoy, pero era obvio que en espa?ol iba a ser complicado y no me apetec¨ªa en ingl¨¦s; las cosas que me ofrec¨ªan no estaban muy bien... Estaba en esas vueltas cuando conoc¨ª a Fernando Navarro y nos enamoramos de una idea: la de un personaje muy bruto, muy de los setenta, en una Espa?a civilizada, con una idea de justicia clara aunque desajustada con la actualidad. Y a su lado pusimos un personaje pagado de s¨ª mismo, muy trepa, ego¨ªsta. Cuando creamos esa pareja ya estaba el productor, Enrique L¨®pez Lavigne, y ¨¦l nos empuj¨® a que fu¨¦ramos a hablar con los actores que quer¨ªamos. Y eran Mario Casas y Luis Tosar. Los dos entraron antes incluso de que hubiera un primer borrador claro del guion".
Ma¨ªllo no firma ese guion. "No me gustan esos directores cuyo nombre aparece en libretos que no han escrito. Yo he estado en las charlas y discusiones, pero no me siento y escribo. Recurrimos a Rafael Cobos [guionista habitual de Alberto Rodr¨ªguez] para anclarlo a la zona". El cineasta lo considera una decisi¨®n fundamental: "Para no hacer un thriller internacional, sino un filme que tocara tierra. As¨ª el p¨²blico se identifica con las maneras de hablar. Sin embargo rehuimos el costumbrismo, no quer¨ªamos una pel¨ªcula arrabalera, que incluso sab¨ªamos que es del gusto del p¨²blico espa?ol". Hab¨ªa miedo de perder sequedad.
"Nos enamoramos de una idea: la de un personaje muy bruto, muy de los setenta, en una Espa?a civilizada"
Y s¨ª, las influencias de Ma¨ªllo, que promociona la pel¨ªcula con la chupa de cuero que pasea Casas en pantalla, est¨¢n en planos, momentos, miradas. Por ejemplo, en la arquitectura como un personaje omnipresente m¨¢s que como mero plat¨®. "A m¨ª me gustan mucho los italoamericanos, y me pone De Palma y me pone Scorsese. Lo otro... no s¨¦ de d¨®nde sale. Y s¨ª, soy un arquitecto frustrado. Es cierto que acent¨²o el uso de los edificios para un tono de ciencia ficci¨®n muy cercano a la idea ballardiana: el espacio mental y el arquitect¨®nico se confunden". En especial, alrededor del personaje, t¨®tem del crimen, de Jos¨¦ Sacrist¨¢n, un mago de Oz, un coronel Kurtz de la costa andaluza. "Me gustaba esa aparente beater¨ªa y religiosidad con su creencia en la lectura de las cartas y con un esp¨ªritu despiadado".
Ah¨ª palpita el mito griego, el ascenso del h¨¦roe "a una cumbre a encontrarse con la fuente del mal y acabar con ella; es una imagen muy poderosa". Porque, asegura con tono cantar¨ªn, "defiendo el espacio abstracto en el cual los personajes sirven como proyecci¨®n de muchas otras cosas; hay algo escultural, simb¨®lico, muy de western".
Puede que el cine sea la ¨²ltima prolongaci¨®n de los mitos. "Cierto, aunque apostamos tambi¨¦n porque no nos salpicara el medido mundo anglosaj¨®n. Aqu¨ª se equivocan, toman decisiones err¨®neas. Eso del superplan nunca ocurre en la realidad. En Toro, la mala cabeza les lleva a malos sitios". Libertades coartadas, sinos torcidos... "Como lleva tatuado Todo, 'mi car¨¢cter es mi c¨¢rcel'. Y de ah¨ª nunca te puedes escapar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.