La mayor huida del siglo XXI

Cuando pasen los a?os y se mire al principio del siglo XXI, de entre todas las guerras habr¨¢ una que destacar¨¢ por el devastador efecto que tuvo sobre millones de personas: Siria. Ya hay m¨¢s de cuatro millones de refugiados y 7,2 millones de personas que han escapado de la violencia dentro del mismo pa¨ªs, seg¨²n datos de la ONU. En total, m¨¢s de once millones personas han huido de los combates y las bombas. Es el mayor movimiento de poblaci¨®n desde hace d¨¦cadas.

Muchos han intentado resistir en Siria y finalmente se han visto obligados a huir. Son familias debilitadas por el conflicto y sin ning¨²n tipo de colch¨®n econ¨®mico. Los pa¨ªses colindantes alojan a la mayor¨ªa de los refugiados. En L¨ªbano, un pa¨ªs con una poblaci¨®n de menos de seis millones, se hallan m¨¢s de 1,14 millones de refugiados sirios. Esto supone un tremendo debilitamiento de los sistemas de salud de la regi¨®n y una enorme presi¨®n social y econ¨®mica sobre las comunidades que acogen a los refugiados. Mientras muchos de estos refugiados miran a Europa como ¨²ltimo destino donde conseguir refugio y quiz¨¢s poder empezar una nueva vida, Europa mira hacia otro lado: el esfuerzo conjunto de los pa¨ªses de la UE no sirve ni siquiera para acoger al uno por ciento de los refugiados sirios.

Mientras, la violencia contra la poblaci¨®n contin¨²a. Este a?o los bombardeos indiscriminados contra civiles se han reproducido en varios puntos del pa¨ªs, con especial virulencia en la ciudad de Alepo, donde se estima que todav¨ªa m¨¢s de 200.000 civiles viven en la zona este de la ciudad, controlada por los grupos de oposici¨®n. Los bombardeos han forzado a muchos de sus habitantes a desplazarse hacia el distrito de Azaz, donde m¨¢s de 100.000 personas est¨¢n atrapadas entre la l¨ªnea de frente y la frontera cerrada de Turqu¨ªa.

Para las organizaciones humanitarias es frustrante que hacer llegar ayuda humanitaria a los que lo necesitan sea una carrera llena de obst¨¢culos. M¨¦dicos Sin Fronteras tiene tres hospitales en el noroeste de Siria, en zonas controladas por la oposici¨®n armada, pero no ha recibido la autorizaci¨®n del Gobierno sirio para trabajar en su territorio. La inseguridad y las restricciones hacen que sea muy dif¨ªcil tener m¨¢s actividades sobre el terreno, algo acentuado por la multiplicidad de actores armados y la creciente complejidad del conflicto.

El otro gran programa de MSF en el norte de Siria, el apoyo con medicamentos y equipamiento a los hospitales sirios, se ve tambi¨¦n afectado por los mismos factores. Son estas estructuras con sus servicios de urgencia y quir¨²rgicos las que atienden a los civiles que sufren los bombardeos y continuos combates.

La misi¨®n m¨¦dica est¨¢ en el punto de mira. Solo en 2015, al menos 23 trabajadores sanitarios sirios murieron y 58 resultaron heridos a causa de 94 ataques a¨¦reos o de artiller¨ªa sobre 63 hospitales y cl¨ªnicas. As¨ª mismo, como consecuencia de estos bombardeos, 12 instalaciones resultaron completamente destruidas. En los primeros cuatro meses de 2016, siete centros sanitarios apoyados por MSF han sido objeto de otros tantos ataques. El ¨²ltimo el pasado 27 de abril, el Hospital Al Quds en la zona este de Alepo, en el que murieron 50 personas, incluyendo seis trabajadores sanitarios, pacientes y personas que viv¨ªan en los alrededores.

El pron¨®stico para 2016 es muy pesimista. No parece que esta vor¨¢gine de violencia vaya a detenerse y la comunidad internacional tampoco da muestras de querer ayudar a las v¨ªctimas de esta terrible guerra. En Siria y los pa¨ªses colindantes reina la desesperaci¨®n. En Occidente, la indiferencia. ?Cu¨¢nto tiempo tardar¨ªan en cerrarse las heridas de la guerra siria si la violencia se detuviera? De momento, estamos lejos de podernos hacer esta pregunta.

Carlos Francisco es jefe de Misi¨®n de MSF en Siria