Bruselas deja morir uno de los s¨ªmbolos culturales de la Uni¨®n Europea
La Joven Orquesta de la UE anuncia su desaparici¨®n tras 40 a?os por el fin de las ayudas comunitarias M¨²sicos como Juanjo Mena, Semyon Bychkov o Riccardo Muti explican a EL PA?S su indignaci¨®n
Si hubiera que elegir hilo musical para acompa?ar la situaci¨®n actual de Europa, en la selecci¨®n no faltar¨ªa la banda sonora de alguna pel¨ªcula de terror. Con la crisis de refugiados pendiente de soluci¨®n y el refer¨¦ndum sobre el Brexit a tiro de piedra, est¨¢ menos claro que haya sitio para la m¨²sica cl¨¢sica. Ese es el mensaje que llega desde la Comisi¨®n Europea, que por primera vez tras 40 a?os ininterrumpidos, ha puesto fin a las ayudas a la Joven Orquesta Europea, una entidad por la que han pasado en ese tiempo m¨¢s de 3.000 m¨²sicos.
Si no hay reacci¨®n de ¨²ltima hora, pondr¨¢ fin a su historia el pr¨®ximo 1 de septiembre. Pero las movilizaciones no se han hecho esperar. Este viernes, miles de m¨²sicos a lo largo de varias ciudades de la Uni¨®n mostraban su descontento, instrumentos en mano, despu¨¦s de una semana con las redes sociales en pie de guerra.
Bruselas ha cortado la financiaci¨®n, que ronda los 600.000 euros anuales, con una frialdad burocr¨¢tica. ¡°Otros proyectos respond¨ªan mejor a nuestras prioridades¡±, ha alegado en un comunicado el comisario de Cultura, el h¨²ngaro Tibor Navracsis. Asombra el desprecio a una instituci¨®n cuyo director fundador fue Claudio Abbado, al que sucedieron en el cargo batutas del prestigio de Bernard Haitink, Vladimir Ashkenazy o Vasili Petrenko. Pero desde que hace dos a?os la UE cambiara su modelo de financiaci¨®n de la cultura, la competencia se ha vuelto feroz. En 2015, la agrupaci¨®n se mantuvo entre los proyectos elegidos, pero este 2016 no ha pasado el corte: solo 15 de las 112 iniciativas presentadas dispondr¨¢n de fondos comunitarios.
La orquesta se nutre de m¨²sicos menores de 26 a?os salidos de los 28 pa¨ªses miembros. Ha supuesto una inagotable cantera donde se han formado componentes de cuerpos m¨¢s que consagrados. ¡°Estamos orgullosos de ser europeos y difundimos entre los j¨®venes un concepto de armon¨ªa cultural y excelencia musical¡±, se?alan desde la orquesta. Las ayudas privadas que reciben son insuficientes para costear los gastos de personal, m¨²sicos, vuelos, alojamiento o comida, por lo que han iniciado una movilizaci¨®n para que la Comisi¨®n reconsidere su postura. Este viernes interpretaron simult¨¢neamente el Himno de la Alegr¨ªa en 16 ciudades europeas, entre ellas Madrid y Palma de Mallorca.
En Bruselas, decenas de m¨²sicos y estudiantes de conservatorio apoyaron la convocatoria y tocaron junto a los miembros de la orquesta en la Estaci¨®n Central. ¡°Cuando me enter¨¦ no me lo pod¨ªa creer. Europa es cuna de artistas y compositores. Si no hay dinero para esto¡¡±, lamenta el jiennense Alejandro Huete, uno de los int¨¦rpretes que particip¨® en la protesta, estudiante de trompa en el conservatorio flamenco de Bruselas. La intenci¨®n de los convocantes era protestar frente a las puertas del edificio de la Comisi¨®n Europea en Bruselas, pero la petici¨®n de la orquesta que durante 38 a?os ostent¨® el t¨ªtulo de embajador cultural de la UE, fue denegada.
Indignaci¨®n general
Grandes batutas y personalidades de la m¨²sica han comentado su disgusto a EL PA?S. El director ruso Semyon Bychkov, que acaba de dirigir Parsifal en el teatro Real, asegura: ¡°Es un grave error pol¨ªtico por parte de aquellos cuyo cometido es proteger la cultura y sus instituciones, la educaci¨®n de los j¨®venes y la sociedad en general. La Joven orquesta Europea se cre¨® hace 40 a?os para apoyar a j¨®venes excepcionalmente dotados y cuidadosamente seleccionados. No se requiere una gran imaginaci¨®n para apreciar el impacto que esta orquesta tiene en la formaci¨®n de nuevas generaciones de m¨²sicos y del p¨²blico ante el que toca por todo el mundo. Estos m¨²sicos est¨¢n destinados a representar el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica durante d¨¦cadas. Son el espejo ante el que la Uni¨®n deber¨ªa reflejarse. Dejar de apoyarlos constituye una traici¨®n a la creencia fundamental de que es la cultura la que define a las civilizaciones. No s¨®lo la guerra¡±.
El maestro italiano Riccardo Muti, volcado en la preparaci¨®n de talento joven, a?ade: ¡°A trav¨¦s de mis viajes en torno a la amistad, he constatado lo importante que es la m¨²sica para unir pueblos de culturas, religiones y naciones distintas. Toda supresi¨®n de una orquesta, sobre todo de las formadas por j¨®venes, representa un acto contra la sociedad civil. En un mundo cuyos valores culturales y espirituales est¨¢n en peligro. Se supone que los gobiernos deben ayudar y apoyar de cualquier modo la supervivencia de las orquestas, sobre todo las m¨¢s j¨®venes¡±.
Andreas Gro?bauer, presidente de la Filarm¨®nica de Viena: ¡°Una instituci¨®n as¨ª, reconocida mundialmente, en plena celebraci¨®n de sus 40 a?os como embajadora de la Uni¨®n Europea, acabar¨¢ su funci¨®n en septiembre de 2016 debido a la falta de fondos. ?Ad¨®nde te diriges, UE? Resulta una perspectiva alarmante dejar de invertir en la educaci¨®n de los j¨®venes¡±.
Juanjo Mena, director espa?ol de la Filarm¨®nica de la BBC, tambi¨¦n muestra su indignaci¨®n: ¡°La burocracia de la Uni¨®n Europea se est¨¢ convirtiendo en la tumba de proyectos genuinamente continentales. Lo que parece una enorme contradicci¨®n y muy lamentable por tratarse de un proyecto que aglutina juventud, talento, diversidad, solidaridad, cultura¡arte. Nadie se pod¨ªa imaginar que en su 40 aniversario, los bur¨®cratas certificaran su acta de defunci¨®n. Si Claudio Abbado levantara la cabeza. Impresentable¡±.
Cibr¨¢n Sierra, miembro del Cuarteto Quiroga y uno de los m¨²sicos espa?oles que ha liderado protestas y movilizaciones contra la decisi¨®n, afirma: ¡°Considerar la cultura como un ¨¢mbito entre otros o como un medio de amenizar la vida de cierta clase de personas, es equivocarse de siglo, equivocarse de milenio. Hoy, el papel de la cultura es el de dotar a nuestros contempor¨¢neos de los instrumentos intelectuales y morales que les permitir¨¢n sobrevivir. Ni m¨¢s ni menos. Si queremos preservar la paz civil, tanto en nuestros pa¨ªses, en nuestras ciudades, nuestros barrios, como en el conjunto del planeta, si deseamos que la diversidad humana se traduzca en una aut¨¦ntica coexistencia y no en tensiones generadoras de violencia, no podemos ya permitirnos conocer a los otros de manera superficial, aproximada, grosera. Para poder decidir con conocimiento de causa, un ciudadano necesita dominar en profundidad y con sutileza el mundo que le rodea. Acomodarse a la ignorancia es renegar de la democracia, reducirla a un simulacro. Por todas esas razones, nuestra escala de valores s¨®lo puede fundarse hoy en d¨ªa en la primac¨ªa de la cultura y la educaci¨®n. En palabras de Amin Maalouf: El siglo XXI, ser¨¢ salvado por la cultura o se hundir¨¢¡±.
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