Justa Palma de Oro a Ken Loach, inteligente portavoz de los d¨¦biles
Un grande del cine europeo, el ingl¨¦s Ken Loach, se hizo ayer con su segunda Palma de Oro en 12 participaciones en la Secci¨®n Oficial de Cannes. El jurado reconoci¨® el valor de ¡®I, Daniel Blake¡¯, un drama que cruza dos historias
Me sorprendi¨® gratamente que el a?o en el que presid¨ªa el jurado de Cannes Steven Spilberg le concedieran la Palma de Oro a la intimista, desgarrada y magn¨ªfica La vida de Ad¨¨le, un tipo de pel¨ªcula que nunca rodar¨ªa el director de Tibur¨®n, lo cual demuestra su inteligencia, su sensibilidad y su capacidad para apreciar el gran cine, aunque el planteamiento y el lenguaje de lo que premiaba estuviera en las ant¨ªpodas de los g¨¦neros y la forma de abordar los que ¨¦l utiliza.
A George Miller, director de la saga de Mad Max y presidente del jurado en esta edici¨®n, hay que felicitarle por algo similar. Han otorgado el m¨¢ximo galard¨®n del festival a I, Daniel Blake, la historia de un pobre y acorralado superviviente urbano, nada que ver con los ¨¦picos guerreros de la carretera que retrata con estruendo, violencia y medios espectaculares el director australiano. No es una paradoja; es el instinto para distinguir el buen cine, aunque no tenga nada que ver con el tuyo.
Ken Loach, al que debido a su edad no le queda mucho tiempo para alargar su concienciada obra, siempre ha sido alguien fiel a s¨ª mismo, a su preocupaci¨®n por el estado de las cosas, a su descripci¨®n de lo jodida que puede ser la vida para los de abajo, a plasmar doloridos o rabiosos protagonistas en su obra con gente con la que el sistema se ceba. Y le ha salido mejor o peor. Algunas de sus pel¨ªculas bordean el panfleto, pero cuando estas desprenden verdad, sentimiento y complejidad son muy buenas, emotivas, duras. Transmiten al receptor la lucha, la angustia o la desolaci¨®n de gente normal y perteneciente a la clase baja que se siente machacada, que busca salidas desesperadamente, aunque se las nieguen todas. I, Daniel Blake es la mejor pel¨ªcula que ha dirigido en mucho tiempo este director tan reconocible.
Loach vuelve a situarse en los suburbios de Londres. Ante la disparatada tragedia de un viudo al que los m¨¦dicos le han diagnosticado peligro de muerte si su coraz¨®n y su cuerpo no se relajan, pero al que la burocracia le exige encontrar un trabajo si pretende cobrar la jubilaci¨®n y sus derechos laborales. A este fulano, que vive una situaci¨®n tan b¨¢rbara como angustiosa, le quedan fuerzas para ser solidario con una mujer joven y con dos ni?os a la que se le cierran todas las puertas, que sobrevive gracias al banco de alimentos y una vivienda social en derrumbe. Y describe esta mutua tragedia con un realismo que hace da?o, con situaciones y personajes l¨²cida y estremecedoramente identificables, con tensi¨®n e implicaci¨®n emocional.
Los idiotas de antes y de ahora, los adoradores de la nada pretenciosa y adornada, de mundos tan absurdos como herm¨¦ticos, acusan a Loach de manique¨ªsmo, de hacer un cine viejo y caduco.
Me parto de risa ante su ira y su llanto al constatar que ese director al que desprecian ha conseguido triunfar en un festival que mima las modas ef¨ªmeras, a esos creadores vanguardistas, co?azos y vac¨ªos en los que ellos militan y a los que ni siquiera el p¨²blico puede maldecir porque sus pel¨ªculas son inestrenables, ya que los distribuidores y los exhibidores, aunque se lo monten de experimentalistas y de modernos, saben que lo suyo ante todo es un negocio y que no son gilipollas, que los espectadores sensatos no dar¨ªan cr¨¦dito ante la vacuidad intelectual que intentan promocionar los pat¨¦ticos farsantes y sectarios de los medios, esos mentirosos con audiencia limitada a sus seres queridos y alg¨²n cin¨¦filo adolescente y perdido.
Con el resto de premios tengo mis dudas, mi rechazo o mi comprensi¨®n. Es grotesco que la muy ins¨®lita y bonita pel¨ªcula de Jim Jarmusch Paterson o la divertida e irregular comedia alemana Toni Erdmann hayan sido olvidadas en el palmar¨¦s. O no reconocer lo evidente con la formidable interpretaci¨®n de la consagrada Isabelle Huppert. Pero me alegro de que se reconozca el talento del iran¨ª Asghar Farhadi premiando su guion ¡ªaunque el principal atractivo para m¨ª de este director no sean sus historias sobre la vida cotidiana, sino la forma de contarlas, de enredarlas, de golpear al espectador con reacciones turbadoras de sus personajes¡ª y la interpretaci¨®n de un actor tan sobrio como cre¨ªble.
El resto de premios me parece un disparate. Si tuviera que pasar el resto de mi vida viendo pel¨ªculas del ya tedioso director rumano Cristian Mungiu y del entre delirante y relamido director franc¨¦s Olivier Assayas, que ha compartido el premio a la mejor direcci¨®n, me cortaba las venas. La actriz filipina Jaclyn Jose no parece haber estudiado en ninguna escuela para interpretar con naturalidad desbordante a la traficante de un barrio lumpen de Manila a la que chantajea la corrupci¨®n policial en Ma¡¯Rosa. Su autenticidad te desarma. Y no sab¨ªa qu¨¦ careto poner ante el llor¨®n e intenso discurso del muy joven e hiperpromocionado, por los de siempre, director canadiense Xavier Dolan al recibir el Gran Premio del Jurado por su cansina e hist¨¦rica adaptaci¨®n de una obra teatral en Juste la fin du monde.
No ha sido un Festival de Cannes memorable, pero me alegro mucho del triunfo de Kean Loach con una pel¨ªcula de la que es imposible desentenderte. Los espectadores normales, aclaro.
Palmar¨¦s de Cannes
Palma de Oro: I, Daniel Blake, de Ken Loach.
Gran Premio del Jurado: Xavier Dolan, por It's only the end of the world.
Premio del Jurado para Andrea Arnold, por American Honey.
Mejor direcci¨®n: ex aequo para Oliver Assayas, por Personal Shopper, y Christian Mungiu, por Graduaci¨®n.
Mejor actor: Shahab Hosseini, por Le client.
Mejor actriz: Jaclyn Jose, por Ma' Rosa.
Mejor guion: Asghar Farhadi, por Le client.
Mejor cortometraje: Timecode, de Juanjo Gim¨¦nez.
Premio C¨¢mara de Oro: Divines, de Houda Benyamina.
Premio FIPRESCI de la cr¨ªtica: Toni Erdmann, de Maren Ade.
Mejor pel¨ªcula en Una Cierta Mirada: The happiest day in the life of Olli M?ki, de Juho Kuosmanen.
Mejor pel¨ªcula de la Semana de la Cr¨ªtica: Mimosas, de Oliver Laxe.
Babelia
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