Un torerazo como Ure?a merece la puerta grande
Tarde heroica y torer¨ªsima del diestro, que sufri¨® dos volteretas y emocion¨® a la plaza
A Paco Ure?a solo le falta que se le abra la puerta grande de Madrid para que quede firmado notarialmente que es un torerazo; ayer lo demostr¨® de principio a fin con una actuaci¨®n heroica y torer¨ªsima, ejemplo de entrega, pundonor y un concepto cl¨¢sico del toreo. Y la plaza se lo reconoci¨® como merec¨ªa. Sufri¨® dos feas volteretas, y visit¨® dos veces la enfermer¨ªa, donde le apreciaron un puntazo corrido en el muslo izquierdo y en el escroto, pero tuvo tiempo de firmar pasajes de toreo aut¨¦ntico con ambas manos, porque se coloca en el sitio donde los toros embisten y tambi¨¦n hieren.
El m¨¦rito de Ure?a comenz¨® en el pase¨ªllo, pues lo hizo con la herida abierta que un victorino le produjo hace unos d¨ªas en Francia y de la que todav¨ªa no ha sido operado para poder cumplir con este compromiso en Las Ventas. Pero su evidente merma de facultades no fue motivo para tirar cuatro l¨ªneas y salir del paso; antes bien, se plant¨® en la arena en cuanto sali¨® su primero y traz¨® un manojo de buenas ver¨®nicas que cerr¨® con dos medias belmontinas que supieron a gloria.
La corrida de hoy
Las Ramblas/El Cid, Ure?a, Fortes
Cinco toros de Las Ramblas, -el tercero, devuelto-, y uno, el quinto de Buenavista; sobrero de Julio de la Puerta, todos correctamente presentados, con desigual juego en los caballos, nobles y sosones.
El Cid: bajonazo (silencio); estocada baja _aviso_ (silencio.
Paco Ure?a: estocada, un descabello _aviso_ y dos descabellos (gran ovaci¨®n); pinchazo y estocada (oreja).
Jim¨¦nez Fortes: estocada baja (silencio); media y un descabello (silencio).
Plaza de Las Ventas. 22 de mayo. Decimos¨¦ptima corrida de feria. Casi lleno.
Muleta en mano, y ante un animal noble y de embestida sosa, comenz¨® con naturales templados, suaves y ce?idos, que continu¨® despu¨¦s con redondos de categor¨ªa, aunque la faena no alcanz¨® el punto de emoci¨®n necesario por la escasa acometividad del animal. Sufri¨® una voltereta al entrar a matar y se salv¨® milagrosamente de la cornada, pero no de una brutal paliza de la que sali¨® renqueante y con la mirada perdida.
Se encerr¨® con los m¨¦dicos, y abandon¨® la consulta para matar al quinto de la tarde. La plaza lo ovacion¨® con fuerza cuando lo vio aparecer en el ruedo, palmas que arreciaron cuando se comprob¨® que el torero tomaba el di¨¢metro del ruedo para colocarse de rodillas en los medios y esperar de tal modo a su segundo toro. El animal se le par¨® cuando estaba a medio metro del torero, y si Ure?a no opta por tomar las de Villadiego, cualquiera sabe lo que hubiera ocurrido. Otro toro soso fue este, de recorrido corto, pero Ure?a consigui¨® dibujar tres naturales enormes, hermosos y hondos, con la muleta arrastrada por la arena y el toro embebido en el enga?o. Lo intent¨® por el lado derecho y lleg¨® otra voltereta impresionante aliviada por otro milagro. Renqueante y sin fuerzas, tuvo tiempo que dar varios redondos a pies juntos, al tiempo que la plaza rug¨ªa de emoci¨®n. La faena no fue de oreja, pero la verg¨¹enza, el valor, la decisi¨®n, y la actitud de Paco Ure?a la merec¨ªan. Dio la vuelta al ruedo sin fuerzas, con esa cara triste que tiene, avejentada por el dolor, pero con la satisfacci¨®n de haber demostrado que su cuerpo y su alma encierran a un torerazo.
Madrid est¨¢ con Paco Ure?a, que se ha ganado el respeto y la admiraci¨®n a base de heroicidad y buen toreo. Y un torero as¨ª merece la puerta grande.
Su compa?ero El Cid, otrora hijo predilecto de esta afici¨®n, no sale del profundo bache en el que est¨¢ sumido. El Cid Campeador del toreo al natural pas¨® a mejor vida, y en esa otra no gana batallas. Lo intent¨®, pero no pudo. Quien tuvo, retiene con la cabeza, pero le falla el coraz¨®n.
Y Fortes escuch¨® el dram¨¢tico silencio de la plaza. Demostr¨® valor y ganas, pero le falt¨® garra ante su noblote primero, y se justific¨® ante el deslucido sexto. Un muy corto balance.
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