Una tradicional librer¨ªa porte?a se convierte en cooperativa
Es Ad¨¢n Buenosayres, la misma que hace un mes hab¨ªa anunciado el cierre por la crisis
Podr¨¢n decir que la crisis se ha cobrado puestos de trabajo, empresas enteras y econom¨ªas familiares. Pero tambi¨¦n ser¨¢ cierto que no pudo contra una librer¨ªa. Ad¨¢n Buenosayres anunci¨® el pasado 10 de junio que cerraba sus puertas por la crisis. Casi al instante, una multitud se acerc¨® al local ubicado en plena Avenida Corrientes para aprovechar los saldos dispuestos para liquidar el stock. A las pocas horas se convirti¨® en un fen¨®meno de ventas que multiplic¨® por 10 las ventas regulares. Pero en el fondo, hab¨ªa mucho m¨¢s que miles de transacciones comerciales. Detr¨¢s de todos los cupones de pago hab¨ªa un mensaje que el due?o de la tradicional librer¨ªa, David De Vita, supo leer a tiempo.
¡°Vamos a tratar de continuar con el espacio en el trayecto de la econom¨ªa social. Es un reclamo de los nuevos tiempos y es una deuda que contrajimos con el colectivo que nos apoya¡±, cuenta a EL PA?S, el ahora cooperativista. ¡°Desde que anunciamos el cierre no paramos de recibir muestras de agradecimiento y apoyo, de modo que no nos cabe el coraz¨®n en el pecho. Nos sentimos muy apoyados y acompa?ados y eso gener¨® la posibilidad de que ahora miremos la alternativa de continuar como cooperativa¡±, ampli¨®.
¡°Es un ¨¦xito que proviene de la derrota¡±, resumi¨® el librero de 62 a?os mientras se mostraba incr¨¦dulo ante el gusano humano que sal¨ªa de su local y terminaba 50 metros m¨¢s all¨¢, casi llegando a la esquina. En aquellos d¨ªas de junio, la facturaci¨®n media, que alguna vez alcanzaba techos de 7.000 pesos (490 d¨®lares) se multiplic¨® por 10.
¡°Mucha gente que no pod¨ªa hacer la cola para entrar le dej¨® dinero a las personas que estaban adelante para gastar en la librer¨ªa¡±, comenta David, ¡°Se acercaron (el autor) Juan Sasturain y muchos autores independientes en forma peri¨®dica. Tambi¨¦n, nobleza obliga, tengo que decir que se solidariz¨® Jorge Telerman (director del Complejo Teatral Buenos Aires y hombre de Macri) que ofreci¨® su colaboraci¨®n en lo que hiciera falta¡±.
Con esto, David podr¨¢ mantener los puestos de trabajo de la gente que lo ayud¨® durante la liquidaci¨®n y Buenos Aires conservar¨¢ uno de sus puntos de referencia m¨¢s tradicionales, en una ciudad que cuando organiza su Feria del Libro congrega a millones de personas. ¡°La convicci¨®n la ten¨ªa desde mucho antes de que esto transitara por estos carriles. Podr¨ªa decir que el cooperativismo est¨¢ en mi ADN, pero hubo un ingrediente que me convenci¨®: la semana pasada particip¨¦ de una fiesta de la comunidad ind¨ªgena de Amaicha del Valle, en Tucum¨¢n, que presentaba un vino. Me invitaron y el colectivo de esa comunidad me inspir¨®¡±.
¡°Las palabras, el texto, es una cosa pero cuando es emitido en forma de discurso uno reconoce que hay una voz detr¨¢s. Esa voz en este caso es un colectivo que reclama participaci¨®n, entonces, quiz¨¢s lo m¨¢s importante a reconocer es que ese colectivo tiene afectos y ese compromiso es insoslayable cuando se piensa un proyecto as¨ª¡±, finaliz¨® David, quien a partir de ahora podr¨¢ afirmar que no existe mejor satisfacci¨®n que ver como el afecto se convierte en efecto.
Babelia
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